043. [ Quiéreme una vez más ]

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—Ese cretino..., en fin; estaré encantado de poner planos de por medio. Kim Taehyung, Kim Yugyeom y Jeon Jung Kook; contento de poder revelar negocios con ustedes. Este de aquí es mi omega: Kim Seok Jin. Disculpen su grosería y por favor cuiden de nosotros —pidió neutralmente, respetado. Los tres alfas jóvenes asintieron sin darle mayor vuelta, igual de intimidados y corteses—. Me gustaría pedirle a mi pareja que se retire..., pero ya que acaba de sufrir un colapso nervioso me estaba preguntando si podía mantenerlo con nosotros. No es molestia, ¿verdad? —quizá nadie haya visto la mirada socarrona que cargaba, o el tinte deseoso que tenía por hacerme sentir mal. Rasguñé su traje y traté de recibir su atención, fallando miserablemente al ver que estaba más interesado en la opinión de nuestros invitados.



—En lo absoluto —corrigió Jeon, roncamente. Lucía imponente, nulamente afectado por la presencia de Nam. Tenía las manos cruzadas por encima del pecho y sus piernas estaban semi-abiertas. Sin poder evitarlo, o no queriendo hacerlo realmente, me fijé en el bulto que se blandía sobre sus pantalones. Una prominente protuberancia que era remarcada por su ajustado género. Me sonrojé sin poder evitarlo y tosí lentamente mientras todos nos acomodábamos mejor en los asientos. Mordí mis labios, ansioso, y esperé que esto acabara más pronto que nunca.



Namjoon era jodidamente cruel cuando se trataba de castigarme. Él deseaba, como buen fanboy, que Jungkook y yo interactuáramos. Sin duda, el mejor alfa en el mundo entero.



—Debo ir por los niños. Tengo que cuidarlos y decirles que papá está bien —cité con temblor, nervioso de tener que hablar frente a tanto alfa. Eran cuatro alfas..., cuatro malditos alfas mirándome como si la curiosidad les fuera tirando de la mano.



—Ellos están bien con la niñera que les contraté —reservó secamente, sin mirarme. Asentí, disgustado y tragando hondo. Me crispé con miedo y, a modo de respeto, sumí mis ojos en mi propio regazo. Era más interesante pensar en lo que les cocinaría mañana a mis tres hombres que en corresponder la insistente mirada de Kookie sobre mí. Conejito ya no era conejito, después de todo. Así que nada cambiaba realmente.



—¿Tienen hijos? —indagó quien reconocí como Yugyeom. Gacho, afirmé.



Hijos.



Hijos.



❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora