La Torre de los colmillos, Taflem.
-¡Maldito hechicero negro! ¡Lo mataré! ¡Juro que me vengare!- murmuró colérica, mientras limpiaba la biblioteca de la Torre -¿¡Cómo se le ocurre hacerme esto?! ¡Por su culpa, el maestro Hartia me castigo! ¡Ahora tengo que limpiar esta estúpida biblioteca sin magia, por culpa de ese idiota!- organizaba una gran pila de libros en un estante -No entiendo como Cleo puede estar con un hombre como ese... Se merece a alguien mejor ¡Por supuesto que si!-
Estaba furiosa. Recordando una y otra vez, como terminó en esa horrible situación.
-Y dime, Cleo ¿Has tenido contacto con Keilot últimamente?-
Preguntó. Se encontraban bebiendo el té de media tarde en el jardín de la Torre.
-En realidad, no sé nada de él desde hace mucho tiempo- bebió un poco -Su hermana Sahara, no quiso informarme de su paradero en la última carta que me envío- aseguró melancólica -Es un gran chico, esperó que encuentre a alguien que lo haga feliz-
-Tu lo hiciste feliz, Cleo- contestó, tomando su mano -Lo sabes ¿Verdad? Estoy convencida que lo hiciste a pesar de tu elección- sonrió maliciosa -Algún día comprenderé, porque elegiste al hechicero y no a él. Era muy atractivo, según tu descripción-
Finalizó, bebiendo un sorbo, nuevamente.
-Tú sabés porque, no necesito decírtelo. Elegiría a Orphen una y mil veces, entre una multitud de hombres- dejó su taza vacía en la banca donde estaban -Me comprenderás cuando estés enamorada-
Expresó con espíritu soñador y sonriendo, cálidamente.
-Lo sé, lo cual no sucederá pronto. No puedo enamorarme, no ahora, no es mi objetivo y lo sabés, no es lo que busco- contestó retórica -Además, no estoy en condiciones de entender tu relación con Orphen, todavía- negó con la cabeza -Él es muy malo contigo, en especial, cuando hablas de Keilot y todo lo que aprendiste de él-
-Él no es malo, simplemente, no sabe como expresar que cometió un error y que casi me voy de su vida por otro hombre. No puede tolerarlo- justificó, como cualquier mujer enamorada de un hombre como él -Aunque, sinceramente, disfruto ver sus ataques de celos-
Confesó entre risas por las acciones de su novio.
-Es un idiota y nunca dejará de serlo. De hecho, mira. Ahí está...- señaló a un hombre joven y moreno, que camina pisando fuerte en su dirección. Parecía molesto. -¿Creo que lo invoqué? No hablemos más de él, ¡Es tan desagradable!-
Terminó, escupiendoselo a la cara cuando llegó frente a ellas.
-¡Hola, Orphen! ¿Nos acompañas a tomar el té? Es un día muy agradable ¿No crees?-
Mencionó su novia de manera tranquila y dulce. Lo hizo, para disminuir la tensión entre ambos hechiceros. No deseaba verlos pelear otra vez. Él sonrío, pero su respuesta, no fue muy grata.
-¡No!- contestó bruscamente, frunciendo el ceño -¿No se te olvido algo, Cleo?- miró a su novia en busca de una respuesta a su pregunta y ella, negó con la cabeza -¡Ah! ¿No? Bien, te lo recordaré...- enfatizó sarcástico -Recuerdas que en el desayuno de esta mañana me pediste, no, más bien me exigiste, que pasara tiempo contigo, enseñándote unos hechizos simples que te ayudarán con tu práctica como cazadora- ella abrió los ojos ante la sorpresa de su olvido, logrando una sonrisa triunfal en él -¡Ja! ¡Como lo imagine!- exclamó sin cambiar de actitud -Ahora, llevo más de tres horas esperándote en la maldita biblioteca, con la esperanza de que te dignaras a aparecer y lo único que haces, es hacerme perder mi valioso tiempo. Ya que tú, viniste a tomar el té con esta bruja manipuladora ¡Olvidándote de mi y tu responsabilidad!- la señaló, furioso -Además, ¿Qué haces vestida así? Sabés que me molesta como el infierno que uses ropa de cazadora- frotó su rostro con rabia -¡Aparte de aprovechada, eres una descarada!-
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Una Alquimia llena de Magia
FantasiUn naufragio. Dos hermanas separadas por la tragedia. Dos rumbos desconocidos. Una profecía por cumplir. Un pasado que recuperar. ¿El destino las volverá a unir? Libro 1 de la trilogía: Sol y Luna