Capítulo 53

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Narra Zayn:

-Por favor Clare, deja de llorar-Digo por séptima vez en la mañana. Me duele todo el cuerpo, he pasado una noche horrible, no podía levantarme ágilmente, pero Clare reclamaba por mi atención cada tres horas.

-Zayn cállate, deja a la pobre, sólo tiene hambre-Dice Helena entrando en el salón con un biberón recién hecho entre sus manos. Es increíble lo preciosa que se ve con las mejillas coloradas.

-¿Puedes darle tú de comer?-Le suplico-No puedo más con el dolor de costillas.

-Claro, no te preocupes-Se sienta a mi lado y le paso a la pequeña, que se acomoda en sus brazos aun haciendo pequeños pucheros, pero en el momento en el que Helena le acerca la boquilla del biberón comienza a comer intensamente.

Miro la escena enternecido, ojalá las cosas fuesen más fáciles.

-Gracias por todo esto-Helena tan sólo me mira sonriendo mientras se centra en Clare. No sé si es consciente de que ayer fue la única capaz de calmarme, capaz de darme soluciones, encima se molestó en cenar en mi casa, con mis padres, actuando como si nada. Mi familia no sabe nada de nuestra ruptura, y gracias a Dios ayer no salió ninguna conversación incómoda sobre ello.

Intento cambiar de postura, pero se ve que aún tengo muy presente todos los golpes que me dieron esos desgraciados.

-Zayn, no te muevas más te vas a hacer daño-Me regaña.

-¡Es que no puedo coger ni a mi hija!-Digo enfadado conmigo mismo.

-Podrías si no te hubieras metido en mierdas, y lo sabes-Me reprende.

Me quedo callado sabiendo que tiene razón.

-Suena raro-Dice de repente.

-¿El qué?

-Que digas, "mi hija", se me sigue haciendo raro que seas padre...-Susurra sin dejar de mirarla.

Me muerdo el labio nervioso, la verdad es que ser padre no ha sido como me esperaba, claro que quiero a mi pequeña Clare, pero no la siento como mi hija, más bien como una hermana pequeña, seguramente por el simple hecho de que paso muy poco tiempo con ella.

-Es preciosa-Haciendo un esfuerzo acerco mi cuerpo más al de Helena, sonrío interiormente al ver que no se tensa ante mi movimiento. Alzo el brazo reprimiendo el gemido que está a punto de salir de mis labios por el agudo dolor que proviene de mis costillas, pero rodeo sus hombros satisfecho.

Escucho a Helena suspirar y rezo interiormente porque no se aleje, se siente demasiado bien estar así con ella. Me apunto una pequeña victoria cuando la siento acomodar su cabeza en el hueco de mi hombro sin perderle la vista a la pequeña.

-Es una glotona-Comenta divertida.

-Como yo-Digo orgulloso, Helena levanta la mirada riendo.

-Pues no se te nota, te estás quedando en los huesos.

Quiero responderle, pero no tengo argumentos para ello, sé que este mes y medio que he estado sin ella me he descuidado bastante, no he comido como es debido y lo peor me he pasado las noches fuera, haciendo que se me viera aún más demacrado.

-¿A que sí pequeña? Sí, eres preciosa-Alejo mis pensamientos cuando escucho de nuevo su voz, hablándole de una forma demasiado dulce a Clare. Retira el biberón y se estira dejándolo en la mesa.

-Es igual de preciosa que tú-Le susurro en el oído, pero me arrepiento de mis palabras en cuanto noto cómo se separa incómoda de mi lado, saliendo de mi agarre-Perdón...-Susurro.

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