Capítulo 2

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DELILAH:

Al día siguiente todo vuelve a la normalidad, Dylan y yo nos encontramos en el instituto y lo acompaño a aparcar su bicicleta. Yo venía con mi coche, hacía poco que me había sacado el carné de conducir.

Caminamos hasta nuestras taquillas y saco mi agenda para mirar el horario.

Genial... Empezar el día con química.

Que se note mi ironía, por favor.
Agarré los libros y caminé junto a Dylan hasta el aula. A mi me aburre muchísimo química pero a él, le encanta.

-Espera, ¡me he olvidado la tabla periódica! -dije.

-Date prisa o Murphy llegará. -dice Dylan mientras se sienta.

Corro hasta llegar a mi taquilla y abro apresuradamente el candado, cojo otra libreta en donde guardo la tabla periódica y vuelvo a correr hasta el aula.

Que Murphy no haya llegado...

Que Murphy no haya llegado...

Para mi gran suerte, literalmente, Murphy llegaba detrás mío.

-Corra a sentarse, señorita White.

Eso hago pero mi sitio está ocupado por Olivia y como no, a su lado está sentado Dylan; quién me mira sonriente. Él está enamorado de Olivia, niego y localizo un sitio libre, al lado de...

¿Es en serio?

El único sitio libre que queda es al lado de Tyler. Murphy carraspea indicando que me siente ya. Suspiro y me siento al lado de Tyler, quien está jugando con un bolígrafo que tiene en sus manos.

Murphy comienza a dar su explicación y no entiendo nada, tampoco es que le haga mucho caso. Estoy demasiado centrada pensando en el por qué ayer Tyler estaba ahí y me miraba de aquella forma.

-¿Qué hacías allí? - susurro, segundo después ya estaba arrepintiéndome de haber dicho eso.

Juro que mis palabras han salido solas. Tyler deja de darle vueltas al bolígrafo que tiene en sus manos y me mira. Puedo apreciar que tiene los ojos de un color miel claro. De nuevo esa sensación recorre mi cuerpo, un escalofrío, no sé qué es lo que lo causa.

Tierra trágame...

Pero no fue así. Ni la tierra me tragó, ni desaparecí.

-Pasear. - responde finalmente.

-¿Sueles pasear mucho por ahí?

Vale Delilah, ¿qué demonios estás haciendo?

Evito mirarlo en todo momento y el nerviosismo se apodera de mí.

-No.

Vale, Tyler no da mucho tema de conversación y tampoco dice nada respecto a mis preguntas, cosa que agradezco y hace que me tranquilice.

-White, Anderson. ¿Quieren compartir algo con la clase? - la voz del señor Murphy me hace volver a la realidad de la clase.

Tanto Tyler como yo álzamos la cabeza y lo miramos.

-Lo siento, ha sido culpa mía.- dice de repente.

Espera, ¿qué?

-Está bien, sigamos con la clase.

¿Acabo de librarme de un castigo gracias a Tyler?

-Gracias. - susurro pero él no dice nada más.

Trato de concentrarme durante todo el tiempo que queda de clase, sin embargo, no logro hacerlo por completo; mi mente deja de prestar atención a las explicaciones del señor Murphy en algunas ocasiones y más tarde vuelve a ellas.

En este momento deseo con todas mis fuerzas que termine ya la clase, se me hace eterna.
Apoyo mi cabeza sobre mi mano y mi codo está sobre la mesa. Observo como el señor Murphy escribe una fórmula en la pizarra pero cuando se dispone a mandar ejercicios para casa, el timbre suena, indicando la siguiente clase.

Agarro todas mis cosas y salgo de la aula. Así transcurre mi día hasta que llega la hora de comer. Dylan y yo cogemos una bandeja con pasta, ensalada y una manzana y vamos hacia una de las mesas.

-¿De qué hablábais?

-Nada importante. - me encojo de hombros. - Le he preguntado qué hacía allí y me ha dicho que pasear.

Dylan asiente mientras continúa comiendo, yo comienzo a comer y he de decir que, de todo lo que sirven en el instituto, la pasta es lo que más me gusta.
Comemos algo apresurados para ir a la biblioteca del instituto, cuando acabamos de comer y dejamos las bandejas, quedan quince minutos para la siguiente clase.
Caminamos deprisa por los pasillos y empiezo a reír bajito.

-Estás loco.- Le digo.

Me mira con una expresión divertida y asiente. Al entrar en la biblioteca vamos directamente a la sección de animales. De ahí cogemos varios libros que creemos que pueden ser de utilidad en nuestra investigación. Uno que capta mi atención es de licantropía. No estoy muy segura de qué puede ser la licantropía pero por la portada creo que puede ser interesante. Me quedo observando la portada del libro durante unos segundos hasta que vuelvo a sentir otro escalofrío.

-¿Lo vas a coger? -la voz de Tyler suena en mis oídos y me hace dar un pequeño bote por el susto.

-No, no. Solo estaba mirando.-contesto después de soltar un suspiro.

-Bien, entonces me lo puedo llevar.

Asiento y él agarra el libro que tengo en mis manos. Busco a Dylan con la mirada y lo veo en el otro lado del montón de libros. Camino hacia él y observo como Tyler se va con el libro de licantropía.

-Dylan, ¿qué es la licantropía? - Le pregunto susurrando.

-No lo se con certeza, podemos buscarlo por Internet.

Cogemos la pequeña pila de libros que hemos escogido y los llevamos a la mesa en donde la bibliotecaria, Susan, nos da un papel en donde pone la fecha que hemos de devolver los libros.
Dylan y yo decidimos guardarlos en mi mochila, la campana vuelve a sonar.

Vamos, Delilah, sólo quedan dos horas más.

Estas dos horas son de lengua ya que durante la mañana había sido de ciencias.
Como siempre, las clases son aburridas y espero impaciente a terminarlas.

Al salir de clases me subo en mi coche y Dylan se sube a la bicicleta. Le he ofrecido subir al coche pero dice que no quiere dejar la bicicleta aquí así que no insisto.

Me sé perfectamente el camino a la casa de Dylan así que hago ese recorrido mientras él está delante de mi coche, pedaleando lo más rápido que puede. No le meto prisa, sigo su ritmo, y tampoco hay coches detrás del mío así que podemos ir tranquilos.
Una vez en la puerta de su casa, aparco y me bajo del coche, él deja su bicicleta en el garaje y entramos a la casa por la puerta que conecta el garaje con el interior.

Tenemos toda la tarde para investigar.

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