Capítulo 29

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DELILAH:

-No logro entender qué es lo que está pasando- le comento a Julliette, quien está a mi lado.

Tanto ella como Dylan están al corriente de todo lo que está pasando. Hemos salido del instituto hace ya un rato y ahora estamos paseando. No he visto a Tyler desde que ayer se marchó con Kian, ni siquiera ha venido al instituto.

-Deja que Tyler te lo explique- dice Dylan, interrumpiendo mis pensamientos.

Asiento, después de todo, tiene toda la razón del mundo. No debo hurgar en dónde no me incumbe, por mucha curiosidad que tenga. Si es algo que debo saber, Tyler me lo dirá.

-Voy a casa-dice Julliette.- Mi padre quiere que lo ayude a prepararle una sorpresa a mi madre, hoy es su cumpleaños.

-Felicitala de nuestra parte-digo, ella sonríe en repuesta.- Dylan, creo que también me voy a casa ya, hoy estoy cansada.

-Vale, ¡nos vemos la semana que viene! -se despide.

Dylan, con lo último que ha dicho, me ha recordado que hoy es viernes y que, por lo tanto, no vuelvo a tener clases hasta el lunes. Cosa que me hace infinitamente feliz.
Cuando ambos se han ido, acelero el paso para llegar antes. En cuestión de cinco minutos he llegado a la puerta de mi casa. Saco las llaves del bolsillo de mi chaqueta y la coloco dentro de la cerradura, así abriendo la puerta.
Espero que Kelly esté en casa ya que ha llegado esta mañana, después de haber trabajado toda la noche. Ha sido curioso por que, cuando yo salía de casa para ir al instituto, ella llegaba.

Al entrar, cierro la puerta y observo sin decir nada para averiguar si hay alguien en casa.

-¿Kelly?

No obtengo respuesta así que doy por hecho que estoy sola. Mis padres suelen trabajar a esta hora, menos algún día que tienen festivo.
Suspiro y dejo la mochila en las escaleras. Hacer esto último hace que sienta una ligera sensación de liberación en mi espalda, la mochila pesaba como mil demonios.

Camino hacia la cocina y veo un plato de comida en el microondas, supongo que ha sido mamá la que me lo ha dejado, papá suele salir antes de casa así que no le da tiempo a preparar nada. Pongo el microondas en funcionamiento por un minuto, para que la comida se caliente un poco. Mientras espero, coloco un vaso y los cubiertos para poder comer. Una vez que ya se ha calentado, coloco el plato en la mesa y empiezo a comer.

Pasados unos minutos, y cuando ya casi he terminado la comida, escucho la puerta abrirse. Dejo de comer para ver quién ha llegado.

-Por fin- la voz de Kelly llega a mis oídos. Esta deja ir un suspiro pesado y cansado al final de la oración.

-Hola-la saludo y ella da un pequeño bote.

-Pensaba que ibas a tardar un poco más- sonríe a modo de saludo pero tengo la sensación de que  algo no va bien.

-Hoy estaba cansada- encojo mis hombros.-¿Todo bien? Pensaba que te quedarías descansando durante toda la mañana.

-Sí, pero he tenido que salir a hacer unos recados-alza su brazo, mostrando una bolsa de plástico que tiene sujetada con su mano.

Todavía tengo dudas, me da la sensación de que Kelly siempre tiene alguna excusa y no dice completamente la verdad. A pesar de esto, decido no insistir. Seguramente será cualquier cosa que, por alguna razón, no quiere contarme. 

La observo con atención, tratando de notar cualquier rasgo de nerviosismo pero no logro obtener ninguna señal de este. Sin embargo, logro ver un pequeño rasguño en su frente, el cual no había visto antes y que me hace sentir sorprendida.

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