Capítulo 13

5K 437 20
                                    

DELILAH:

Ha pasado una semana desde que fuimos al bosque, todo ha fluido con normalidad desde entonces. No le hemos contado a nadie lo que sucedió ese día y tampoco tenemos planes de hacerlo, hemos acordado que eso quede entre los tres.

Ahora, a la hora del almuerzo siempre nos sentamos juntos, Julliette se ha vuelto una persona imprescindible en nuestro pequeño equipo.
Muerdo un trozo del bocadillo que tengo para almorzar y miro el panorama. La gente también está almorzando y conversando, mi vista se dirige a la mesa en la que Tyler está. Él está sentado con otros jugadores del equipo de fútbol, miro su mochila, la cual está abierta y veo el libro de licantropía. No parece haberlo tocado lo cual hace que un pequeño sentimiento de confusión me invada. ¿Por qué me insistía con tanta urgencia para qué le diese el libro si luego ni lo ha tocado?

Siento una mirada sobre mí así que aparto mi vista de la mochila para ver de quién es. Tyler... Él está observandome serio y juraría que sus ojos tienen un brillo fuera de lo usual, están más brillantes. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo y no logro comprender el por qué, últimamente me dan escalofríos muy repentinos.
Quiero apartar mi mirada de Tyler pero no puedo y él también parece no poder hacerlo.

—Delilah—Julliette me llama y entonces logro reaccionar, parpadeo y quito mi vista de Tyler.

Eso ha sido extraño, aún que han sido tan sólo unos pocos segundos en los que nos hemos mirado, para mi se ha hecho una eternidad.

Miro a Julliette y veo como se ríe.

—Parecíais unos bobos—añade Dylan riéndose.

—¡Dylan!— le digo algo molesta.

—Vale, vale—dice aguantándose la risa.

En algunas ocasiones de verdad que me entran ganas de matarlo. Suspiro y niego con la cabeza, en el fondo lo quiero, es un buen amigo.

—Perdonad que interrumpa—esa voz no es ni de Julliette ni de Dylan.

Es uno de los chicos que estaba sentado en la mesa de Tyler, es jugador del equipo de fútbol. Él está apoyando las manos sobre la mesa.

Alzo una ceja, dándole paso a que siga hablando.

—Esta noche hay partido.

Sé que los tres lo estamos mirando sorprendidos, ¿por qué nos lo dice si no tenemos nada que ver?

—Habíamos escuchado por los pasillos que hoy habría partido— digo y es que es cierto, al llegar, la gente hablaba del partido de esta noche.

—No tenemos planes de ir, la verdad—añade Dylan.

Vale, a veces Dylan puede ser demasiado sarcástico o le pueden salir las palabras de la boca con un toque más borde de lo que quiere. Muerdo el interior de mi mejilla para aguantarme la risa ante como ha sonado lo que ha dicho.

—Bueno, pues ahora ya tenéis plan—el chico sonríe y levanta las manos de la mesa— Por cierto, soy Owen—se presenta.

Asiento y sonrío por educación por que la verdad es que no me apetece para nada ir al partido.

—Bueno, Julliette, Delilah y yo Dylan—Dylan nos presenta y Owen asiente.

—Os veo esta noche—dice.

Él hace una señal con la mano y regresa a la mesa en la que minutos atrás estaba. Suspiro.

Después de todo no puede ser tan malo, tan solo es un partido.

Trato de convencerme a mi misma de que puede ser un buen plan, la mayoría de los adolescentes del instituto van a algún partido de vez en cuando.

El resto de día fluye con una rapidez asombrosa ya que normalmente se hace más pesado.
Cuando llego a mi casa lo primero que hago es subir a mi habitación y me tiro a la cama, la verdad es que me siento bastante agotada. Tampoco tengo planes de arreglarme para ir al partido, no lo veo como algo importante por lo que deba arreglarme. Sin embargo, me obligo a  levantarme de la cama para caminar fuera de mi habitación e ir al baño de la planta de arriba. Enciendo el agua de la ducha y la dejo correr para que el agua sea caliente, vuelvo a mi habitación y cojo ropa limpia. Básicamente escojo unas leggings y una camiseta de manga larga y, por supuesto, llevaré una chaqueta pero eso me lo pondré al salir.
Cojo toda la ropa y voy, otra vez, al baño. Regulo la temperatura de la ducha y quito mi ropa para acto seguido meterme bajo el agua.
Una vez termino me pongo la ropa que he escogido anteriormente, me peino y seco el pelo.

Salgo y me vuelvo a estirar en la cama, agarro mi teléfono para ver el tiempo que me queda antes de ir al partido. Dylan me ha escrito un mensaje.

"Pasaré por ti en diez minutos."

¿Díez minutos? Este hombre está loco.

"¿Tan temprano?"

"¿Estás segura de que es tan temprano? Recuerda que debemos coger un asiento."

Y tengo que reconocer que tiene razón.
Me levanto de la cama, agarro mi chaqueta bajo al salón.

—Papá, ¿me dejas el coche? —trato de sonreír de una manera inocente para convencerlo.

Tengo carné de conducir pero no coche y ocasionalmente tengo que pedírselo a mi padre.

—¿A dónde irás?

—A un partido del instituto.

—¿Con quién?

¿De verdad va a empezar con las preguntas?

—Dylan. Julliette estará allí.

Él parece pensarlo durante unos segundos y finalmente habla:

—Está bien, pero ve con cuidado.

—¡Gracias!

Escucho el timbre y sé que se trata de Dylan. Corro a coger las llaves del coche y antes de salir le digo a mi padre:

—¡Te quiero!

Él ríe.

—Quiero el coche entero de vuelta—bromea y salgo de casa riendo.

—¿Te lo ha dejado?—dice Dylan.

—Ajá.

Me subo al coche y Dylan se sienta a mi lado.
Allá vamos.

BETA© |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora