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Capítulo 4

DELILAH:

Los pasillos del instituto son demasiado grandes e incluso, a veces, cuando hay mucha gente, me resulta agobiante. También puede ser por que últimamente me siento algo estresada por la competición, cada vez queda menos y el nerviosismo me invade.

Agarro con la mano mi mochila que tengo colgada sobre un hombro y continuo caminando hasta llegar a la aula.
Ayer con lo de la investigación no pude salir a correr y ya lo echo en falta.

Al entrar me siento al lado de Dylan, quien está haciendo garabatos en su libreta por el aburrimiento que lleva encima. La profesora no ha llegado aún y lo agradezco, la primera hora de la mañana siempre se me hace pesada; más bien todas las clases se me hacen pesadas. Dylan, en cambio, a veces parece disfrutarlo, cosa que no entiendo y se me hace un poco incomprensible.
Noto como se ha percatado de mi presencia y alza la cabeza.

-Recuerda lo que debes hacer.- dice.

Hago un gesto con la mano y suspiro pesadamente haciéndole saber que ya lo sé. Pedirle el libro a Tyler es un tema que no ha dejado de taladrar mi cabeza y que quiero hacer cuanto antes para no pensar más en ello.
Quizás soy una exagerada y hablar con él no sea tan malo pero lo siento así y de esa manera lo muestro.

-Por cierto, buenos días, eh. -digo aguantándome la risa.

-Buenos días. - habla mientras niega con la cabeza y oculta una carcajada.

Veo como la profesora entra y lo único que se me ocurre hacer es sacar los libros del cajón. Abro la libreta por donde se quedaron los apuntes de la última clase y enseguida comienzo a apuntar lo que ella explica.
Cuando la clase está a punto de terminar, la puerta del aula se abre y todos, o la mayoría de alumnos, levantamos la cabeza.

Tyler. Ha llegado tarde y está en la puerta con la mochila colgada sobre un hombro en un aire despreocupado.
La profesora lo mira y le hace las típicas preguntas de por qué ha llegado a esta hora, finalmente le dice que está castigado a la hora del almuerzo. Tyler, refunfuñando, se sienta en una de las sillas libres y la clase continua.
Es curioso por que cuando llega tarde en la clase del señor Murphy, no le dice apenas nada y simplemente lo deja pasar a la clase diciéndole que no se vuelva a repetir.

No le presto más atención a Tyler y continuo con la clase hasta que se termina. En el cambio de clase, mientras todos esperamos a que venga el siguiente profesor, observo la aula. La mayoría de gente está hablando con sus amigos de clase o algunos pocos aún están con los apuntes, claro está que esos son los más aplicados del aula. Yo, en cambio, me siento la observadora y por ello decido dejar de mirar lo que hace la gente y me giro para hablar con Dylan.

-Necesito encontrar un buen tema de conversación para hablar con Olivia.

-¿Ya estás con eso? -Le pregunto arqueando una ceja.

Él hace un círculo con los ojos y se encoge de hombros.

-Sí, ya lo sabes, siempre estoy con eso.

Y asiento, por que, y tanto que lo sé. Olivia por aquí, Olivia por allá...

-Estás demasiado colado por ella.

-No lo niego.

Siento como alguien se sienta detrás nuestro y observo, Tyler se ha cambiado de sitio. Saca una hoja en blanco y la pone sobre la pequeña mesa del pupitre, me quedo mirando como dibuja algo en ella. Dylan lo mira de reojo, sin hacerse notar demasiado. Yo, en cambio, estoy girada casi por completo, con un brazo apoyado en el respaldo de mi silla y mis ojos están posados en lo que él está dibujando.
Enseguida me arrepiento de estar así y no como Dylan por que Tyler alza la cabeza y me mira fijamente, quiero hacer algo, lo que sea, aún que sólo sea volver a girarme hacia delante y darle la espalda.

-Bonito dibujo. -digo y quiero darme un golpe en la cabeza por haber dicho eso.

Genial, Delilah, no podrías haber pensado algo mejor y quedarte callada.

Tyler no dice nada, solo niega y vuelve a lo que estaba haciendo, cosa que agradezco y hace que me den ganas de reír por lo estúpida que he actuado. Cuando miro a Dylan está con una mano sobre su frente y lo veo temblar, tiembla por que se está aguantando la risa; quiero matarlo por reírse de mí y a la vez reírme con él.

Veo a Murphy entrar en la clase, cosa extraña por que no tengo clase con él ahora.

-Tranquilos, no voy a dar química, estoy de sustituto por que el profesor Williams está enfermo.-nos informa con un toque de humor.

Dejo ir un suspiro de alivio, Murphy dice que tenemos la hora libre para hacer ejercicios o pasar apuntes a limpio pero yo no debo hacer nada de eso, sin embargo, no quiero que me mande algún ejercicio así que hago ver que estoy haciendo algo.
Sé de sobras que Tyler continúa dibujando por que no he escuchado otro ruido diferente al del lápiz moviéndose sobre el papel.

Rato después, Dylan me mira y sé perfectamente lo que quiere decir. Su mirada dice a gritos que ahora es el momento para mirar si tiene el libro. Sin pensarlo más de dos veces, por que sé que si lo hago no haré nada, me giro y busco su mochila esperando que no la tenga colgada del respaldo de la silla por que, si es así, no podre ver nada. Para mi suerte la tiene a su lado en el suelo y no en el respaldo de la silla, también la tiene abierta y puedo ver el libro con claridad. También noto que no se lo ha empezado a leer.
Dylan, al parecer, también lo ha visto y por ello me da una pequeña palmada en la rodilla.

-Tyler. -lo llamo y él me mira de nuevo, hace un gesto con la cabeza indicándome que hable. -¿Te has leído el libro de licantropía?

-No. -contesta con rapidez y seguro de lo que dice.

No añade nada más y me quedo sin saber qué decir en este momento.

Rápido, piensa.

-¿Tienes mucha prisa por leerlo?

Bien, buena salida.

Me felicito mentalmente.

-La verdad es que no. ¿Lo quieres?- dice.

-Si me lo puedes dejar- me encojo de hombros y él suelta el lápiz que tiene en la mano, así dejándolo sobre la mesa -. Te lo devolveré en un par de días.

Creo que tiene un debate mental por que tarda en decirme algo. Poco después lo veo coger el libro de su mochila y me lo tiende esperando a que lo coja.

-Dos días y lo quiero de vuelta. -eso ha sonado muy serio y parece notarlo por que carraspea su garganta. -Necesito leerlo pronto para un trabajo.- y con eso suaviza lo que ha dicho segundos antes.

Asiento y se lo agradezco. El timbre suena e indica que es la hora del almuerzo, recojo todas mis cosas y las pongo dentro de la mochila, el libro de licantropía incluido.
Me levanto y Dylan también, cuando estamos fuera de la aula y no vemos a Tyler, Dylan comienza a hacer gestos con los brazos.

-¡Lo has conseguido!

Dejo que mi risa se escuche, se emociona tan fácilmente y es tan expresivo que siempre me hace reír.