Capítulo 8

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JiMin

- ¡Lo odio! - grite contra mi almohada.

La verdad era que tenía todas las esperanzas de que el tipo realmente se rindiera después de que yo entrara a la casa, y que se vaya, pero pues había ocurrido todo lo contrario, ya habían pasado casi 2 horas desde que aquel ser comenzó a tocar la puerta sin parar, y ese sonido ya me estaba hartando.

-Solo te pido que firmes un pinche papel- gritó por vigésima vez- no te costará la vida.

Ya completamente enojado, y con ganas de partirle la cara, me puse de pie y bajé las escaleras, para nuevamente empezar una pelea.

- ¡Ya cállate! - grite alterado.

-Me callaré, cuando salgas y te dignes a firmar el estúpido papel, luego me iré, y no volverás a saber de mí.

Me apoyé de espaldas a la puerta y le di un pequeño pataso a esta.

-Nunca hubiera querido saber de ti- pensé molesto.

El pelinegro empezó nuevamente a golpear la puerta, y por un segundo me dispuse a firmar la vaina que sea con tal de quitármelo de encima, la cuestión era que después de ese segundo no hubo marcha atrás, abrí la puerta despacio, por si acaso uno de los golpes no se lo daba a la puerta y me lo daba a mí, y estire mi mano.

-Bien, dame el estúpido papel.

JungKook

-Bien, dame el estúpido papel- dijo el enano y estiró su mano.

La verdad, esas fueron las palabras más hermosas que había escuchado en el día, ya que después de que Jin regresara con NamJoon le tuve que decir lo que había pasado, y no había parado de reclamarme por haber hecho enojar al rubio.

-Al fin- dije satisfecho y le di el papel.

Pero este al cogerlo, me miró y puso el papel en segundo plano, ya que lo puso tras su espalda.

-Voy a firmarlo si me explicas que es esto- volvió a exigir, y nuevamente mi ánimo decayó.

-No es nada que vaya a afectarte si es lo que te preocupa- dije fastidiado- no te estoy casando con nadie, ni tampoco estoy vendiendo tu alma, así que solo firma para que pueda irme.

El enano enarcó una ceja y me miro extrañado.

-Eso no es una explicación lógica- dijo finalmente.

Revolví mi cabello con ya bastante enojo, y me acerqué más al enano intentando intimidarlo con mi altura.

- ¿Estás jugando conmigo? - pregunté intentando controlar mi ira.

-Eso debería preguntártelo yo- respondió desafiándome.

La tensión entre nosotros cada vez crecía más y sentía que de verdad iba a explotar de tanto enojo.

- ¡Ah! - grite- ya no puedo con esto.

Y tome nuevamente al rubio en mi hombro y lo llevé hasta el auto de NamJoon, mientras aquel enano en el camino me iba fracturando alguna costilla por las patadas que lanzaba.

-NamJoon- grité y este dejo de besar a su novio para mirarme- nos vamos.

Jin al ver la escena de JiMin en mi hombro se acercó enojado y entonces entendí que era mejor que me apurara, metí a la fuerza a JiMin al auto y me senté a su lado para cerrar la puerta rápidamente, mientras NamJoon calmaba a su novio, y este subía para irnos.

-Te voy a denunciar por secuestro- habló JiMin súper serio.

-Déjame recordarte que tú me obligaste- respondí con la misma seriedad.

Aquellas dos frases fueron las únicas que se escucharon en el carro, pues de camino a casa la incomodidad por parte de los tres era tan notoria, que llego a ser incluso sofocante.

Eres un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora