Capítulo 34

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JungKook

Desperté por el pequeño hilo de luz que entraba por la ventana, y al intentar moverme no pude, pues tenía a un pequeño rubio prácticamente encima mío, y gracias a eso, tuve el tiempo suficiente para contemplarlo, y cada segundo me convencía más de que era realmente hermoso, la verdad no entendía cómo es que en algún momento de la vida pude odiar a esa dulzura hecha hombre.

-Vas a ojearme si me sigues viendo así- dijo JiMin de un momento a otro.

- ¿Estabas despierto? - pregunté confuso.

JiMin abrió sus ojitos y me regaló una tierna sonrisa.

-Acabo de hacerlo- respondió- ¿Quién no se levantaría si lo ven tan fijamente?

Me sonrojé un poco ante tal comentario, y actuando como niño, me escondí en la almohada.

-Es que se te veía tan perfecto durmiendo- dije- fue inevitable.

JiMin me golpeó levemente en el brazo y luego besó la zona afectada.

-Deja de ser tan cursi, cuando te conocí eras más rudo- dijo.

-Sigo siendo rudo- respondí- ¿Quieres qué te lo demuestre?

Y salí de mi escondite para darle un giro a las cosas y ponerme encima de JiMin con sus manos encima de su cabeza, JiMin se sonrojó ante mi acto y trató de soltarse, pero obviamente se lo impedí.

-Eres injusto- dijo e hizo un puchero.

-Tu eres el injusto- respondí y le di un corto beso en los labios para luego ponerme de pie- debemos cambiarnos, Jackson llegará en cualquier momento.

- ¿Cómo sabes eso? - preguntó sin entender.

-Le envié un mensaje pidiéndole que venga a las 12 del día.

JiMin miró el reloj, y luego a mí.

-JungKook- dijo y giró el reloj hacia mí- son las 12:30.

Y como si fuera por arte de magia, el celular de JiMin sonó.

-Hola- dijo ya preparado para la respuesta y lo puso en altavoz.

- ¿DÓNDE COÑO ESTÁN? -gritó un Jackson muy enojado- LLEVO MEDIA HORA ESPERANDOLOS COMO IMBECIL-seguía gritando- ¿QUÉ CREEN QUE NO TENGO NADA MÁS QUE HACER? AHORA POR SU CULPA EL SECRETARIO IM VA A MATARME POR LLEGAR TARDE A RECOGERLO A ÉL, YA QUE MARK Y JINYOUNG SE FUERON A HACER OTRAS COSAS.

-Jackson, cálmate- dijo JiMin tratando de calmar a la bestia.

-NO ME VOY A CALMAR, AHORA APURENSE.

Y con eso Jackson colgó, y aunque yo era su jefe, también fuí su amigo, y reconocía que su carácter era de temer.

1 hora después.

-Ya cállate Jackson- grité ya con una vena a punto de reventarse.

Pues los últimos 20 minutos desde que habíamos subido al auto con JiMin, Jackson no había parado de quejarse por hacerlo esperar.

-No me calles en estos momentos JungKook- volvió a gritar y siguió con sus quejas.

-Te juro que si no te callas, voy a hacerte de patitas a la calle- respondí con el mismo tono de voz.

-Inténtelo joven Jeon- dijo con sarcasmo.

Y lo odié, porque para mí mala suerte no podía, hasta de muerto mi padre me privaba de muchas cosas, el resto de camino transcurrió tranquilo y en paz, pues Jackson ya por fin se había callado, y JiMin estaba dormido, todo estaba en orden.

JiMin

Ni siquiera sabía en qué momento me había dormido, pero muchos hincones en mi cara me hicieron despertar, para ser recibido por un pelinegro con una gran sonrisa.

-Ya llegamos- dijo y me tendió su mano para ayudarme a bajar.

Al hacerlo, mi casa fue el escenario principal y comencé a sentir un gran vacío.

-No quiero que te vayas- dije y me abracé a JungKook como un pequeño animalito aferrado a su dueño.

-Yo tampoco quiero dejarte, bebé- dijo y besó mi cabeza- pero debo ir a hacer mi trabajo, además ya escuchaste a Jackson, el secretario Im debe estar furioso.

- ¿Y no puedo ir contigo? - pregunté con una pequeña esperanza.

JungKook puso un dedo en mi barbilla y alzó mi rostro para besar mi frente.

-Debes descansar- dijo calmado- fue una noche larga.

Y al recordar aquella noche mis mejillas empezaron a arder, pero el sonido del pito de un carro me sacó de mis pensamientos.

-Debo irme- dijo y esta vez besó mis labios- te veré después.

Y con esa frase JungKook se alejó de mí, subió al auto y este se fue, dos segundos después y ya lo extrañaba, pero debía dejar de pensar en eso, y entrar a mi casa, aunque quizás esa no fue mi mejor opción, pues cuatro personas dormían plácidamente en mi sala, en un colchón que reconocía, pues era de mi cama, en definitiva, iba a matar a los hermanos Kim.

Eres un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora