Eres un idiota

Capítulo 35

JiMin

-Jin- llamé intentado calmarme.

Pero al parecer mi llamado no fue del todo calmado, pues las cuatro personas dieron un salto y cayeron al piso, cada persona me veía de manera distinta, pues la mirada de Jin era de un notable "lo siento", la de Tae era de "Bienvenido", la de NamJoon era de "ya valí", y la del peli naranja (que no conocía) era de "¿Que está pasando aquí?".

-Hola JiMin- dijo Tae con una gran sonrisa.

Pero tal cosa desapareció al notar la "tierna" mirada que le dediqué.

-Te lo explicaremos- dijo Jin rápidamente- es una historia graciosa.

Y comenzó a reír para aliviar la tensión, pero él sabía que no iba a funcionar, pues además sabía más que nadie lo ordenado que yo llegaba a ser, y lo fastidioso que se me hacía tener tantas personas en casa.

-Bueno- dijo un NamJoon súper incomodo- creo que debo irme.

Pero todo intento de huir desapareció cuando señalé el sofá y luego a los cuatro seres frente a mí.

-Todos-medio grité- en el sofá- respiré- ¡ahora!

Las cuatro personas en un nanosegundo estaban sentaditos y prestando atención, tipo servicio militar.

-Creo recordar haberles dicho que no debían hacer nada fuera de las reglas y las rompieron todas- dije despacio, como una tortura- en especial la de traer personas sin mi permiso a la casa.

-Per..-intentó hablar Jin, pero lo callé.

-Ahora, como castigo, arreglaran y limpiaran toda la casa, así no la hayan ensuciado toda.

Dicho eso, todos salieron disparados, y aunque no sabían que hacer, solo se fueron sin más indicaciones, y la verdad en ese momento disfruté de su presencia, pues así no iba a pasar tanto tiempo extrañando a JungKook.

JungKook

-Ya te dije que lo siento YoungJae- dije por décima vez- no sabía que estabas con el secretario Im.

Tanto Jackson como yo, nos llevamos una gran sorpresa al llegar a recoger al secretario Im y que este, esté con mi querido primo, pues por muy serio que fuera, llegaba a ser realmente estresante cuando lo hacían esperar.

-Fueron dos horas JungKook, ¡dos horas!

-Pero no las pasaste mal acompañado- dije ya realmente cabreado y con ganas de joderlo.

Ya que para su mala suerte yo sabía su oscuro y vergonzoso secreto. Por el retrovisor solo pude ver una mirada de odio y un leve sonrojo, al fin se iba a callar.

2 horas después.

-Te odio- dijo un YoungJae más calmado al desplomarse en la cama.

- ¿Me odias? - pregunté con un dolor fingido.

YoungJae me tiró una almohada por mi actuación, pero su fuerza era tan poca, que ni siquiera llego a mí.

-Pensé que ya lo habías olvidado y superado- dije sin importancia.

-Yo también lo pensé- respondió- pero cuando lo volví a ver, los sentimientos regresaron.

YoungJae se había enamorado del secretario Im desde que él tenía 14 años y yo 10, pero como siempre peleaban por tonterías, nunca se lo pudo confesar.

-Ahora tienes la oportunidad de decírselo- dije y me senté a su lado.

-Nunca he tenido la oportunidad- respondió y abrazó una almohada.

-Eres un idiota- dije y golpeé su pierna- siempre le mostraste lo distinto a lo que sentías y por eso todo salió así.

-Que más querías que haga- habló alto y de un salto se puso de pie, para comenzar a caminar de un lado a otro- cuando lo intenté hacer, le terminé diciendo que lo odiaba, y después quise entablar una conversación y terminamos peleando, luego cuando me di cuenta, el mal humor reinaba en nuestra "amistad".

YoungJae comenzaba a desesperarse e hice lo que para mí era correcto, pero que sabía que iba a tener una mala consecuencia.

-Ven acá- dije y tomé la mano de YoungJae.

Salimos de mi habitación y caminé directamente a la oficina en donde como de costumbre estaba trabajando el secretario Im, abrí la puerta y jalé a YoungJae conmigo.

-Él tiene que decirle algo- dije hacía el secretario Im, y dejé a YoungJae allí, saliendo rápidamente.

Pues, aunque sabía que luego iban a matarme, algo bueno debía hacer en el año.