CAPITULO 24

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En los departamentos no había relojes, y aun así no le hubieran servido de nada a Geenebra. A tantos metros bajo la superficie, no se sabía si era de día o de noche. Había bebido las latas de suplemento y las botellas de agua que llevo con ella, se sentía aburrida, pero no quería salir y hablar con sus ex compañeros, así que después de lo que a ella le parecieron dos millones de años, salió de nuevo en busca de Nore.

El pequeño rápidamente incluyo a su madre en sus juegos, y le mostro las cosas que había para entretenerse. Geenebra vio que todos jugaban o conversaban, incluso los niños desconocidos ya se habían mezclado con los que viajaron con ella, pero la niña de semblante extraño que tenía la edad aproximada de Nore, seguía sentada en el mismo lugar donde la había visto antes.

—Hijo, ¿Por qué no invitamos a esa niña a jugar?

—Mmm... No lo creo.

—Es solo una niña y está sola, invitémosla.

—Ella no es una niña, ella es Deeline, pero los que vinieron con ella le dicen Deadline.

Geenebra quedo helada ante la respuesta de su hijo y sobre todo al oír el apodo de la niña. Ella sabía, al igual que todos que los nombres de las personas eran adaptaciones de palabras antiguas, incluso de nombres de lugares antiguos y desconocidos, mezclas de palabras que hace mucho dejaron de ser del uso común o sencillamente palabras inventadas por ellos mismo; como su propio nombre, Geenebra, ella no sabía que significaba o de dónde provenía exactamente, solo sabía que su madre lo había escuchado de su abuela alguna vez y que le había parecido que sonaba lindo. Se le vino a la mente docenas de nombres como el de Roseline que significaría "Línea Rosa" o el de una niña de su clase que se llamaba Beesiide que significaría algo como "Lado de Abeja" o algo parecido, ¿que eran las abejas? Ella no lo sabía con certeza, ni si así se escribiría correctamente, al igual como no sabía si su propio nombre estaba escrito correctamente; quizá el apodo de la niña solitaria tampoco era lo que aparente significaba, quizá la pronunciación la engañaba, era imposible que le apodaran a una niñita "Línea de Muerte" solo por ser algo callada.

—¡Claro que es una niña! —Espeto Geenebra cuando por fin pudo hablar de nuevo. —Voy a invitarla a jugar con nosotros.

—Como tú quieras, pero ella no es como nosotros.

Dijo Nore librándose de cualquier consecuencia, y aunque su voz era de lo más infantil Geenebra sintió la advertencia en ella.

Geenebra se puso de pie y despacio camino hacia donde estaba sentada Deeline, cuando fue acortando su distancia con la niña los demás chicos que estaban esparcidos por la sala de juegos empezaron a fijar su atención en ella y a donde se dirigía, por su parte la niña seguía con ese aire ausente pero con la vista fija en algo que sostenía con sus manos; al acercarse Geenebra pudo ver que eran tres pequeñas esferas de cristal que desprendían destellos de colores, la mujer se sentó al lado de la niña en lo que parecía una especie de plataforma alfombrada.

—Hola. —Saludo Geenebra con cautela. —Yo soy Geenebra, vengo de la Zona A, Sub Zona T. ¿Tu cómo te llamas?

La niña retiro su atención de sus manos y miro directamente a los ojos a Geenebra, la cual tuvo una extraña sensación al instante. El cabello de la niña era totalmente negro, cada hebra del mismo lucía extraña, como si estuvieran separados un cabello de otro, era casi como si flotaran armoniosamente en torno a su rostro; los ojos de la niña eran verdes con unas singulares motas cafés, pero al verla de cerca y con atención se podía ver un leve resplandor plateado, lo más abrumador de ese resplandor es que por un momento Geenebra casi pudo jurar que se movía dentro del iris, pero de inmediato pensó que quizá solo fuera el reflejo de la luz. El último detalle que Geenebra noto fue la piel de aquella niña que empezaba a ponerla un poco nerviosa, su piel a simple vista carecía de poros, era como si su rostro estuviera tallado en una roca muy blanca y fina; si Geenebra hubiera conocido el marfil fácilmente lo hubiera podido comparar con él.

En los tiempos del caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora