Aun antes de que la puerta del avión se abriera, Lynae y Jacks ya iban camino a encontrarse con su reina.
Escasos metros separaban a la princesa de su reina, cuando Iyali detuvo sus pasos y comenzó a llorar dolorosamente. Lynae se apresuró a abrazarla y consolarla.
—No pasa nada, esto no es nada comparado con lo que te hicieron a ti.
—Verlo en persona es peor que solo saberlo... Jacks, él podría curarte, ¿se lo has pedido?
—No hay nada que curar y tú lo sabes. Ellas no dejaron nada, los sacaron con completa precisión. Pero los recuperare, porque iremos a ver a mi hermano, ¿verdad?
—Sí, debo ir a ver a mi hijo.
—Muy bien. Ahora porque no dejas de llorar y me presentas a tu peculiar corte.
—Ella es Geenebra 15, 111, 883, y no tengo la menor idea de cómo ha llegado hasta aquí. —Dijo Jack entre divertido e incrédulo, ya que Geenebra era la última persona que esperaba ver en aquel lugar.
—Eres una habitante, eres humana... ¿Qué haces con mi reina? —Pregunto Iyali.
—Ya no es humana. —Aclaro Iyali. —Es una recién nacida, es hija de Aleenah.
Las mejillas de Lynae se encendieron y sus facciones se descompusieron debido a la furia.
—¡Hija de traidores! ¡¡Si no los tengo a ellos, te tendré a ti!!
Lynae utilizando los ojos de la misma Geenebra se abalanzó contra ella, tirándola sobre el suelo helado y la comenzó a golpear con sus puños cerrados. Jacks impresionado por el rápido giro que aquel encuentro había dado no alcanzo a sostener el brazo de Lynae. Pero Nore fue el que si reacciono tan rápido como la furiosa vampiresa.
—¡¡Suelta a mi madre, puta vampira loca!! —Grito al mismo tiempo que apuntaba a la cabeza de Lynae con un arma que Geenebra reconoció, era una de las armas de los soldados de Aleenah, una de aquellas con las que habían devastado a los vampiros de la sub zona, cargada con dardos de aquel virus mortal. —¡Suéltala o te llenare esas asquerosas cuencas vacías con esta mierda y estarás muerta antes de que sepas que te paso!
La decisión y la firmeza de Nore no daban pie ni siquiera a acercársele. Deeline respiraba despacio, rogando porque todo aquello pasara lo más pronto posible. La Madre de Todos estaba inmóvil, inexpresiva, como una estatua que tan solo pudiera observar. Geenebra y Jacks no podían creer lo que veían.
El punto rojo de la mira del arma estaba fijado en la cuenca izquierda de Lynae, inmóvil, no había dudas de que Nore dispararía si no soltaba a Geenebra. Lynae olfateo el aire de la misma manera en que un animal lo haría.
—Hueles a niño humano. —Olfateo de nuevo y viendo con los ojos de Nore se dio cuenta de que el punto rojo no se tambaleaba ni un poco. —Ni siquiera eres un adolescente, pero tienes lo que se necesita para ser un hombre... y no tienes miedo. ¿Ella es tu madre? —Pregunto apenas señalando con la cabeza a Geenebra que aún estaba en el suelo.
—Algo así, no lo sé. Pero si sé que si no la sueltas, morirás.
Lynae sonrió, acto seguido soltó a Geenebra. Al ponerse de pie se sacudió el viejo vestido con dignidad. Nore aún le apuntaba con su arma.
—Eres un niño valiente, no pierdas eso cuando crezcas.
Cuando Nore bajo el arma se dio cuenta de lo que había hecho, había estado a punto de matar a un desconocido por salvar a su madre... le había llamado "madre" a Geenebra de nuevo. Volteo a verla, ella seguía en el suelo, sentada y recuperando el aire, viéndolo y pensando exactamente lo mismo que él.
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En los tiempos del caos.
مصاص دماءEl hombre fue el depredador del hombre; el agua se estaba convirtiendo en veneno y la población mundial disminuía día con día, el dinero de los poderosos no fue más que papel sin valor y ellos solo un puñado más de gente desesperada por un plato de...