CAPITULO 34

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El avión aterrizo, los pasajeros estaban listos para bajar a tierra y mostrarse, los anfitriones estaban listos para recibir a sus visitantes. Todos ansiosos y expectantes.

Antes de abrir la puerta del avión, Geenebra le pregunto algo a Deeline.

—¿Ellos lo sabrán?

—Solo si te prestan demasiada atención o están muy cerca de ti o se dan cuenta de que ya no hueles a humana o te ven beber sangre.

Si aquello era un chiste de seguro a la única que le estaba causando gracia era a la misma Deeline, porque sus palabras solo habían logrado poner más nerviosa a Geenebra.

Cuando la puerta del avión se abrió y desplegó sus propios escalones, el más atento era Stellan. Nore fue el primero en salir; a los ojos del vampiro el niño se veía totalmente diferente, quizá tuviera aun la estatura de un infante en camino a ser a un adolescente, pero su analítico mirar era el de un hombre. La siguiente en aparecer fue Deeline, que de alguna manera al que puso mas nervioso fue a Carlos aun antes de conocerla.

—Stellan, esa niña se ve extraña.

—Tú te ves extraño diciendo eso de una niña.

Al final apareció Geenebra. Lucia tan distinta sin las ropas del Gran Magistrado, lucia diferente en general, su cabello, sus ojos, sus movimientos, como si no fuera ella o quizá otra versión de ella, pensó Stellan, una versión más despierta y viva, pero a la vez más sombría, aunque quizá "triste" era la palabra correcta.

Cuando los tres pasajeros estuvieron frente a sus tres anfitriones se quedaron un rato en silencio, no hubo saludos ni preguntas corteses sobre su viaje, solo silencio. Y en medio de este incomodo silencio Geenebra reconoció a Deepery, aun con el cabello y ropas distintos, aun con maquillaje en su rostro que le favorecía demasiado, la reconoció, a su vez comprendió que sus padres debieron de haber muerto durante el ataque de los soldados de Aleenah, ya que si no seguramente no se encontraría en medio de aquella recepción.

Al final, después de un rato, fue Nore el que rompió el silencio.

—Estamos aquí porque Geenebra necesita un favor tuyo. —Le dijo con claridad a Stellan.

—¿Un favor mío? —Pregunto el vampiro viendo a Geenebra y aprovechando para examinar su rostro por primera vez en meses desde su partida.

Geenebra vio a todos a su alrededor y sugirió ir a un lugar donde pudieran conversar.

Se dividieron en un par de autos; Stellan, Deepery y Geenebra en uno, y Carlos y los niños en otro. Carlos no estuvo cómodo con la repartición de pasajeros, algo en Deeline lo ponía incomodo, así que decidió romper el hielo de inmediato se cerraron las puertas y encendió el auto.

—¿Tu eres el hijo de Geenebra, cierto?

Nore contesto con un quejido, no estaba de humor de dar explicaciones a nadie sobre su relación con Geenebra.

—¿Y tú señorita, quién eres?

—Mi nombre es Deadline, nací en la sub zona donde en antaño se ubicó Italia, mis padres mortales están muertos y padre inmortal fue Ulises, muerto también. Soy uno de los vampiros mas poderosos que existen, ultima de un linaje milenario. ¿Y tú quién eres?

Nore miro asombrado a Dee, jamás la había visto hacer alarde se su procedencia y menos en ese todo tan intimidante, así como jamás la había escuchado presentarse con ese terrible apodo que los otros niños y habitantes de la reserva le habían puesto.

—Mi nombre es Carlos Navarro, —empezó. —nací en Segovia, mis padres mortales están muertos, mi madre inmortal también, ella era una bastarda recién nacida, hija a su vez de otro bastardo, lo que me hace a mí un bastardo igual que ellos, un vampiro sin poderes ni linaje. —Carlos dejo que el auto donde iba Stellan se adelantara, se orillo y se detuvo en medio de la carretera. —Así que... Deadline, ¿qué es lo que pretenden al venir aquí?

En los tiempos del caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora