Hoy Humildad llegó al puesto ❤ #73 Novela Histórica gracias por apoyarme ...
Sin demorarse la Sra. Colleman abrió la puerta de la biblioteca ofuscada por el inoportuno comentario de Jane y observó el panorama: Mary y Will sentados, cada uno en un sillón dos seres de lo más civilizados parecían pintados en una obra de arte. Y la chiquilla se veía refinada. Algo, que a la Sra. Colleman le molestaba sobremanera. Odiaba tanto recato y ella que tenía los peores pensamientos de esas Bennet.
Jane se asomó, observó un instante y siguió su camino, había cumplido con creces su cometido.
William al ver a su madre se hizo el sorprendido y aprovechó para enfrentarla, sabía que su visita no era ninguna casualidad, ya había descubierto quien era su madre en verdad.
―Aprovecho tu visita para comentarte que Mary quiere que su hermana Elizabeth esté en nuestra boda, y yo quiero que así sea, sabes bien que Darcy es mi amigo más preciado de Oxford. Lizzy está embarazada por lo tanto no podrá viajar a Londres. Voy a concederle a Mary el regalo de hacer nuestra boda aquí. No haremos nada extraordinario, pero estaremos con nuestros seres más queridos que a esta altura noto que es lo más importante.
La Sra. Colleman no podía soportar semejante arrebato de su hijo, sin dudarlo se negó a conversar sobre el tema en ese momento diciendo:
―Lo hablaremos con tu padre William, no creo que podamos cancelar las reservas y no me parece correcto lo que dices. Hay personas invitadas y algunos preparativos que no se pueden cancelar.
― He tomado la decisión madre, no te consultaba, no habrá boda en Londres, no te privaré de tu derecho a quedarte en mi boda que será en Pemberley, y tampoco me opondré a festejar mi matrimonio con los tuyos más adelante, pero la boda será aquí. No viajaremos a Londres mañana.
Nada podía salirle peor a esa mujer esa noche, se sentía devastada. Sin hacer más comentarios salió de la biblioteca mientras William y Mary volvían a sus arrumacos sin demorarse. A ella en verdad la encendía ver a Will con esa postura tan varonil.
Diana caminaba por el pasillo con desgano, el nuevo siglo la hacía sentir antigua, le molestaba ver a los jóvenes tomar con ansias el control de sus vidas, la deprimía sobremanera. Ella, no soportaba ser quien obedecía los caprichos de otros. Ella, estaba acostumbrada a que todos hicieran su voluntad y primero que nadie su esposo, que últimamente había dejado de prestarle importancia.
Sam y Georgiana se acercaban por el corredor alegremente, venían de acompañar a descansar a los Sres. Traynor, la vieron salir en ese estado de la biblioteca y presos de la intriga ingresaron a ésta sin dudarlo.
Mientras se ponían al corriente de los acontecimientos escuchando a William Colleman hablar sobre los nuevos planes, Georgiana ofreció con amabilidad el lugar para celebrar la boda con brillos, y Mary decidió bajar a hablar con su madre.
Todos se preparaban para viajar a primera hora de la mañana y eso no sucedería. El viaje debía posponerse al menos por tres días.
― ¡Lizzy querida! ― dijo Mary con alegría al ver que la fiesta continuaba en el salón principal y que su hermana estaba sentada junto a Charlotte, en uno de los sillones charlando acaloradamente.
― ¿Qué ha sucedido? ―respondió Lizzy con tranquilidad mientras la observaba atenta.
―Vamos a pedirle a Darcy que traiga a un sacerdote y nos casaremos aquí, así puedes estar en mi boda. Will se lo ha dicho a su madre, no viajaremos a Londres― Lizzy no podía creer lo que escuchaba, estaba contenta por compartir con sus hermanas el casamiento de Mary, aún no había aceptado perderse semejante reunión familiar, pero, ¡menudo regalo de reyes magos había recibido! : organizar una boda, ya que era obvio que celebrarían la boda de su hermana de la mejor manera posible. Ella necesitaba descansar pero haría un último esfuerzo. ¡Nunca olvidaría esas eternas fiestas de 1900 en Pemberley, eso era seguro!
Mientras Jane se acercaba a la charla y Charlotte le comentaba rápidamente lo sucedido poniéndola al corriente de las novedades, todas observaban a Lydia que bailaba con Wickham de manera exagerada. El baile era observado desde otro punto de la sala por la Sra. Colleman que creía haber encontrado a su pareja perfecta en desfachatez, pero la depresión la consumía al punto de querer arrojarse al suelo a llorar. A esa hora de la madrugada y con todo el alcohol que se había servido en la mansión, Lizzy, ya no se preocupaban por nada. Nadie recordaría lo que sucediera desde ese momento en adelante.
Darcy conversaba con Charles y el Sr. Colleman apasionadamente, mientras el Sr. Gardiner y el Sr. Bennet fumaban a un costado cerca de la ventana más apagados.
En otro rincón estaban los Lucas con la Sra. Gardiner y Lady Catherine. Anne Darcy y Kitty bailaban animadas con los mellizos Lucas, algo jóvenes pero muy adiestrados para el baile y la danza, el coronel Fitzwilliam las observaba atento.
Se habían convertido en una hermosa y combinada familia, luego de dos largas semanas de coexistencia. Lizzy se sentía satisfecha y decidió retirarse a descansar.
Mary caminó junto a ella para ir a la biblioteca en donde se terminaban de pergeñar cómo, cuándo y dónde se realizaría la boda. Georgiana Darcy estaba al mando de todo como si eso le costara mucho y según sus planes las cosas serían de gran magnitud.
Cuando Mary caminaba por el corredor Georgiana salía con energía de la biblioteca diciéndole:
― ¿Le avisaste a mi hermano?
Mary la miró algo confundida y negó con la cabeza, ella casi no había hablado nunca con el Sr. Darcy, no se atrevería a pedirle su casa para celebrar su boda.
― ¿Le tienes miedo? ― dijo Georgiana divertida.
―No hemos tenido la oportunidad de relacionarnos tanto, creo que será mejor que se lo diga Lizzy o Colleman― dijo Mary con algo de vergüenza.
― Se parecen mucho, serios, inteligentes, callados, pero con un gran temperamento escondido. Camina conmigo iremos a contarle, hay mucho que hacer. Si el sacerdote puede venir, te casaras en 48 horas aquí, ¡Al fin una boda en esta hermosa mansión!
Ambas volvieron al salón y pusieron a Darcy en conocimiento de los acontecimientos, a él le pareció buena la idea y le pidió a Charles que se unieran a la charla de Sam y Colleman en la biblioteca.
Las mujeres se despidieron decidieron terminar la velada. Pasaban de las dos de la mañana y a primera hora comenzarían los preparativos nuevamente en la casa.
Lydia exhausta y pasada de copas conversaba con Kitty mientras su marido la tironeaba para llevarla a dormir. La Sra. Colleman ensimismada en sus tristezas molestaba al Sr. Colleman para que la acompañe a descansar y Elizabeth avisaba a todos que no habría viaje a Londres por la mañana, ya que Mary se casaba con Colleman, pero en Pemberley.
La mayoría había bebido lo suficiente para no quejarse de las novedades y alegrarse por poder descansar por más tiempo durante la mañana.
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Humildad y Gratitud
Historical FictionSecuela de Orgullo y prejuicio. Una versión sobre cómo continúa la vida de los pintorescos personajes creados por Jane Austen una vez que Jane y Elizabeth se casan. El centro de esta novela es el amor, ambientada en 1900 junto a los avances c...