William entró en la habitación por la tarde con una expresión que impresionó a Lizzy. Luego de unos minutos explicó los hechos acontecidos en la mansión intentando rigurosamente fiel a su estilo mientras tomaba un baño, no contaba con mucho tiempo para engalanarse. Elizabeth no salía de su asombro y atendió a su esposo sin interrumpirlo, a Darcy se le daba bien relatar acontecimientos y hacer declaraciones cuando algo le interesaba.
Luego de unos minutos se atrevió a decir:
_Te has pasado en dudar de Samuel, su padre está enfermo, su empresa en la quiebra, no tiene trabajo y va a dejar a Georgiana.
_Dudar no es un pecado, estaba preocupado_ respondió Darcy sin esperar.
_Me pone muy triste, pensaba tener una hermosa fiesta y ver a tu hermana ilusionada me había hecho sentir ilusión a mí también ¿Cómo has podido enfrentarlo así William?
_No me culpes, desde que tengo doce años mi hermana ha sido mi mayor preocupación, la madre de Samuel contribuyó a que todos, incluso tú, pusieras en dudas las intensiones de Sam_ replicó Darcy un tanto altivo y alterado, había tenido un día fatal y Lizzy se equivocaba en enfrentarlo.
_No pongas en mi boca pensamientos que son tuyos y de tus sirvientes, ¡jamás dudé sobre sus intenciones!, al contrario, lo primero que hice fue recordarte que mis propósitos y algunas conductas de mis padres diferían en el pasado, y que yo no era responsable de ellos. También te recordé que Sam vino invitado por una carta que te vi escribir con tus propias manos, sus padres no tenían nada que ver con todo eso.
Lizzy, no tenía pensado quedarse callada si opinaba lo contrario, comenzaba a acalorarse, Darcy era insoportable cuando no quería reconocer que había cometido un error. ¡Y eso era exactamente lo que había sucedido!
_Tienes razón Elizabeth_ dijo Darcy dando un giro a la pronunciación de sus palabras, de repente parecía abatido, sin energía para seguir discutiendo, contrariado por la tensión que le producía lo sucedido_, no lo hice queriendo _ continuó diciendo_, confié demasiado en la Sra. Reynolds y olvidé que mi amigo es una buena persona, lo acepto, le pedí disculpas y me puse a su disposición, no me atormentes porque me siento fatal.
_No es mi intención abrumarte, solo me entristece que Georgiana sufra y así es como será, él se irá y no se sabe si volverán a verse_ Lizzy había cambiado el tono de voz, no quería enemistarse con Will la noche de año nuevo, se acercó a él y lo abrazo suavemente, mientras terminaba de secar su cuerpo con una toalla de lino, aún quedaban algunas gotas de agua sobre su torso. Will quiso besarla y acercó sus cuerpos con un movimiento suave pero muy firme, ella se sonrió alejándose y diciéndole:
_Debes dejar de hacer eso, ¡me ves lista para la cena y me provocas!
_No es así Elizabeth, tú me provocas enfrentándome y luego mostrándome tu apoyo y tu amor, sabes que eso me enloquece, no puedo contener mis deseos de tenerte_ respondió él encendido, amaba a su esposa.
_ ¡Deberás contenerte!, aunque han pasado días y me he sentido mucho mejor, aún no he vuelto a ver al doctor_ dijo Lizzy sonriendo y besándolo en los labios rápidamente.
Darcy volvió a atraerla a su cuerpo, no podía dominar sus intensiones.
_ Prométeme que harás lo necesario para solucionar el problema de tu hermana y el de Samuel_ dijo Lizzy dejando que la vuelva besar.
_Dejaré que se vaya si es lo quiere, pero viajaré a Londres para ayudarlo con lo que pueda, Georgiana vuelve a la escuela en Londres en menos de un mes, no cambies el tema_ le respondió Darcy volviéndola a abrazar y suspirando, tenerla cerca tan preocupada por sus asuntos y vestida de fiesta lo enloquecía.
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Humildad y Gratitud
Ficção HistóricaSecuela de Orgullo y prejuicio. Una versión sobre cómo continúa la vida de los pintorescos personajes creados por Jane Austen una vez que Jane y Elizabeth se casan. El centro de esta novela es el amor, ambientada en 1900 junto a los avances c...