Alana paseaba sin descanso por su recámara, mientras lúgubres pensamientos rondaban su cabeza.
Había venido a buscar a su prometida, pensó,un dolor hondo le aprisionaba el estómago. No podía bajar al salón. Si se presentaba ante él abochornaría a su familia desmayándose. Era tonta. Él la había engañado, se había aprovechado, no, no...eso no, si lo pensaba, ella se le había ofrecido como una idiota cegada por el amor. Él no le había prometido nada, pero ella ilusa como era había pensado que él la amaba tanto como ella a él, tal vez su "te quiero" y el de ella no significaban lo mismo.
Iba a vomitar, le temblaban las manos, se sentía morir....no, debía recomponerse, ese estado de nervios sería malo para el bebé. Sí, el bebé era lo primero, tenía que aclarar la mente y ver como conseguir al padre del bebé, a su amor. Se enfadó. ¿Porqué tenía que ser ella la desgraciada? No, volvería a tratar de hablar con la prometida. Sí, le contaría todo otra vez, le suplicaría, su bebé no podía ser un bastardo.
Se acercó a la jofaina y se echó agua fresca en el rostro, no quería que nadie la viera así, fuera de si, le gustaba tenerlo todo bajo control, pero desde que conoció a Raven no controlaba nada, su vida iba por rumbos desconocidos y tenía miedo.
Intentó serenarse respirando profundamente y salió de su cuarto para buscar a su rival.Ana encontró a la criada de su prima donde solía estar, en el cuarto de Verónica zurciendo unas medias. Era una chiquilla muy joven de unos catorce años, que canturreaba mientras cosía.
-Hola,...soy lady Ana, la prima de Lady Verónica.
La muchacha se levantó con premura lanzando al suelo los enseres de costura, y haciendo una graciosa reverencia.
-Milady...susurró la chica.
-Siéntate querida, le dijo mientras entraba en la estancia y se acercaba a ella. Se sentó a su lado y la ayudó a recoger todo lo que se había caido al suelo. Solo quiero hacerte unas preguntas, no te preocupes, le dijo al verla un poco asustada.
La muchacha la miró con aprehensión.
-Es por la desaparición de la señorita, ¿verdad?.
-¿Como lo sabes?...pensaba que era un secreto...
-Todos los criados lo saben señora, usted y los demás han preguntado a todos...
-Si, claro, es verdad....bueno, pues, ¿entonces puedes contarme tu algo?, ¿te dijo algo Verónica?¿has visto u oído algo?.
-Bueno, yo no he visto nada, pero la señorita estaba triste y lloraba...pero luego hace tres días estaba muy contenta y simpática, y me dijo algo.
-¿Que te dijo?, respondió Ana con interés.
-Me dijo "Tilly", ese es mi nombre, " Tilly a veces tendrás que elegir entre lo sensato y cabal, y la locura y la felicidad", luego se rió a carcajadas y me dijo "yo no voy a elegir conformarme". Y luego habló de vestidos, fiestas y cosas así. Es lo único que se, milady.
-Interesante, gracias Tilly, le dijo colocando una mano sobre las suyas, si recuerdas algo más, o te enteras de algo, ¿podrías decírmelo?, por favor.
-Claro, milady.
-Bien, dijo mientras se levantaba para salir del cuarto, te dejo con tus quehaceres.Ana caminaba pensativa por el corredor. Todo apuntaba a que su querida y alocada prima se había fugado con Sir Guy. El muchacho le caía bien, y ya había notado que él se derretía al ver a su prima, pero nunca pensó que ella sintiera lo mismo, ¡que lío!, ahora sería ella la que tendría que hablar con el prometido. Giró una esquina y casi se da de bruces con Alana.
-¡Vaya!, disculpe milady, no la había visto, le dijo Ana un poco azorada. Eso le pasaba por ir pensado en otras cosas.
-No te disculpes querida, yo también iba pensando en mis cosas, de hecho iba pensando en ti. Le dijo mirándola a la cara, tengo que hablarte. ¿Tienes un minuto?, es importante.
Ana se sorprendió de la petición, pero accedió enseguida.
-Si, claro, mi cuarto está tres puertas más allá, si lo desea podemos hablar allí. ¿Que tendría que decirle?¿se habría enterado de lo de la otra noche?¡Dios!, ¿es que todo le tenía que salir mal?.Entraron en la recámara y Ana invitó a Lady Alana a sentarse con ella frente a la chimenea.
Alana miraba fíjamente a la mujer preparando la explicación.
-Bueno, el otro día creo que no me expliqué muy bien, y quisiera que me dejaras explicarlo todo, y luego si gustas puedes preguntarme lo que quieras.
-De acuerdo. Le dijo Ana con curiosidad.
-No quiero que te cases con Raven. Lo amo, Lo amo muchísimo, y es el padre de mi bebé. Y un torrente de lágrimas silenciosas cayeron sobre el regazo de Lady Alana. Se había explicado fatal otra vez.Ana la miraba aturdida, ¿Raven?¿El Duque de Macron?¿casarse?¿ella?.
Alana seguía llorando y tenía la cara descompuesta, roja y los ojos hinchados.
-A ver..., le dijo, creo que no he entendido bien...¿Raven Duque de Macron?, ¿es de él de quien estás enamorada?....¿es el padre de tu bebé?...pero si yo creía que era Sir Marcus Ren...
-¿Sir Marcus?..., dijo Alana sorprendida sorbiendo por la nariz, lo ví una vez con Raven, ¿porqué lo creísteis?...nunca hablé de él...yo solo quiero a mi Raven. ¡Maldito!, dijo levantándose y secándose la cara con la manga del vestido, y se va a casar con vos, a la que nunca a visto, y yo me quedaré sola y mi bebé será un paria. Y prorrumpió otra vez en fuertes sollozos.
-A ver...dijo Ana levantándose, comprendo que estés sensible por el embarazo, pero podríamos hablar sin que llores,...por favor, no voy a casarme con tu Duque.
Alana hipo, y caminó hasta la silla para volver a sentarse.
- ¿No te vas a casar con Raven?¿Porqué?, es un partido perfecto,¿No es lo suficiente para ti?, le dijo enfadada.
Ana pensó que Alana estaba un poco desquiciada, tan pronto lloraba como una loca como estaba enfadada.
-Por favor Alana, ¿puedo llamarte así?, Magnus se equivocó, yo nunca he estado comprometida con nadie, es Verónica la que lo está, mi prima. Magnus me trajo ante ti por error. Has tenido a tu rival ante ti todos estos días. Yo no quiero a tu Duque.
Alana la miraba callada absorbiendo la información. Tantos días perdidos. Ahora tendría que buscar a Verónica y rogarle a ella.
-¡Oh!, vaya...te pido disculpas por todo lo que hayamos hecho mi hermano y yo, y quiero pedirte un favor...no digas nada del bebé, te lo ruego. Le dijo apretándole las manos.
-No te preocupes, ahora que se la razón de mi secuestro quedáis perdonados, y no...yo no contaré nada del bebé, le dijo sonriendo.
-Bueno, muchas gracias, ahora voy a buscar a tu prima, tengo que explicarle porqué no puede tener a mi Raven. Y se levantó para ir a buscarla.
Ana suspiró
-Me temo que te será difícil hablar con ella, dijo levantándose también. Creemos que ha huido.
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Una aventura inesperada (Historia Completa)
RomanceAna, acompañante de su prima Verónica, debe partir hacia tierras inhóspitas para que esta se despose. El viaje será largo y tortuoso, sobretodo por el constante mal humor que hacia ella enfoca Sir Marcus Ren, enviado por Lord Raven, Duque de Macro...