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Marcus estaba cansado, el paseo no le había servido de nada, seguía pensando que Ana había trastocado su vida tan bien planeada, y le había cambiado los pensamientos. Nunca entendió como los hombres y las mujeres hacían cosas increíbles en nombre del amor, para él amor siempre había sido sinónimo de bobada, pérdida de tiempo, y ahora...se moría de amor por Ana. La amaba tanto que incluso se estaba planteando casarse, ¡casarse!, y con ella, ¡por dios!, si estaba embarazada de otro, y a saber de quien....eso le carcomía desde que se había enterado. No podía soportar pensar en ella con otro...no podía...el niño no le importaba, no era un impedimento, le encantaban los críos, y lo criaría como uno más de los que tuvieran juntos, porque sí ¡oh! si, iban a hacer muchos niños.
Y con un nuevo ímpetu regresó al castillo. Estaba decidido, ahora solo tenía un problema...¿como iba a convencerla?....bueno, ya pensaría algo.
Marcus notó un gran revuelo en el castillo cuando regresó, se oía vocear a alguien, y los criados corrían arriba y abajo de la escalera. Agarró por el brazo a uno de los criados que pasaban cerca de él.
-Espera, le dijo, ¿puedes decirme qué sucede?, ¿ha pasado algo?...
-¡Oh!, milord, disculpeme, tengo que llevarla, ya ha llegado,...y salió corriendo sin decirle nada.
-¡Vaya!, pensó, debía ser importante para dejarlo plantado.
Decidió guiarse por el alboroto y enterarse por sí mismo de lo que estaba pasando.
Caminó por el corredor siguiendo la voz masculina que se oía más fuerte, aunque si aguzaba el oído también se oía la de una mujer.
Los vió enseguida, eran cuatro, el gigante secuestrador, que gritaba y braceaba, Raven que tenía agarrada a Alana con gesto protector, y bueno...parecía una muchachita pelirroja, le sonaba,...conforme se acercaba y la veía mejor parecía Lidia ¿Lidia?.
-¡Eres un bruto!, me has agarrado como un saco de patatas y para colmo, ¡mira!, !mira lo que has hecho!, ¡las has destrozado!. Le dijo meneando ante su cara un par de lentes doblados y sin cristal.
-¡serás desagradecida!, te he ayudado, he venido corriendo, y tu me has roto la nariz, ¡me has dado un puñetazo!.
- Te estabas propasando, ¡me has toqueteado!
-¡Yo no te he toqueteado!, estaba comprobando que no tenías nada roto.
-¡Me has destrozado las lentes!
-¡Tu me has destrozado la cara!

-ejemm...interrumpió Marcus, ¿podeis decirme que pasa?, todo el castillo está revolucionado, y a vosotros se os oye gritar desde el salón.
-¡oh! Marcus, dijo Raven, una de las mujeres de tu comitiva ha sufrido un pequeño accidente.
- una de las mujeres de mi comitiva...¡Lady Ana!,..¿está bien?¿que ha pasado?¿donde está?
-Si, nada, en la alcoba de Alana...
-¿Y la habéis dejado sola?, ¿estáis aquí todos y ella está sola?.

Marcus dejó de hablar y dando enormes zancadas se dirigió a la alcoba de Alana, mientras los otros cuatro lo miraban asombrados al escuchar su voz asustada y preocupada.

Ana oía gritos pero no entendía lo que decían. Le dolía la cabeza, bueno, no toda la cabeza, concretamente le dolía la frente. No le apetecía abrir los ojos, esos gritos la molestaban, pero hizo un esfuerzo por abrirlos poco a poco, notaba que algo le impedía abrir el ojo izquierdo. Giró la cabeza hacia el barullo y lo vió. Marcus estaba sentado a su lado inclinado hacía adelante y con la cabeza entre las manos.
-Marcus...susurró.
-Ana..le dijo levantado la cabeza de golpe.
La mujer sonrió al mirarlo, debía haberse tocado mucho el pelo porque lo llevaba hecho una maraña de la que salía algún mechón de punta, llevaba barba de varios días y sus ojos tenían unas profundas ojeras.
-¡estas bien!, dijo sonriéndole y levantándose, voy a avisar a Juliana, estará contenta de ver que has recobrado el conocimiento.
-¿Juliana?...pero.... hizo la pregunta al vacío, Marcus había desaparecido.

Una anciana la observaba desde el umbral, era muy corpulenta, y las capas de grasa ondulaban cuando caminaba hacia su cama.
-Bueno muchacha, veo que estás mejor, ¿te duele algo?, ¿la cabeza?, ¿alguna otra parte del cuerpo?.
-Esto...no, pero no puedo abrir el ojo izquierdo, dijo alzando la mano para tocarse.
-No, no, no te toques, yo te explico...tuviste un accidente y una de las barras de hierro de las cortinas te calló en la cabeza, has tenido suerte, solo te hizo un corte, te lo he cosido, pero te quedará una cicatriz, se rió, te hará el rostro más interesante, y no puedes abrir el ojo porque te he puesto una cataplasma y un vendaje, pero no te preocupes niña, mañana te lo quitaré. Además querida, dijo dándole golpecitos en la mano, seguirás hermosa para tu hombre, el pobre ha estado dos días sentado en esa silla esperando a que despertaras.
-¿dos días?, ¿mi hombre?...perdone, creo que se equivoca...
-No mi niña, ningún hombre actúa como el tuyo si no ama profundamente, ha estado pegado a ti como los pelos al culo, jejejeje...jejeje, y salió del cuarto riendo y haciendo su cuerpo rebotar.
-Que mujer más extraña, susurró.

Marcus vió a la curandera salir del cuarto de Ana, estaba agotado y preocupado a partes iguales, es esos dos días había visto la luz, no podía vivir sin ella, se arrepentía de todas las veces que había pensado que no era bastante para él, que no era pura, que no era perfecta...era perfecta para él, todas esas imperfecciones habían hecho que la amara más profundamente, no podía vivir sin ella. La quería en su vida.
Cuando la anciana pasó por su lado la interceptó.
-¿Como está Ana...esto...Lady Ana?, la ha reconocido, ¿esta todo bien?¿el bebé?
La anciana le sonrió.
-Está perfectamente, la cicatriz que le quede será pequeña, razona correctamente, y no hay ningún bebé, de hecho esta en sus días del mes, así que es imposible que tenga un bebé ¿porqué lo pregunta?.
- Esto...nada...me he equivocado...¿como lo sabe?, esto....ya me entiende...
-Muchacho, son cosas de damas, pero como te veo preocupado..., los mofletes de la cara de la anciana se pusieron colorados, la dama llevaba paños para esos días, así que no hay bebé.
-Gracias, yo, esto...voy a verla, dijo alejándose de la curandera.

-No hay bebé...repitió Marcus a solas. Su cabeza no podía pensar con claridad, "no hay bebé".

Una aventura inesperada (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora