Vladimir:Me encantan sus arrebatos de niña, su sencillez, locura, nunca en mi vida he visto una mujer que se emocione tanto sólo porque nos vamos a quedar unas horas más, en un principio pensé que se molestaría conmigo por tomar una decisión así sin consultarle antes, pero su reacción me sorprendió más.
Es tan transparente, siempre se muestra tal y como es, no oculta lo que piensa, todo eso y su belleza tan natural, es lo que me trae como un idiota detrás de ella, no sé como sucedió, sólo llegó el momento en el que ya no podía dejar de pensar en ella ni un segundo. Llevaba días buscando la manera en decirle que me gusta, pero se me adelanto, así es ella tan impredecible.
—Y si vamos a surfear. —me dice dando un sorbo a su bebida. Eso si que no, esta loca como surfear que tal y sale un tiburón, o la atrapa una ola, se ahoga y luego el pendejo del salvavidas le tendrá que dar respiración de boca a boca, por supuesto que no y no me va convencer de lo contrario.
—Sí claro lo que tú quieras. —maldición, bueno es que con esos hermosos ojos angelicales no me puedo negar, la próxima vez no la veré a los ojos. Esto tiene algo bueno, al menos no quiso ir de excursión a algún volcán de la zona.
Como lo dijo hace un rato ahora esta surfeando, yo preferí quedarme para cuidarla desde aquí, bueno la verdad es que no me gusta mucho, ok no sé hacerlo, siempre he tenido muchas obligaciones los estudios y desde temprana edad la empresa así que no tengo tiempo para aprender este tipo de cosas que parece ser muy peligroso, solo espero que no le pase nada o él señor Philip me cortara mi hombría. Por cierto ahora que lo pienso el señor Philip es algo raro, en un momento me da señales de que le agrado y en otro me quiere casi matar por salir con su hija, pero a pesar de eso siento que nos llevaremos bien.
Por fin la visualizo venir hacía a mí, espero no quiera seguir con lo mismo, me quedo observándola caminar como idiota casi al punto de limpiar la baba que me escurre, a pesar de su pequeña estatura su cuerpo es de tentación y ya me di cuenta que no soy el único en notarlo, uno que otro pervertido se la quiere comer con la mirada, que les pasa no esta sola, tiene pareja y además ni yo he tenido la oportunidad de comerme ese bombón.
Tranquilo Vladimir, pero que cosas me pongo a pensar.
—Ya no quieres seguir. —cubro su cuerpo con una toalla tiembla de frío y la abrazo para dar calor, también funciona para alejar la vista de los mirones. La quiero solo para mí.
—No, es aburrido si no estás conmigo, mejor dime que es lo que te gusta hacer. —si le digo cuáles son mis métodos de diversión me manda a la jodida ahorita mismo, alcohol y sexo no es algo que le agradaría escuchar.
—Vi algo de nadar con delfines ¿quieres ir?. —me escuche súper ñoño, pero no se me ocurre nada y mientras la esperaba escuche a una pareja que pasó hablar del tema, no soy un chismoso ellos hablaban en voz alta y cualquiera lo pudo escuchar.
—Me parece bien. —me da una sonrisa y se para de puntillas para posar sus brazos en mi cuello y besarme, me mata cuando hace eso, me gusta que tomé iniciativa.
Sin decir más, nos vamos hacía donde están los dichosos delfines, por Dios en que me está convirtiendo este mujer, ayer dormí con ella sin tener ningún tipo de contacto íntimo y que a decir verdad ni siquiera pensé en ello, también me salió lo cursi invitándola a bailar en la arena, "bailar" cosa que sólo me he atrevido hacer con alcohol en la sangre y con ella. Da un grito de emoción, cuando algo ha llamado su atención, y a mi me ha hecho dar un salto del susto.
—¿Y si damos un paseo en submarino?, estaría genial, ¿no?..., quise hacerlo cuando fui a Cancún con Bruno, pero no hubo tiempo. —señala con una sonrisa mostrándome un anuncio que está en un autobús afuera del hotel, bueno al menos no suena a algo de peligro.
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La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA]
RomanceJessica Miller de 24 años, una joven linda, sencilla, divertida e independiente, en una situación poco agradable y algo vergonzosa conoce al multimillonario Vladimir Collins, un hombre maduro y antipático, que después de conocer a Jessica y a pesar...