capítulo 17

7.6K 394 14
                                    

El sonido, tic tac del reloj y las teclas del ordenador de la secretaria de Brawn me están poniendo los pelos de punta, espero afuera de su oficina sentada de piernas cruzadas comiéndome las uñas, no sé la razón por la cuál me mandó llamar antes de que me fuera, todas éstas semanas, cinco para ser exacta se ha comportado frío y distantes sólo me habla para cuestiones exclusivas trabajo, es mucho mejor así, quizás el ambiente es tenso pero ya no es estresante trabajar con él, casi no lo veo todo lo trato con su secretaria, al menos que sea muy necesario hacerlo con él, pero..., hoy no sé porque carajos me siento nerviosa, ni su secretaria sabe para que me mandó llamar, ya quiero irme, tengo un mal presentimiento que aumenta con cada minuto que pasa.

—Señorita Miller, puede pasar. —me habla la secretaria haciéndome salir de mis pensamientos. Le doy las gracias y me levanto para entrar.

¡Por fin...!, acomodo mi ropa y lleno mis pulmones de aire antes de entrar, no sé porqué pero mi sexto sentido nunca falla.

—Jessica, toma asiento. —me dice apenas entro girando su silla para quedar frente a mí, su rostro y mirada no dicen nada, no parece estar enojado o molesto pero tampoco se ve feliz o que me quiera premiar por algo.

—Si me mandó llamar por el problema que hubo con el anunció de la revista, no tiene de que preocuparse ya lo solucione. —le digo antes de que él lo haga, queriendo adivinar el motivo por el que estoy aquí.

—No es ése el motivo Jessica. —puta madre ahora que, ya se me hacía rara su calma, lo miró sin entender nada y pidiendo que siga hablando. Me confunde más.

—Él hombre con él sales, ya sé de quién se trata... —me mira frío, sin pestañear y continúa —Es nada más y nada menos que Vladimir Collins, uno de los empresarios más pesados en todo el país y dueño de la agencia de autos con la que tenemos un contrato, contrato que tú obtuviste. —señala acusatorio, enojado, comenzando a elevar su tono de voz.

Trato de responder a sus palabras pero no me deja hablar y continúa.

—Sabes las reglas y políticas de la empresa ¿no? y también sabe las consecuencias que tendrá usted por no seguirlas... —muevo mi cabeza afirmando que ya sé que me va a despedir no tengo escapatoria. En el reglamento y políticas de la empresa, está prohibido tener cualquier tipo de relación extra laboral con algún cliente o persona relacionada con la empresa.

—No se preocupe, no la voy a despedir si es lo que está pensando. —se para de su silla y va hacia dónde yo estoy, posando su trasero en él escritorio

—Si pudo usar sus encantos para conseguir la firma de ése hombre, creo que también los podrá usar para conservar su trabajo. —agrega tomando mi cabello entre sus dedos, jugando un poco con el antes de acomodarlo detrás de mi oreja.

Quito de un solo movimiento su mano.

Me levanto del asiento más que encabronada y poniendo distancia entre los dos, entiendo a la perfección lo que se trae en manos, se necesita ser bastante estúpida para no saber. Él se pone de pié y camina acercándose más a la puerta.

—Haber si entendí, usted está insinuando que conseguí ésa firma de publicidad acostándome con Vladimir Collins. —le grito, furiosa ya me hizo perder la cordura y me importa un plátano quién pueda escuchar.

—No es insinuación es un hecho, después de todo no eres tan intachable e inocente como aparentas ser. —se acerca a mi jalándome de la cintura y acercando su cuerpo al mío, toma mi cara con brusquedad para buscar mi boca y besarme, pero logro estampar mi puño entes de que lo haga, mis nudillos duelen mis dedos punzan pero la adrenalina y el coraje me hacen olvidar rápido el dolor.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora