capítulo 30

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Vladimir:

—¡Demonios! porqué no me lo hiciste saber antes. —cierro los ojos masajeando la cien, estas no son buenas noticias. —Mañana a primera hora estaré allá, algo más que necesite saber, no quiero más noticias desagradables.

Hablo con el encargado en Portland, hubo un problema con un lote de piezas y por si fuera poco una máquina, provocó un accidente a un empleado, ahora quiere demandar, tengo que ir personalmente para dar solución antes de que llegue a oídos de mi padre.

Continuó con la llamada pero el azote en la puerta me hace girar para ver quien es el responsable, mi asistente sabe perfectamente que no me gustan las interrupciones, eso me irrita bastante, pero claro tenía que ser el pendejo de Steve que entra muy quitado de la pena y se sienta poniendo sus pies sobre el escritorio, le doy una mirada fulminante para que los baje, sin embargo no hace caso. Continúo en lo mío tratando de poner más atención a la llamada y no en él.

Pido paciencia, solo eso.

En cuanto termino la llamada, me siento en mi cómoda silla frente a él dando un suspiro pesado y masajeo el puente de la nariz, tratando de tranquilizarme antes de hablar para evitar gritarle y mandarlo a la mierda.

—Podrías bajar tus pies por favor. —sonando lo más gentil posible le hablo en tono severo, seguido le pregunto a mi asistente por el intercomunicador porque demonios no me aviso que él entraría a mi oficina.

—Yo soy tu primo, acaso no puedo hacerte una visita. —contesta indignado por mí comportamiento, éste hombre jamás va a madurar, sólo es un niño atrapado en el cuerpo de un adulto de veintiséis años y por lo visto tampoco tiene educación como se atreve a interrumpir a un hombre tan ocupado como yo azotando la puerta de ésa manera, apuesto a que viene solo a decir tonterías.

—Jessi es la única en la fas de la tierra que te soporta, espero que ahora que se casen, no la conviertas en otra tú.

Baja los pies del escritorio y se acomoda serio en la silla, por lo visto ya sabe de la boda seguro que Jessi en estos días les comento, pero en lugar que me acompañe en mi felicidad, trae cara de velorio.

—¿Pasa algo?. —no acostumbro mostrar interés en lo que le sucede pero parece estar pasándola muy mal.

—Sí..., pasa que ayer tú mujer le platico a Jaqui del compromiso y ahora ella también se va a querer casar y yo no estoy preparado aún, ¿porque lo hiciste?, yo no quiero perder mi libertad.

Nunca lo había visto tan preocupado y pensativo, parece que en verdad le afecta, pero, desde cuando le tengo que pedir permiso en lo que hago, sonrió divertido por su reacción y eso lo encabrona más.

—¡Puta mierda! no estoy bromeando, tu compromiso acaba de arruinar mi feliz noviazgo, de rico sexo sin formalidades —da un golpe molesto en el escritorio pero después de ver mi expresión de desaprobación pide una disculpa.

—El madurar no te caería nada mal, pero no es algo en lo que no te pueden obligar, cuando te sientes preparado para compartir tu vida con alguien más, simplemente lo harás renunciando a las demás mujeres sin que te lo pidan. —me mira intrigado, pestañeando en varias ocasiones y tallando sus ojos con las manos.

—Que putas le has hecho al mujeriego, egocéntrico de mi primo, que siempre se mofaba de tener a cualquier mujer a sus pies sin compromiso alguno.

Sí lo mismo pensé, que me ha hecho está mujer, Jessi es la culpable del hombre que soy ahora soy totalmente otro, me ha hechizado con su belleza y amor, que pinche cursi me escucho, pero ella es la mujer de la que estoy enamorado la única con la podría pasar una vida entera, no hay nada que pueda salir mal entre nosotros.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora