—Ése maldito hijo de puta, te aseguro que se va acordar de mí. —Collins está furioso, hasta las orejas se le pusieron coloradas, mientras le platicaba lo sucedido entre sollozos y sorbiendo por la nariz, lo tuve que detener con ayuda de Bruno para que no fuera a buscar a Brawn.
—No quiero que te metas en problemas por mi culpa, él no vale la pena. —tomó su mano tratando de calmarlo, pero está que hecha fuego por todos lados nunca lo había visto tan enojado.
—Él fue el que se buscó los problemas al meterse contigo. —con gesto de molesto voltea a mí, y en cuanto nuestras miradas se encuentran, el odio en ésos ojos que tanto me gustan cambian al instante por un brilló especial y característico. Luego me hace una seña que me siente en sus piernas y lo hago.
Sin dejar de mirarme comienza hacer caricias en lo largo de mi cabello lo acomoda a un lado, baja por mi espalda y llega a mi cadera dejando ahí una mano, con la otra hace una caricia en mis mejillas y termina pasando uno de sus dedos por mis labios, para después besarme, yo sólo recargo mis brazos en sus hombros, abrazando su cuello y correspondo con la misma entrega el beso, que es como una varita mágica que con solo un toque me hace olvidar todo.
Un carraspeo nos obliga a separar lento, nos hemos olvidado por completo que está Bruno con nosotros, estamos acostumbrados a estar siempre solos él y yo. Aún en su regazo y con la mejillas rojas y no por llorar, volteó a ver a Bruno, que nos mira con desaprobación, sé que también para él es raro, pero ya se acostumbrara.
—Yo pienso que tienes que poner una demanda Jessi esto no se puede quedar así. —agrega Bruno después de que interrumpe nuestro mágico momento.
—Sabes lo que implica una demanda y yo no lo quiero ver en toda mi jodida vida, también ésa es otra razón por la cuál no quiero que él haga algo. —le respondo señalando a Collins y me levanto de su regazo para regresar a mí lugar.
—Pues tienes algo de razón pero reconoce que tardaste en renunciar, si lo hubieras hecho la primera vez que se te insinuó esto no te hubiera pasado, a ése hombre lo pervertido se le nota a kilómetros. —Bruno severo me regaña, tiene razón, lo debí mandar a la mierda hace mucho tiempo, pero soy más terca y testaruda que una mula, diría mi abuela.
—Renunciaste Jessi, ¿desde cuándo?, ¿porqué?. —escucho decir a Steve que va llegando, integrándose a nosotros. Cuántas veces tendré que contar lo sucedido el día de hoy, lo bueno que ya pasó el sentimiento y no me pondré a llorar como bebé.
—Renunció hoy, el pervertido de su exjefe se quiso propasar de nuevo. —responde Bruno justo en el momento que lo iba hacer yo, me ayudó bastante simplificando todo pero sobre todo me ahorro la molestia de hacerlo.
—Pero no te pongas triste Jessi, pronto encontrarás, un trabajo digno para ti, eres una mujer inteligente, trabajadora, honesta y que se sabe dar a respetar, no como la secretaria de mi primito. —Steve me halaga, para mejorar mi estado de ánimo, pero hay un detalle que no entendí, que tiene la secretaria de Collins, quiero pensar que sólo lo quiere molestar como siempre lo hace.
—¿A qué te refieres?, que tiene la secretaria de tu primo. —interrogó confundida, observando la reacción de Collins que se ha puesto nervioso y a la defensiva.
—Pues ella es..., tú sabes la fácil del edificio, a la semana que la contrato tuvo..., ya sabes..., sexo con el jefe y en menos de un mes recorrió todo el personal, hasta el de limpieza la conoce con eso te digo todo, pero solo porque está buenota no ha sido despedida. —ahora que lo recuerdo el día que fui a su empresa vi a una mujer que vestía como teibolera.
—Te refieres a una castaña, plástica y que viste como teibolera, digo la vi en una ocasión y me pareció muy vulgar para mí gusto. —asiente con la cabeza divertido y cuándo va hablar de nuevo es interrumpido por Collins
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La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA]
RomanceJessica Miller de 24 años, una joven linda, sencilla, divertida e independiente, en una situación poco agradable y algo vergonzosa conoce al multimillonario Vladimir Collins, un hombre maduro y antipático, que después de conocer a Jessica y a pesar...