Capítulo 42

6.7K 290 31
                                    

Camino con él siguiéndome los pasos hacia la salida, trató de disimular mis nervios y caminar con naturalidad ya que aún siento mis piernas temblar.

—¿Aquí te parece bien?. —Le cuestiono deteniendo mi caminar en una banca que se encuentra casi a la entrada a lo que sólo asiente y nos sentamos.

La banca es tan pequeña que nuestros cuerpos quedan muy juntos (juro que no lo hice con esa intención, espero que el auto control llegue a mi rápido), puedo sentir el roce de su pierna con la mía, el olor de su fragancia entrar en mis fosas nasales, me encanta, me voy a volver loca.

Nos quedamos en silencio, sólo se escucha la música de la fiesta y la respiración de ambos, con el rabillo del ojo lo veo mover sus dedos sobre las piernas, ¿nervioso?, quizás intenta decirme algo pero no se atreve.

—Veo que lo sigues usando. —rompe por fin el silencio y acerca su mano a mi cuello para tomar el dije del collar que me regaló hace tiempo, lo observa con una mirada descargada de nostalgia como si hubiesen venido a él todos los recuerdos hermosos que pasamos juntos, tal y como me ésta pasando.

—Nunca lo dejaré de usar, es muy preciado para mí, tiene un significado muy importante en mi corazón. —me es imposible no hablar con tanta sensibilidad, existiendo aún todos estos sentimientos de por medio, con todo lo que provoca su presencia.

Lo escucho sacar aire por la boca entendiendo lo difícil que es hablar.

—¿Y que significado tiene para ti?. —cuestiona fijando la mirada en el pavimento.

—Tu amor, mi amor, nuestro amor puro y único. —termino de hablar y nuestras miradas se cruzan, no hacen falta las palabras para saber que los dos nos extrañamos y nos seguimos amando.

No esperaré más, está es la oportunidad que buscaba, el momento indicado.

Acerco mi rostro y cierro los ojos al sentir el contacto de sus labios, un rose abrasador que me deja disfrutar de su textura suave y que llena de regocijo mi corazón, a él también le está gustado mi atrevimiento sin embargo no resisto más y profundizo el beso intentando calmar la ansiedad de  devorarlo continuando así el ritmo lento en el que me lleva.  Toma mi rostro entre sus manos prolongando este dulce momento, solo nos separamos segundos para respirar, no nos importa quedarnos sin aliento, no hay prisa para terminarlo, volver a sentir sus labios me llena de júbilo y una calma inexplicable.

—¿Volverías conmigo? —pregunta muy cerca de mis labios, juntando su nariz con la mía.

—Sí. —respondo y vuelvo a sus labios, no quiero dejar de hacerlo. De un movimiento abrupto me aleja de él incrédulo a mis palabras.

—En verdad..., ¿quieres volver conmigo?. —vuelve a preguntar pero en esta ocasión mirándome a los ojos.

Mis ojos observan como se mueven sus labios al hablar y lo único que viene a mi cabeza es besarlo y lo hago, después de todo extrañaba tanto sus labios, mí elixir de amor, cura para todos mis males. Ahora me besa ansioso, mientras sus inquietas manos bajan a mi cintura haciendo un poco de presión, al parecer ha entendido muy bien mi respuesta.

Toma mi mano y me jala obligándome a levantarme. Comienza a caminar. Sin soltarme me lleva detrás de él en alguna dirección.

—¡Espera!, ¿a donde vamos?, no me puedo ir así nada mas tengo que avisar a Jaqui y a Bruno. —No hace caso y sigue caminando.

—Ellos entenderán, les envías un mensaje en el camino. —creo que sigue siendo el mismo mandón de siempre, quizá sólo por esta ocasión haré lo que me pide sin dar objeción.

Abre la puerta para que suba a su auto y antes de que él haga lo mismo lo veo hacer una llamada que dura muy poco. Después de ponerse el cinturón pone el auto en marcha, ¿a donde vamos? o ¿que es lo que va hacer? no lo sé, y no me importa, estar con él es lo único que me interesa.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora