capítulo 20

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—Y eso es toda la verdad Jessi, mi primo solo exageró las cosas y lo complico todo, aún así mañana comenzaré a buscar otra secretaria. —termina de hablar sentándose a mi lado. Cuándo nuestras piernas hacen contacto me recorro poniendo distancia prudente entre los dos aún no quiero estar tan cerca de él, escucho sinceridad en sus palabras y me hace pensar que dice la verdad, pero aún me muero de celos al saber que ésa mujer ya estuvo con él, el que me lo dijera en cierto punto le da créditos de ser un hombre honesto, pero aunque le dé mi confianza a él, en ella no confío nada, es una zorra así que más le vale y sea cierto lo de cambiar de secretaria, por qué no lo perdonaré hasta que lo haga.

—Y yo como puedo estar segura que no has tenido nada con ella en éste tiempo. —lo cuestiono para estar cien porciento segura quizá pensó haber convencido del todo a ésta pendeja pero pues "No".

Ahora intenta seducirme.

Con mirada presuntuosa me acorrala en él sofá dejando mi cuerpo debajo del suyo sin aplastar, con una sonrisa jodidamente sexi, que me pone nerviosa y acelera mi ritmo cardíaco, inconscientemente muerdo mi labio inferior se me ha antojado tanto besar sus carnosos labios. Es un tramposo que sabe perfectamente que sus labios son mi perdición. 

—Jessi, como quieres que te lo explique, te busqué cómo loco por toda ciudad, arriesgue mi vida al entrar a ése lugar de mala muerte, casi mato aún hombre por tocarte y ¿aún dudas de mí?. —lo dice muy cerca de mis labios con voz suave y sensual, que siento como un gancho al hígado tomándome desprevenida, sin duda, así es cómo gana la batalla ya no estoy molesta con él, lo que más quiero en éste momento es juntar sus labios con los míos y olvidar todo.  

Termino con la pequeña distancia que nos separa y lo beso con mucha entrega, en definitiva yo no podría pasar un sólo día sin él, lo quiero tanto, nadie jamás podría igualar lo que me hace sentir, nunca.

—Te amo. —expreso sin pensar en las palabras. No sé cuánto tiempo es el indicado para saber que lo sientes es verdadero amor pero simplemente salió de lo más profundo de mi ser, porque es lo que siento por él, amor, jamás lo había dicho a nadie porque con nadie lo había sentido, sé que no me estoy equivocando, el amor se siente.

Abro los ojos con algo de miedo al dejar de sentir el calor sus labios y me encuentro en el brillo azulado de sus ojos con una mirada tierna en ellos.

—Tu eres mi todo, también te amo. — acaricia mi rostro y me vuelve a besar,  mi corazón en éste momento da un revoloteo de felicidad, late desenfrenado, me siento en las nubes, en algún punto perderé la razón.

Me besa con más intensidad y pasión, provocándome ése escalofríos en todo mi cuerpo y cosquilleo en mi vientre, las mariposas en el estómago se han descontrolado por completo, lo abrazó más fuerte por la adrenalina, dejando escapar un jadeó involuntario, sus besos bajan por mi cuello hasta el inicio de mi escote, pero no pasa el límite, hasta que la desesperación en ambos aumenta y los besos se vuelven insuficientes.

—¿Puedo?. —pide permiso para desabrochar la blusa jugueteando con los botones.

—No te detengas por favor. —le suplico en un susurro que continúe, la voz se me corta debido a la agitación, no quiero que pare e intento quitar su camisa hasta lograrlo, mis movimientos son muy torpes por la excitación que hay en mí, pero eso no me detiene.

—Vamos arriba. —me levanta del sofá y me lleva cargada hasta su habitación poniendo sus manos en mi trasero no pierde la oportunidad de apretarlo, haciendo crecer la fogosidad en mi, yo abrazo su cintura con las piernas para no caer mientras camina en ningún momento nos dejamos de besar y mientras él está ocupado en mi trasero aprovecho para  acariciar su bien formado y trabajado torso, ahora más que nunca no pienso, no quiero compartirlo con ninguna otra mujer.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora