Capítulo 39

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Hoy por fin terminan mis vacaciones forzadas, ya necesitaba, me urge salir de la zona de depresión y distraer mi cabecita en otras cosas y para eso no hay nada mejor que el estrés laboral. ¿qué como pasé mi caótico fin de semana?, estuvo de la mierda, confieso que hubo muchos momentos en los que me arrepentí de todo lo que dije y estuve a nada de salir a buscarlo y decirle que todas mis palabras fueron producto de mis síntomas premenstruales.

Pero en ocasiones, ok siempre gana mi orgullo y no lo hice me amarre fuerte los ovarios y pues..., aquí sigo, aún viva, con una fuerte depresión, dependiente al chocolate que por cierto tiene muchas propiedades para curar heridas del corazón roto, solo tiene un pequeñito problema, creo he aumentado como cinco kilos, pero eso es lo de menos, total ya no me importa terminar con una obesidad mórbida o parecer una albóndiga con patas y no gustarle a ningún hombre, enserio no me interesa y todo se puede solucionar comprando un dildo, ya que un pene de plástico jamás me va a poner los cuernos.

—Pero que putas es eso. —achico los ojos mientras me detengo en un semáforo en rojo, un puesto de revistas llama mi atención, aparco el auto casi enfrente y bajo para tomar unas revistas en la mayoría estoy en la portada junto con Vladimir, una son fotos de cuando fuimos a California, otras comiendo en diferentes restaurantes, incluso hay una que nos tomaron subiendo al jet, que acaso en este puto país no hay privacidad, sólo les faltó tomarnos fotos teniendo sexo, ¡santo Dios! espero que no las tengan.

Todas esas revistas de chismes baratos tienen algo en común, anuncian nuestro rompimiento con encabezados demasiado surrealistas que superan mi drama; ¿como se enteraron? no lo sé pero al parecer ellos estaban más al pendiente de nuestra relación que nosotros mismos, un momento..., esto quiere decir que todos en la empresa ya lo saben ¡Maldición!, aunque debo decir que es de las pocas revistas que no hablan del tema, pues claro, mi jefe y dueño de la revista es amigo de Vladimir sí seré babosa. Además nosotros no publicamos chismes de lavadero, fin del asunto.

—Es usted la que está aquí, me puede dar su autógrafo. —el encargado del puesto me señala en una de las revistas y sonríe entusiasmado sacando un bolígrafo para que se la firme, sin decir nada dando una sonrisa nerviosa subo al auto para seguir mi camino dejando al pobre hombre sin su autógrafo.

Al entrar al edificio percibo lo que era de esperarse, la mirada de todos sobre mí, desde el personal de limpieza hasta las secretarías y el resto del personal ejecutivo, todo el ambiente en general es bastante perturbador.

Siento algo de alivio hasta que llegó a mi oficina y me encierro bajando todas las persianas, parece que fue mala idea venir mejor hubiera presentado mi renuncia por correo.

—Perdón, debí haberte avisado de lo que encontrarías el día de hoy, pero no les hagas caso, todos son unos chismosos. —entra Andrew sin avisar sentándose en una de las sillas dejando un café para mí en el escritorio.

—No me importa lo que digan o piensen, sólo estaré una semana aquí. —levanto los hombros restando importancia y tomo el café sin poner atención en la temperatura, obvio termino quemando toda la boca dejando insensibles mis papilas gustativas.

—¡Maldición! está hirviendo, porque no me lo dijiste. —le reclamo sacando la lengua en un intento de calmar el ardor.

Él ignora por completo mí accidente con el café —Éstas diciendo que no hubo reconciliación y sigues en tus locos planes de irte —esboza una media sonrisa apretando los labios.

—Entre más lo pienso es lo mejor que puedo hacer, ahora que todo terminó no quiero... —agachó la mirada perdiéndome en el contenido del vaso que tengo en las manos sin terminar la oración, no sé que es lo que me atrae pero parece interesante y bloquea los recuerdos que empezaban a llegar de nosotros, irónico porque ya no habrá más un nosotros sólo queda lo que pudo ser y en este líquido obscuro y caliente observo que me espera un futuro aventurado e incierto, plagiado de tristeza, arrepentimiento, soledad y muchas lágrimas.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora