—Di, ma... má. —solo me observa con sus grandes ojos azules. —Vamos Hannah, ¿porque no quieres decir mamá?. —me dejó caer al césped, que cegada por el resplandor del sol cierro fuerte los ojos. Me estoy dando por vencida de que nunca lo dirá, en cambio ella parece divertirse ya qué solo provoco carcajadas, le gusta hacerme sufrir.
Hannah es mi pequeña de casi un año y hace unos días qué fuimos a despedir a su padre al aeropuerto, ahí ella dijo su primer palabra cuando éste se despedía de ella, "papá", él no cabía de la felicidad al escucharla, casi suspende su viaje, solo para seguir escuchando a su princesa, lo comprendo está niña es nuestro más grande amor, yo por ella sería capaz de dar hasta mi vida.
He hecho unos cambios desde que ella nació pero no me arrepiento en lo absoluto de mis decisiones.
Renuncié a mí empleo.
Es más importante pasar tiempo con ella y no perderme nada de su desarrollo y disfrutar cada instante. Fué una decisión personal muy difícil de la cual no me arrepiento, tampoco lo dejaré del todo, por ahora estoy ayudando en un proyecto de Vladimir, accedí a trabajar junto a él y lo hago desde casa, en unos años espero poner mi propia agencia de publicidad.
Su nacimiento a los siete meses de embarazo fue algo complicado y traumático, tuvieron que hacer una cesárea de emergencia, debido a que tuve una "ruptura prematura de membranas", ése fué el término médico que uso la doctora, lo que yo entendí fue que mí bebé se estaba quedando sin líquido y le costaba trabajo mantener un ritmo cardíaco constante.
Para mi todo fue muy rápido, al entrar al hospital quince minutos después estaba en cirugía, llena de pánico, un miedo constante de que algo saliera mal, tuve a Vladimir que no se despegó ni un minuto de nosotras, con la preocupación e impotencia de no poder hacer nada reflejada en su rostro. Sostuvo mi mano en todo momento y nunca dejó de darme palabras de aliento.
Hasta que llegó el momento más aterrador de toda mi vida, el no escuchar el llanto de mi hija, ver el movimiento de enfermeras y médicos poniendo toda su atención en ella, era frustrante, segundo a segundo aumentaba la angustia, más no recuerdo más, lo último que escuché fue:
—Señor tenemos que dormir a su esposa para poder terminar la cirugía.
Le doy gracias a Dios que todo eso fué solo un susto, tuvo que pasar dos semanas completas en incubadora pero ya se encontraba estable; nos partía el corazón cada vez que la visitábamos en el área neonatal, verla tan frágil, conectada a un montón de aparatos fue horrible, pero más dolía el tener que dejarla ahí y nosotros regresar solos a casa, fueron días muy difíciles.
Mi embarazo fue "normal" o eso creo, el sentir una pequeña vida dentro de ti es sensacional la más linda de la experiencias, a ja, te patea la panza todo el tiempo, vas al baño cada diez minutos, después del quinto mes es difícil dormir boca arriba o boca a bajo, los calambres nocturnos (malditos), te crecen los pechos (eso fue lo más bonito), hubo momentos que me sentía como ballena fuera del mar cada vez que agachaba la mirada y no podía ver mis pies, Vladimir dice que mi vientre no creció mucho que apenas y se notaba que estaba embarazada, claro que no le creo.
Por cierto a mi esposo le tocó la peor parte del embarazo él tuvo que soportar todos mis cambios de humor repentinos, en ocasiones me sentía muy feliz, pero en cuestión de segundos ya estaba irritable, o llorando por que había pasado una mosca, culpándolo a él de todo, lo importante es que me tuvo mucha paciencia y no me pidió el divorcio. Las náuseas disminuyeron considerablemente después del tercer mes, seguido llegaron los antojos, él estuvo atento a cada uno para satisfacerme, también busco unos cursos psicoprofolacticos para el parto del cuál sólo asistimos a un par clases ya que todo se adelanto, y que decir de cuando supo qué iba ser una niña, se puso cómo loco celoso, sí, el muy psicópata se puso a pensar el día que su hija entrará a la preparatoria y en todos los pretendientes que le iba a espantar, incluso pensó en meterla en una escuela de monjas, éste hombre es un caso perdido, ahora dice que entiende a la perfección a mi padre.
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La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA]
RomanceJessica Miller de 24 años, una joven linda, sencilla, divertida e independiente, en una situación poco agradable y algo vergonzosa conoce al multimillonario Vladimir Collins, un hombre maduro y antipático, que después de conocer a Jessica y a pesar...