capítulo 26

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Salgo del baño después de asear mi boca y veo a Vladimir hablando con su mamá, va pensar que no me gustó su comida, ¡Mierda! quiero morir. Bueno en realidad así fue. En cuanto cierro la puerta los dos voltean, y en dos sacadas lo tengo de frente, con ojos de preocupación y angustia.

—¿Estás bien mi amor?, ¿quieres que te traiga algo? , le puedo llamar a un médico para que te revise. —hace tantas preguntas que me enferma más él que la comida, es un exagerado paranoico no es para tanto, no me voy a morir.

—Tranquilo, todo bien.

Abraza mi cuerpo con fuerza presionando mi cabeza a su pecho y acaricia mi cabello.

—Te llevaré a la habitación, necesitas descansar. —que le pasa eso es lo último que quiero hacer.

—No creo que sea necesario. — Niego buscando su mirada.

—Creo que él tiene razón hija, descansa un poco para que te sientas mejor. —completa su madre, dándole la razón, yo simplemente le doy una sonrisa. Se escucha raro su manera tan amable de tratarme, esperó acostumbrarme.

—No tienes alternativa. —me levanta del piso llevándome cargada en sus brazos, ante los ojos de su madre que observa la escena

—Vladimir por favor bájame, yo puedo caminar estoy en perfectas condiciones, me siento muy bien que no lo ves. —yo muriéndome de pena porque estamos siendo observados, pero me ignora hasta llegar a su habitación, cierra la puerta con el pie y me acuesta con delicadeza en la cama.

Me mira con amor y a su vez preocupado, se queda a mí lado y nos acomodamos él abrazándome por la espalda dejando una mano en mi vientre la otra rodeando mis hombros, después de un tierno beso nos quedamos en silencio, incluso así disfruto estar con él todo es perfecto.

No sé cuántas horas son las que dormí o en que momento me quedé dormida, pero despierto y él no está conmigo le hablo pensando que está en el baño pero al no tener respuesta sé que no está en la habitación.

Tomo el móvil de la mesita y veo dos mensajes de mi amiga quiere saber cómo me va con "Cruela Devil", rio por sus ocurrencias y le contesto negando todas las acusaciones que hizo anteriormente, ella responde de inmediato y continuamos la conversación.

Unos cuánto mensajes después se escucha por la habitación el rugir de mi estómago, recordándome que no he comido bien, o mejor dicho nada, busco en mi bolsa algo con que calmar el apetito, (no quiero bajar y encontrar un plato de zanahorias) por fortuna siempre estoy preparada para casos de emergencia, saco un chocolate, unas gomitas y unas galletas y comienzo a comerlas en ése orden.

Terminado de comer la primer galleta, escucho abrir la puerta por dónde veo entrar a Vladimir, se acerca y pongo una galleta en su boca, mientras la come, voltea discreto a ver la pantalla del móvil, sé que muere de la curiosidad de saber con quién me estoy mensajeando. Ruedo los ojos y le pongo la pantalla en la cara para que corrobore que no estoy hablando con algún pretendiente, me da una mirada de ésas que acostumbra a dar cuándo se molesta.

—Ya están sirviendo la cena solo faltas tú, pero si aún te sientes mal puedo pedir que te la suban .—me habla con voz dulce, tierna y limpia migajas de galleta en las comisuras de mis labios.

—Dime qué no son verduras. —ríe después de mis palabras pero yo estoy hablando en serio no quiero volver a levantarme de la mesa a mitad de la cena para ir a vomitar.

La Mejor De Las Coincidencias© [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora