Planes y secretos

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En el momento que supe quién le gustaba a Jon me levanté de la mesa, lo cogí del brazo y lo llevé a hablar en privado, aunque como era de esperar Kevin nos siguió.

-Tenemos que decidir un plan de ataque- Dijo Kevin entusiasmado.

-Tú por la derecha, yo por la izquierda y Jon por el centro para llamar su atención- Dije yo lo más serio que pude ante el plan que se me acababa de ocurrir.

-¿Podéis dejarme hablar?- Dijo Jon irritado.

Kevin y yo lo miramos sorprendidos, Jon no era de los que se enfadaba rápidamente.

-Te escuchamos- Dijimos Kevin y yo al unísono.

-La verdad es que Lizy me lleva gustando ya un tiempo, aunque nunca me he atrevido a hablar con ella. He escrito muchas cartas dedicadas a ella, aunque nunca he sido capaz de enviárselas, así que no se qué hacer- Dijo Jon emocionando.

-Que bonito- Dijo Kevin mientras se secaba una lágrima que había caído por su mejilla.

-Un poco de seriedad- Dije yo mientras propinaba una leve colleja a Kevin.

-Auch- Dijo este haciéndose el dolorido.

-Quejica- Reímos Jon y yo.

-Bueno, si lo que has dicho es lo que sientes en verdad, vamos a tener que pensar en hacer algo seriamente- Dije yo mirando hacia el sitio donde había arrastrado a Jon, dándome cuenta de que era el jardín que solía utilizar el club de botánica. Por suerte no se encontraba en él nadie excepto nosotros.

-¿Por qué no pruebas a enviarle una carta?- Dijo Kevin hablando en serio por una vez.

-¿Pero cómo hago para que no sepa quién soy ni que la tome como una broma?- Dijo Jon pensativo.

-Si quieres puedo hablar con su hermano esta misma tarde, ya que estamos en el mismo club- Dije yo con una sonrisa.

-¿Harías eso por mí?- Dijo Jon emocionado.

-Pues claro, para eso están los amigos, ¿O no?- Dije yo estrechando su mano.

-No es por querer romper este emotivo momento, pero acaba de sonar la campana y nuestra próxima clase es ciencias y no creo que a nuestra querida profesora le vaya a hacer mucha gracia que lleguemos tarde- Dijo Kevin mirando su reloj.

En cuanto dijo eso nos levantamos y fuimos corriendo a clase.

No llegamos ni un minuto tarde, pero nuestra amada profesora nos hizo apuntarnos en la hoja de tardes.

Tras otras tres horas insufribles al lado de Tobby pudimos volver a casa.

-¿No serás tú siempre el último en salir?- Dijo Joe mientras comía una patata.

-No sé cómo haces siempre para que te dé tiempo a todo- Dije yo mientras cogía una patata de su paquete.

-No me quites mis patatas que tengo hambre- Dijo Joe inflando los mofletes.

-Después cuando llegues a tu casa no tendrás ganas de comer- Dije yo cogiendo otra patata.

-Sabes que eso nunca pasará- Dijo Joe cambiando el paquete de patatas de mano para que yo no pudiese coger más.

Tras un rato en silencio se repitió la misma conversación de siempre.

-¿Esta tarde qué vas a hacer?- Dijo Joe mirando el poste donde yo estaba apoyado.

-Iré al club y después tengo que hacer un trabajo con Jonan- Dije yo mirando mi reloj.

-¿Un trabajo con Jonny? Me apunto- Dijo Joe comiendo la última patata de su paquete, no sé cómo no engordaba si se pasaba todo el día comiendo.

-Ven si quieres, pero cuando te avise, ya sé que cuando tú llegues no vamos a hacer más nada- Dije yo tirando el paquete que Joe me había dado, ya que al lado del poste hay una papelera.

-Lo que tú digas capitán- Dijo Joe mientras se alejaba- Ya sabes que hoy tengo gimnasio, luego te hablo.

-Adiós- Dije yo sacando las llaves de mi casa.

Llegué a mi casa y al abrir la puerta de la planta media me encontré con una escena algo diferente a la habitual.

-Buenos tardes, ¿cómo te ha ido el instituto?- Dijo mi primo Axel vestido con el atuendo habitual de mi padre.

-Como siempre supongo, ¿dónde está mi padre?- Dije yo observando la estancia sin encontrar rastro de mi padre.

-Le ha surgido un asunto importante y ha tenido que viajar a otra ciudad acompañado de tu madre, por lo que a partir de ahora y hasta dentro de una semana yo seré tu niñero- Dijo Axel con una sonrisa que más que tranquilizarme me perturbó un poco.

-Lo que me faltaba esta semana, mis padres se van y dejan a mi primo el loco haciendo de mi niñero- Dije yo riéndome.

-Ehh, que que  una vez casi incendiara tu casa queriendo hacer un truco de magia para demostrarte que era un mago no quiere decir que esté loco- Dijo Axel tras lo que los dos comenzamos a reír.

-Bueno, ¿qué delicia ha elaborado hoy el gran chef Axel Thomson?- Dije yo sentándome a la mesa, que al menos parecía que estaba completa.

-Pues mi especialidad y el único plato que sé hacer, un sándwich de jamón y queso- Dijo Axel mostrando orgulloso su plato.

-Doy por seguro que el resto de comidas van a tener que ser pedidas o precocinadas, ¿no?- Dije yo llevándome el sándwich a la boca.

-Sí- Dijo Axel imitándome.

-Casi se me olvida, esta tarde viene un amigo para hacer un trabajo- Dije yo dando otro mordisco a mí sándwich.

-¿Y quién es ese amigo tuyo si se puede saber?- Dijo Axel poniendo la cara de la luna del WhatsApp.

-No pienses nada raro que sólo es un trabajo de matemáticas, y también que yo estoy interesado exclusivamente en chicas- Dije yo terminando mi sándwich.

-Jo, y yo que pensaba que te había encontrado el novio ideal- Dijo Axel imitando una expresión afligida.

Nos reímos y cuando conseguimos parar volví a hablar.

-Por cierto, si en verdad te interesa, mi amigo quién viene a hacer el trabajo se llama Jonan Murphy, no creo que lo conozcas- Dije yo mirando hacia el televisor, el cual me acababa de dar cuenta de que estaba encendido.

Cuando volví a mirar hacia Axel extrañado por su silencio me di cuenta de que su cara estaba más pálida que de costumbre.

La vida del antisocial no es fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora