-Hola Jonan, ¿qué tal?- Pregunté nada más abrir la puerta y encontrar a un Jonan agitado esperando.
-Pues, como de costumbre, ¿puedo pasar?- Preguntó serio, a lo que no hizo falta mi respuesta ya que me aparté de la puerta para dejarlo entrar.
-Bueno, ¿a qué se debe tu visita de hoy?- Dije mientras nos acercábamos a las escaleras.
-Alex, creo que ya deberías saber para lo que he venido- Dijo serio.
-Ah, pues ni idea, ¿me lo puedes decir?- Afirmé sinceramente.
-Joder Alex, sí que eres lento a veces. He venido para hablar con tu primo sobre mi hermano- Continuó serio mientras ya nos acercábamos a la entrada del salón.
-Tu hermano… ¿Es Adam Murphy?- Pregunté nervioso mientras terminábamos los escasos pasos del recorrido.
-Sí, ¿lo conoces?- Preguntó asombrado mientras entraba en el salón.
-Creo que ya no hace falta que te responda- Dije al ver como Jonan miraba a la pareja con una mezcla entre enfado y tristeza.
-Esto… Podéis acercaros, no os vamos a comer- Dijo Adam girándose hacia nosotros- Espera un momento… ¿Jonan?- Lágrimas empezaron a formarse en sus ojos.
-A-Adam, no sabes cuanto te he echado de menos- Dijo Jonan mientras se acercaba a su hermano.
-Entonces, ¿por qué no me visitaste aún cuando me prometiste que lo harías?- Exclamó Adam quien ahora parecía más enfadado que triste.
-N-No pude, ya sabes como son ellos, si se enterasen de que te visité no me castigarían sólo a mí, sino que irían a por ti- Siguió Jonan mientras las lágrimas empezaban a recorrer sus mejillas.
-Pero pudiste al menos hablarme, llevo sin saber de ti todo este tiempo y, al parecer tú tampoco te has preocupado por mí- Dijo Adam mientras también empezaba a llorar.
-Bueno… - Intervino mi primo- Creo que será mejor dejarlos a solas, ¿verdad Alex?
-Sí, mejor nos vamos- Dije saliendo de mi asombro.
Tras nuestra pequeña conversación que no tuvo respuesta alguna por parte de los hermanos, dejamos la habitación.
Narra Jonan
-De verdad, lo que más quería en el mundo era verte, por eso mismo vine hoy aquí, para hablar con Axel sobre ti- Dije Jonan entre lágrimas, aunque la razón no fue del todo la verdadera.
-Entonces, ¿todavía te preocupas por mí?- Preguntó Adam tratando de secarse las lágrimas.
-No sabes cuánto, hermano- Lo abracé y, aunque Adam no pareció esperárlo, me correspondió- A partir de ahora, vendré cada fin de semana a visitarte.
-Prométemelo- Dijo Adam sonriente mientras estiraba el dedo meñique.
-Te lo prometo- Entrelacé mi dedo con el suyo- Bueno, ahora creo que me merezco una presentación formal de mi cuñado, ¿no crees?- Pregunté sonriente, aunque en el fondo, la imagen del idiota que me separó de mi hermano, no hubiese mejorado en absoluto.
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La vida del antisocial no es fácil
Teen Fiction¿Sabes esa típica persona que casi alcanza la perfección, llega siempre a tiempo, incluso le suele sobrar algo de este, tiene muchos amigos con los que le encanta salir, saca todo sobresalientes y todo lo que hace se considera perfecto? Obviamente s...