Una máscara

70 39 0
                                    

Al parecer mi plan surgió efecto, ya que segundos después Emily avisaba que iba a salir con Mia.

-¿Cuánto va a tardar tu madre?- Preguntó Tobby irritado.

-No sé, pero si no ha venido ya quiere decir que vendrá mi padre sobre las ocho y media cuando termine de trabajar. No te preocupes que yo tampoco estoy disfrutando este tiempo contigo- Dije acomodándome en la silla que me había hecho coger.

-Pues todavía queda una hora y media mínimo, ya me dirás tú cómo aprovecho este tiempo- Dijo levantándose de su silla.

-¿Dónde vas?- Pregunté curioso.

-Querrás decir vamos, por si no lo recuerdas no pienso dejarte ni un segundo solo, aunque esto no me haga ninguna ilusión- Dijo obligándome a imitarle.

-Tampoco te creas que me voy a poner a investigar tu casa, no pienso gastar energía en nada que tenga que ver contigo- Dije orgulloso tratando que de que no descubriese que eso era justo lo que tenía planeado hacer.

-No me fío en absoluto, pero tengo que ir al baño así que quédate aquí. Eso sí, si cuando vuelvo no estás prepárate para recibir la paliza más grande de tu vida. Recuerda que en la casa solo estamos nosotros- Terminó triunfante.

-¿Y tus padres?- Pregunté temiendo por mi vida.

-Mi padre se fue justo después de traernos al trabajo y mi madre no vuelve hasta las nueve- Dijo con una mirada aterradora, joder, ya estaba empezando a asustarme.

-Bueno, no me mates, te prometo que no me voy a mover de esta habitación- Dije alzando el meñique.

-No te preocupes, voy a cerrar la puerta con llave desde fuera- Dijo saliendo y un momento después se escuchó el sonido de un cerrojo cerrándose.

Joder, iba en serio al decir que me iba a dejar encerrado, por lo menos podía investigar esta habitación aunque solo tuviese la mesa y varias estanterías, las cuales empecé a mirar sin encontrar nada interesante salvo material escolar. Ya solo me quedaba una estantería por mirar y en ella encontré una foto en la que se podía observar a una familia.

Supuse que eran Tobby con unos cinco años y sus padres, pero no pude distinguirlos bien ya que era en blanco y negro, de verdad, ¿quién se hace fotos familiares en blanco y negro en pleno siglo veintiuno? Lo que sí me extrañó fue que en ella no salía Emily.

Iba a devolver la foto a su sitio cuando se abrió la puerta y Tobby se dirigió rápidamente hacia mí.

-¿Quién te ha dado permiso para tocar algo?- Gritó enfurecido.

-Tenía entendido que lo único que no podía hacer era salir de esta habitación, nunca dijiste nada sobre buscar en ella- Dije tranquilo, aunque se notaba en el ambiente que Tobby no estaba de humor para aceptar bromas en ese momento.

-¿Tú eres tonto?- Dijo levantando la mano para pegarme una bofetada, que por suerte yo esquivé.

-Tranquilo que no es como si hubiese quemado la casa, solo es una foto- Dije tratando de tranquilizarlo mientras esquivaba otro golpe.

-Déjalo, no lo entiendes, mejor vete. Si quieres te dejo dinero para un taxi- Dijo tranquilizándose y recuperando la actitud que había mantenido toda la mañana.

-No, tampoco voy a irme y dejarte aquí tirado. Vale que no nos caigamos bien mutuamente pero tampoco soy tan mala persona como para dejar a alguien tirado cuando está mal- Dije acercándome a él.

-Como tú lo has dicho, no me caes bien, así que no tienes por qué quedarte. Es cosa tuya si aceptas el dinero o no, pero por favor vete- Dijo con los ojos llorosos. No se parecía en absoluto al Tobby de siempre quien siempre mantenía un aire de orgullo, sino que parecía un nuño pequeño a quien se le acababa de romper su juguete favorito.

-Como quieras, no voy a aceptar el dinero, no te preocupes llamaré a un taxi, tengo algo de dinero, así que supongo que será bastante para el camino a mi casa- Dije dirigiéndome a la salida de la habitación- Nos vemos mañana- Terminé con una sonrisa.

No recibí respuesta más que una pequeña sonrisa por parte de Tobby, la que creo que fue la primera sonrisa más o menos sincera que recibí de él.

Llamé a Axel y en cinco minutos estuvo en el sitio.

-¿Cómo te ha ido?- Preguntó con una sonrisa que no tardó en cambiar al ver mi cara de muerto.

-Haz caso cuando te den un consejo, o una orden mejor dicho en este caso- Dije sentándome en el asiento del copiloto.

-¿Quieres decirme qué ha pasado?- Preguntó preocupado.

-Me metí donde no me llamaban y la cagué, aunque creo que podría haber sido peor, por lo menos he salido entero- Dije tratando de esbozar una sonrisa para calmar el ambiente.

-No te voy a obligar a que me digas nada, pero quiero que sepas que te escucharé en lo que tengas que decirme y no te voy a juzgar- Dijo poniéndome una mano en el hombro justo antes de arrancar el coche.

Pasamos el camino en silencio, y es que los cinco minutos de trayecto se convirtieron en cinco horas para mí.

Cuando llegamos a mi casa me fui directamente a mi habitación y me puse a pensar en todo lo que había pasado desde el miércoles anterior y es que en menos de una semana había hecho una fiesta, me había enterado de que mi primo tiene un novio y lo había conocido, estaba sentado con el pijo del colegio…

Cuando recordé todo esto me di cuenta de que mañana volvería a ser miércoles y tendríamos otro cambio de sitio, aunque ya no estaba tan seguro de querer que esto pasase, y no es que el idiota de Tobby ahora me callera bien de repente, sino que me empezaba a producir curiosidad todos los misterios que lo rodeaban, desde esa foto hasta qué hacía visitando el cementerio por las mañanas antes de ir al instituto.

Pensando en diferentes cuestiones que tenía en mi cabeza llegó la hora de la cena y Axel me llamó para ir al comedor. Esta vez había encargado comida evitando que pasase lo mismo que esta mañana y yo se lo agradecía de todo corazón.

Después de cenar volví corriendo a mi habitación y sin saber cómo caí rendido incluso con el uniforme del instituto todavía puesto.

La vida del antisocial no es fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora