Claves

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-¿E-Emily?- Pregunté atónito- ¿Qué haces por aquí?

-Ah, hola Alex, Alan. Venía con el idiota de mi hermano pero lo he perdido- Dijo molesta.

-Si quieres podríamos ayudarte a buscarle- Intervino Alan mientras yo me recomponía.

-No os preocupéis, de todas formas no pienso quedarme mucho…- Explicó con un aire misterioso- Como sea, ¿por qué habéis venido vosotros?

-Pues la culpa la tiene este que por imbécil- Refutó mosqueado.

-Eh, tampoco te pases, tú aceptaste acompañarme…- Traté de defenderme haciendo así que Alan me mirase molesto.

-Si por aceptar acompañarte te refieres a que me rogaste hasta que te dije que sí, dices la verdad- Siguió burlón ganando que Emily riese.

-Bueno, creo que os voy a dejar, estoy cansada y el idiota no parece, nos vemos en clase- Dijo justo antes de perderse entre la gente.

-Te sigue gustando, ¿verdad?- Habló Alan al cabo de unos segundos

-No lo sé- Dije sinceramente- Volvamos a lo que nos preocupa, tenemos que encontrar a mi primo.

-Lo que mandes, eres tú el que me va a pagar de todas formas- Exclamó animado.

Seguimos con nuestra misión a través de la gente hasta que recorrimos todo el local y no encontramos rastro alguno de ellos.

-¿Estás seguro de que vinieron aquí?- Preguntó Alan cansado mientras se sentaba en uno de los sofás de la zona.

-Según dijeron, iban al local más reciente del centro y, si Joe no se equivocaba, es este- Expliqué sentándome a su lado.

-Sinceramente Alex, llevamos más de una hora buscando, estoy reventado, así que sintiéndolo mucho, yo me voy a ir ya, no me pagues si no quieres- Dijo mientras trataba de levantarse justo antes de ser detenido por mi agarre- ¿Qué pasa ahora?

-Llévame a mi casa al menos, ese era el trato- Le miré sonriente.

-Cómo voy a disfrutar de esas palomitas, vamos anda- Respondió divertido.

-Eres el mejor- Sonreí.

-Seguro que le dices eso a todos- Rió- No tardes o me voy solo.

-Que poca fe… ¡Espera, no te vayas!- Exclamé al ver como se alejaba lentamente.

Conseguimos salir a duras penas no sin antes llevarnos otra paliza de golpes y, siguiendo la misma ruta, volvimos al coche de Alan.

-Literalmente, ha sido una pérdida de tiempo. Al menos conseguiré mi recompensa- Dijo mientras buscaba las llaves de su coche.

-Mira el lado positivo, al menos tú vas a ganar algo, yo ni eso- Seguí desilusionado.

-Alex, tenemos un problema- Siguió mirándome serio.

-¿Qué pasa? Ya lo único que puede empeorar la noche es que nos ataquen unos zombies- Dije burlón.

-Es enserio Alex, no encuentro las llaves del coche- Exclamó preocupado.

-Bueno, relájate, seguro que podemos encontrarlas- Dije tratando de tranquilizarle.

-¿Cómo quieres que me relaje?- Gritó- Si las he perdido ahí dentro es imposible encontrarlas.

-No hay nada imposible, te aseguro que vamos a encontrar esas llaves- Dije serio.

-No, déjalo. Le diré a mis padre que perdí las llaves de mi coche nuevo dentro de una discoteca en la que para empezar no debería haber estado, seguro que se lo toman bien- Dijo irónico mientras yo comenzaba a alejarme- ¿Dónde vas?

-Obviamente dentro, prometo encontrar esas llaves- Exclamé sonriente.

-Eres un caso perdido- Sonrió mientras se acercaba a mí- Lo peor que puede pasar es que no las encontremos.

Regresamos a la discoteca y, tras sufrir la tercera paliza, llegamos a la barra donde teníamos intención de preguntar sobre las llaves.

-¿Qué puedo ofrecerles?- Preguntó un sonriente camarero acercándose a nosotros.

-Pues, no teníamos intención de tomar nada, sino de hacer una consulta- Expliqué.

-Lo siento caballeros, si no hay consumición, no hay consulta. Es la política de este sitio- Siguió, ahora adoptando una actitud más seria.

-Hemos tenido un problema aquí, así que deberías solucionarlo- Intervino Alan relajado.

-Ya os lo he dicho, o consumen o se quedan sin consulta, ustedes deciden- Declaró.

-Lo siento Alan, esto ha sido culpa mía…- Dije arrepentido- ¿Qué me recomienda?

-Esto si me interesa más, le recomendaría la Absenta- Volvió a su actitud amable.

-¿La qué? Bueno, póngame lo que quiera- Dije aburrido.

-Marchando- Sonrió justo antes de tenderme un vaso que contenía un extraño líquido verde- Ahora sí, ¿cuál es vuestra duda?

-Pues, hemos estado aquí hará unos diez minutos durante más de una hora y, cuando iba a abrir mi coche, mis llaves no estaban- Explicó Alan.

-Realmente, no creo poder ayudaros, si alguien ha encontrado esas llaves, lo más probable es que ya no las vuelvan a ver, aunque si bien todavía nadie las ha visto, pueden tener una oportunidad- Afirmó.

-Entonces, no perdemos nada por probar, podemos buscarlas- Dije sonriente sin haber tocado el vaso siquiera.

-A modo de recomendación, miren primero en los lugares en lo que hayan menos personas- Dijo pensativo.

-Pues, muchas gracias por la ayuda, ¿cuánto serás?- Pregunté sonriente.

-¿La absenta? No la han tocado, así que no será nada, ahora sí, buena suerte- Sonrió.

-Pues muchas gracias, por cierto, no nos hemos presentado, somos Alex y Alan, ha sido un placer- Dije alegre.

-Walter, ahora largaos a buscar esa llave antes de que sea demasiado tarde- Rió.

Recordando el transcurso de los hechos, y sin haber encontrado ni rastro de la llave, nos dirigimos al lugar que era nuestra última esperanza, la zona de los sofás.

-¿Has tenido suerte?- Preguntó Alan mientras inspeccionaba un sofá- ¡Alex!

-¿Eh? Perdón, estaba pensando- Dije cansado- ¿Cómo es que no hay nadie en esta zona?

-Ahora que lo dices… Tienes razón. A la gente no le gustará sentarse, no sé- Dijo divertido- Volviendo al tema, ¿encuentras las llaves?

-Ni rastro de ellas- Afirmé levantándome del último sofá que quedaba por inspeccionar- Lo siento tío, es mi culpa.

-No te preocupes, ya me las arreglaré. Ahora lo único que quiero es volver a casa- Dijo desesperanzado.

-Creo que tengo dinero como para pagar a un taxi, así que podríamos pedir uno- Dije agotado.

-Como prefieras, no me importa ir andando de todas formas…- Siguió desanimado.

Nos giramos hacia la salida cuando un repentino sonido detrás de nosotros nos hizo volvernos hacia él.

-Vaya… Vaya. ¿Cómo vosotros por aquí?- Dijo burlona una figura ensombrecida mientras movía lo que parecían ser unas llaves de coche- ¿Realmente no me reconocéis? Me deprime…- Siguió acercándose  hacia la parte más luminosa.

-¿¡Tobby!?- Exclamamos Alan y yo al mismo tiempo.

La vida del antisocial no es fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora