Encuentros y nuevas amistades

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Narra Isaac

Cuando llegamos al sitio que se encontraba más vacío, la primera persona a la que vimos fue Mia.

-Hola, Isaac, Andrew- Dijo Mia con un vaso de Martini en la mano, aunque no parecía haber bebido nada. La verdad es que acababa de conocer a Mia esa misma mañana, y aunque conocía a Alex desde pequeño, ya que fuimos a la misma guardería tanto Alex, como Kevin, Joe y yo nunca me habló mucho de su familia. Volviendo a Mia, me había parecido una chica muy agradable, y por qué no decirlo, bastante mona pese a parecer bastante más joven que el resto de chicas de nuestra edad.

-Hola Mia, por lo que se ve te atreves con el alcohol- Dije sonriente.

-Claro, normal, después de tanto… quiero decir, no es la primera vez que bebo- Dijo Mia pareciendo ocultar algo.

-Bueno, estamos en una fiesta, así que ya está de tonterías, vamos a bailar- Dijo Andrew arrastrándonos tanto a Mia como a mí a la multitud de gente que se encontraba en la pista de baile.

Empezamos a bailar y lo hicimos durante algunos minutos hasta que Mia volvió a hablar.

-Me duelen los pies, voy a ir a sentarme, ¿alguien me acompaña?- Dijo Mia, quien se veía dolorida. Miré sus pies y vi que tenía que estar diciendo la verdad, ya que llevaba unos tacones de unos 15 cm de alto.

-Te acompaño, la verdad es que no me gusta mucho bailar- Dije.

-Yo me quedo aquí, me ha parecido ver a Jon, así que voy a mirar- Dijo Andrew perdiéndose entre la multitud.

Mia y yo buscamos un sitio para sentarnos y terminamos en la barra. Yo no tenía intención de beber nada ya que no estaba acostumbrado a tomar alcohol, pero en ese momento me di cuenta de que Mia me había colocado un vaso como el que ella tenía antes delante.

-Te invito- Dijo Mia riendo- Aunque las bebidas y todo lo demás sea gratis.

-Gracias- Reí y empecé a beber. Al principio quemaba mi garganta, pero trago tras trago el dolor desapareció. Tras unos minutos y unos cuantos vasos bebidos empecé a hablar.

-¿Y cómo es que te has mudado a mediados de curso?- Dije algo borracho.

-Cosas que pasan, mi padre ha sido trasladado a esta ciudad y he tenido que dejar mi instituto, aunque por lo que he visto por aquí tampoco me parece tan malo el cambio- Dijo Mia quien parecía no haber tomado un solo trago y llevaba como el doble de vasos bebidos que yo.

-¿Y tienes pareja?- Dije inconscientemente.

-Actualmente no, pero ¿por qué tanto interés de repente?- Dijo Mia mirándome con una cara pícara.

-No sé, lo he dicho sin pensar, la verdad creo que me he pasado bebiendo- Dije algo avergonzado.

-Ya que has preguntado, ahora me toca a mí, ¿tienes tú pareja Isaac?- Dijo Mia justo antes de dar otro sorbo de su vaso, el cual había cambiado de contenido y ahora era de Ginebra.

-La verdad es que tampoco, desde que lo dejé con mi novia no me ha vuelto a gustar nadie- Dije mientras seguía bebiendo, aunque sin saber bien el por qué de mi vaso.

-¿De verdad no estás interesado en nadie?- Dijo Mia mirándome con curiosidad.

-Ahora que lo dices, no lo sé ni yo, lo único que sé es que en estos momentos no quiero pareja- Dije aunque en verdad no lo tenía claro ni yo mismo.

-Bueno, a lo mejor puedo ayudarte a tenerlo más claro- Dijo Mia.

Justo cuando iba a preguntarle sobre qué estaba hablando sentí algo sobre mis labios, pero no sé si fue por lo borracho que estaba o porque en verdad no me estuviese disgustando en absoluto no me aparté.

En ese momento esclarecí mi mente y me di cuenta de lo que estaba pasando, y es que Mia me estaba besando.

Me dejé llevar y noté como Mia intentaba profundizar el beso, su actitud adulta no encajaba en absoluto con su aspecto infantil.

Me dejé llevar y unos segundos más tarde sentí como la lengua de Mia intentaba abrirse paso en mi boca, yo sin estar todavía seguro de lo que hacía se lo cedí.

Tras un momento que no quería que acabase nunca nos tuvimos que separar por falta de oxígeno. Puto oxígeno siempre jodiendo.

-¿Ya tienes algo más claro?- Dijo Mia tratando de recuperar su ritmo de respiración habitual.

-La verdad es que me ha encantado, pero ahora mismo no estoy en condiciones de hacer nada que pueda ser considerado serio, si no te importa podemos quedar mañana para hablar- Dije siendo consciente de mi borrachera.

-¿Lo podemos llamar cita?- Dijo Mia emocionada.

-Obviamente- Dije con una sonrisa. Me resultaba muy gracioso cuando Mia recuperaba su actitud infantil.

-Por cierto, todavía no tenemos nuestros respectivos números- Dijo Mia sacando su móvil de su bolso, tras lo que empezó a dictármelo.

Cuando ambos tuvimos el número del otro guardamos los móviles y decidimos volver a la pista de baile, donde encontramos al resto de integrantes del grupo.

Narra Jon

Acabábamos de entrar a la fiesta y ya estaba perdido, por lo menos había tenido la suerte de agarrar a Daniel del brazo, por lo que al menos no estaba solo.

-Esperemos a que se calme la multitud para reunirnos con el resto del grupo- Dijo Daniel mientras nos dirigíamos a un sofá que se encontraba algo alejado del lugar donde estaba toda la gente concentrada.

-Vale, pero no te sueltes, lo último que quiero es además de estar perdido solo- Dije mirando a Daniel a los ojos. Desde siempre los ojos de Daniel habían llamado la atención de una gran mayoría de personas, ya que estos eran de diferente color, quiero decir, tiene heterocromía. Su ojo derecho es marrón, mientras que el izquierdo es verde.

Estábamos a punto de sentarnos en el sofá cuando chocamos con alguien que tenía las mismas intenciones.

-Perdona, pero creo que nosotros hemos llegado antes- Dijo Daniel tocando el hombro a la persona que se interponía entre nosotros y el sofá.

-No es por nada, pero quien se encuentra más cerca del sofá soy yo- Dijo el extraño girándose, y la persona que resultó ser Sam.

La vida del antisocial no es fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora