25. ↓Tυ ɴoмвre eɴ мι lιѕтα↓

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-Kookie, en un hora sale el vuelo, en quince minutos nos iremos al aeropuerto para alcanzar a hacer el checking.- Escuché a mi madre decir a mi espalda y después procedió a salir de mi habitación.

Las maletas ya estaban en el auto, lo único que faltaba era que yo me metiera en el, pero seguía aquí clavado como una maldita estaca en mi balcón, recordando lo hermoso que se veía Jimin en la mitad de la madrugada y como se sentían sus labios y manos sobre mi. Lo más sano será dejar de pensar en ello, lo mas sano es subirme al auto y dejar a Jimin a miles de miles de kilómetros lejos de mi vida.

Asusta, de verdad que asusta salir de una mala relación y abrir tu corazón para sufrir aún más, lo gracioso es que no somos nada, si hace un par de días era incómodo llamarnos amigos, ahora ni eso podemos ser, el debe estar en algún lugar con todo su odio hacia mi.

Tome una gran bocanada de aire después de un tiempo considerable y me dirige hacia la planta baja de la casa pero no sin antes echarle un último vistazo a la que fue mi habitación por una semana, supongo que los recuerdos se deben quedar aquí.

Cerré la puerta y salí de la casa con mis padres. Era al rededor del medio día, pero podría​ parecer mas tarde o temprano ya que el cielo estaba nublado.

Seguí a mis padres hasta el auto y esperé a que se subieran primero para observar por última vez la casa de en frente, estaba dejando tantos sentimientos aquí que se que al llegar a Corea me quedaría vacío para quien sea.

Abrí la puerta del auto para subirme con la esperanza de apagar todas esas voces y las espinas que sentí en el asiento al entrar y subirme, era esa maldita sensación que me impedía irme no sin antes aclararle a Jimin lo que había ocurrido.

Cerré la puerta con mas fuerza de lo normal para callar a mi propia consciencia, pero el rugido del motor del auto encenderse solo me causó mas estragos.

Vi como nos alejabamos de ambas casas, ya habíamos doblado la esquina y creí que cuando desaparecieran de mi campo de visión me sentiría un poco mas tranquilo, pero fue peor, el sentimiento de dejar algo olvidado comenzaba a martillearme.

-¡Padre deten el auto!.- El chofer de mi padre frenó de golpe y antes de que comenzaran a preguntarme el motivo abrí la puerta y salí disparado de ahí.

Ya estabamos varias calles alejados y la desesperación hizo que comenzara a correr para acercarme mas rápido a su casa, las conté, me faltaban solo dos calles, y el alivio comenzó a hacerse más grande.

Cuando por fin estuve parado frente a su casa noté lo agitado que estaba. Si él está mal por algo que cree que hice entonces debo arreglarlo, porque sé que es egoísta dejar que él solo se ahogue en sus pensamientos, me han dejado de esta forma muchas veces.

Me acerqué hasta la puerta y noté que ahora estaba cerrada con llave. Comencé a gritar su nombre afuera de su casa pero no abría y me desespere, antes de estar al borde del llanto una vez más, intenté hablar. Él podría estar ahora mismo parado del otro lado de la puerta, en la sala o cualquier otro lugar cerca, podría escuchar mi voz al menos esta última vez.

-Jimin...- Se que dije que no lo haría pero no pude evitarlo y solloce con la frente recargada en su puerta.- No se que es lo que pienses ahora sobre mi ¿Sabes? No puedo leer tu mente aunque me gustaría, tal vez...- Volví a sollozar.- Solo tal vez de esta forma podríamos entendernos, las palabras muchas veces sobran, pueden mal interpretarse y ser inútiles, pero ahora es lo único que tengo Jimin, lo único que podría ser valido para ti si así lo decides.- Observé como mis lágrimas iban directo al piso.- Yo alguna vez pensé lo peor de ti sin conocer nada, entonces ¿Merezco también pasar por esto? Tal vez sea así, pero necesitas saber que no hice toda esa mierda de forma consciente, ni siquiera sabía que el era algo tuyo, joder Jimin yo no sabía absolutamente nada y eso es todo lo que puedo decir.- Me limpie las lágrimas y me separé de la puerta.- Te quiero, si esta es la última vez que decidiras escuchar mi voz, pues recuerda bien esto, Te quiero aún así me odies, y eso es lo poco y lo único que tengo respecto a ti, diablos, no se que somos, solo se lo que siento por ti.- Comencé a retroceder.- Pero tu no abres la puerta y el tiempo se me acabó. Espero hagas feliz hoy a Sorn en su día número 100. Se feliz de forma permanente, ya no estaré cerca, entonces eso será relativamente mas fácil.


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