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37. Cαrα lιɴdα, corαzóɴ vαcίo

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Pov Tercera Persona

Jimin no había conseguido encontrar a Ten y cuando por fin lo hizo lo vió con su compañero Taeyong, sonrió al verlos juntos fuera de la casa, después de todo, aquel era el chico que le quería presentar a su amigo, ya más tarde tendría tiempo para preguntarle a Ten que opinaba sobre el chico, y sinceramente esperaba que fuera algo positivo, después de todo sabía que nadie entendería mejor a Ten que aquel chico quien había sido su fiel compañero de trabajo mucho tiempo. Dió un pequeño grito de victoria cuando vio que ambos chicos comenzaron a intercambiar números.

Volvió al interior de la ruidosa casa en la que ya habían chicos dormidos en el piso en su mayoría, en busca de Alice, pero como pensó, en cuanto ella vió a Taehyung no se separó de él, iban de la mano, pero aún así no se les veía que tuvieran otras intenciones sobre su amistad.

Jimin a momentos recordaba lo que hace casi una hora había ocurrido y se sentía de la mierda y fuera de lugar otra vez.

Su cuenta regresiva se encendió.

Tomó asiento en un taburete de la barra y observó de forma analítica su alrededor. A todos y cada uno de los asistentes, incluso observó como en algún momento de la madrugada Jungkook subió a su habitación entre risas y toqueteos con Wonwoo, había que ser demasiado inocente para no saber que follarian, en el lugar donde alguna vez Jimin le veló el sueño a un enfermo Jungkook, y de nuevo quiso llorar, pero no lo hizo, pues no valía la pena y aquel pelinegro nunca entendería lo mucho que lo quiere y que había decidido acabar con su vida de adolescente idiota por el, pero no importa ya.

El pelinaranja observó a su alrededor, en otros tiempos hubiera estado encerrado en una habitación con al menos dos chicas, pero ahora la promiscuidad no lo hacía sentir ni vivo ni bien. Ya nada lo hacía sentir vivo en realidad.

Comenzó a pensar, ¿cómo continuarán las vidas de los demás cuando el ya no esté para presenciarlo? Tal vez sus mejores amigos consigan casarse, de verdad quisiera descubrir quienes serian los amores de sus vidas, le gustaría asistir a la boda de Yoongi y Namjoon, verlos matriculados de las carreras que escogieron ejercer.

Jimin se sentía inducido por una tóxica sobredosis de cansancio, estuvo triste pero ahora realmente no sentía ni eso, y lo que más le preocupaba era que aunque quisiera llorar ya no podía, lo más peligroso era que ya no sentía miedo.

Lo único que quería en esos momentos era ordenar sus cosas como un obsesivo, y pensó en un montón de píldoras de pronto, cientos de ellas.

Jimin sabía que una persona estaba más al borde de ponerle fin a todo cuando se ha cansado y ya no tiene miedo, que a cuando siente mucho dolor, porque en aquel lapso de debilidad recuerdas el daño que le harás a tu familia, pero el solo tenía a su mamá, lo único que lo detenía.

Eso y la curiosidad por saber si algún día podrá disfrutar, sentir las cosas y sentirse realmente vivo, porque lo único que literalmente le falta es morir, porque en vida ya se siente de aquella forma.

Si lo hiciera ahora, ¿a cuántos miembros de la familia de su padre real no conocería? Sus primos que nunca lo trataron bien tendrían sus hijos, sus amigos conocerán al amor de su vida, a la persona indicada, su madre tal vez se vuelva a casar, es joven aún, así que tal vez vuelva a tener hijos.

Jungkook, el podrá ser un imbecil en ocasiones, pero no duda que si decide adoptar será un buen padre también, llevará a sus hijos a la escuela, los verá crecer mientras el envejece junto al amor de su vida, verá crecer a sus hijos hasta que lleguen a la edad que Jungkook tenía cuando perdió a Jimin para siempre, ¿hasta ese entonces lo recordaría? Cuando vea el rostro de sus hijos y recuerde que un chico de su misma edad estuvo demasiado enamorado de él, porque eso sería Jimin, solo un recuerdo adolescente para un adulto Jungkook.