Mi Mejor Casualidad. [TERMINADA]

Cap Extra II

Antes de que lean, quiero aclarar que este es un fragmento del capítulo 21 de Mi Mejor Pesadilla (la segunda parte de esta gran historia). Quise compartirlo por aquí con ustedes, porque me animó mucho volver a narrar desde el punto de vista de Kendall.
Espero que les guste y les agradezco su gran apoyo en esta historia.

Sin más que decir, les deseo una animada lectura.

♥♥♥♥

POV. Kendall.

Mis otros dos hijos llegan a la habitación acompañados de mi mejor amiga y mi hermano. Sonrío y mis ojos se llenan de lágrimas, no puedo expresar la emoción y el amor que siento en este momento.

Mi familia es lo más importante para mí, luego de Dios. Confieso que en mi adolescencia jamás me hubiese imaginado viviendo todo lo que he pasado a lo largo de mi vida desde que me enamoré.  

Mis hijos me han sacado arrugas, pero son más las sonrisas y el amor que me han brindado. No sé que sería sin ellos y ahora la pequeña Addie.

—¡Ay que cosita tan pequeña!—exclama mi mejor amiga, acercándose a ver a mi bebe. La dejo alzarla y mis hijos se acercan a abrazarme.

—Es hermosa, mamá—dice Derek, enternecido.

—Sin duda, será igual de bella a su hermana—bromea Emilia y yo solo suelto una risita.

—Creo que te equivocas, hermanita. Si quieres que sea bella tendrá que parecerse a mí—le sigue mi hijo el juego y mi esposo se acerca hasta nosotros.

—Perdonen que interrumpa su tonta pelea, pero la belleza siempre la heredan de su madre—comenta, seguro, tomando mi mano. Amo a mi esposo.

—Y la elegancia de su padre—le sigo el cumplido y Evan se acerca para besar mis labios.

—Okay, creo que esto ya es muy cursi para nosotros. Mejor iré a saludar a mi hermanita alíen—comenta Derek y Emy lo sigue.

Nosotros reímos y Evan masajea mi cabello.

—Tu fuerza para hacer esto una tercera vez es sorprendente. Gracias por estos tres tesoros que me has regalado, Kendy. Ustedes son lo mejor que Dios pudo darme—las palabras de mi esposo me hacen sonreír y mi estomago revolotea como el primer día que lo conocí.

—Te amo demasiado, Ev. Gracias por hacerme tan feliz—tomo su rostro entre mis manos y uno sus labios a los míos.

—Desde que te conocí, supe que iba a amarte toda la vida. Sólo tú sabes hacerme feliz, sólo tú me relajas, sólo tú fuiste, eres y serás la mujer de mi vida, Kendall—la certeza en su voz, la calidez de su sonrisa y el brillo en su mirada, hacen que mi corazón se derrita.

—Tú eres mi ancla, Evan Lawrence. Sólo tú sabes dar paz a mi corazón, y creo que eso es lo más valioso del mundo—lo abrazo con lágrimas en los ojos y sonrío.

Le agradezco a Dios, a la vida, al instituto, a la profesora de biología y a todo lo que haya tenido que ver con nuestra unión. Porque no creo que otra persona pueda hacerme tan feliz y sentir todo lo que siento cuando Evan está a mi lado.

Él y yo somos uno, y ahora Addie, nuestro tercer hermoso regalo que nos hará compañía en todo momento, hasta a la hora de dormir.