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Jimin se mueve suavemente al compás de la música, girando, marcando líneas con su dedo índice alrededor de la habitación, sintiendo magia en sus piernas y brazos, sintiéndose libre y alegre, mostrando una sonrisa, pero su cabeza no podía estar más...

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Jimin se mueve suavemente al compás de la música, girando, marcando líneas con su dedo índice alrededor de la habitación, sintiendo magia en sus piernas y brazos, sintiéndose libre y alegre, mostrando una sonrisa, pero su cabeza no podía estar más lejos de aquella alegría ficticia.

En su mente, sólo aparecía un nombre y un apellido, una pregunta constante, una inquietud, el no saber por qué, tampoco, no podía hacerlo desaparecer de sus pensamientos. Se sintió un estúpido, cuando ayer, en plena madrugada, continuaba revisando su teléfono, por si quizá, quizá, aquel mensaje que estaba esperando, aquella llamada, llegaba a aparecer.

Solía creer que así lo haría, o al menos eso era lo que había pensado que pasaría, Hoseok había dicho que era algo muy probable, y le creyó, pensó lo mismo, pensó que Min era una persona que se arrepentiría y le pediría perdón en cuanto pudiese. Pero se ve que se equivocó, que no conoce tanto a Min Yoongi como creía hacerlo. Simplemente no debió ilusionarse así.

Un beso no significa nada.

Hay jóvenes en fiestas que se besan hasta sin conocerse, y ahora él, se sentía excesivamente cercano a esta situación, porque en su cabeza, lo único que podía pensar era en que no conocía al pelinegro para entender sus sentimientos, que no debía intentar sacar conclusiones sobre sus actos sin conocerlo, pero sin embargo, no puede dejar de revisar su teléfono, una, y otra, y otra vez.

¿Por qué sigue esperanzado de que aquella llamada llegue? ¿Por qué es tan idiota de ilusionarse tan rápido con las personas?

—Y un, dos, tres —se mueve Hoseok, sin darse cuenta de la no-presencia psicológica del más chico. Él continúa bailando, porque quiere prepararse lo suficiente para la audición que sería en unos días—. No, Jimin-ah —se detiene repentinamente—. Ese paso es un poco más lento —No hay respuesta, por lo que insiste—. Jiminie...

—¿Ah? ¿Qué?

—Ese paso es un poco más lento —vuelve a decir.

—¿Más lento?

—Obsérvame —propone, pero por el contrario de lo que podrían pensar, su tono no es egocéntrico en absoluto—. Uno, dos, tres, cuatro —marca, haciendo el movimiento con lentitud—, cinco, seis, siete y ocho. ¿De acuerdo? —Jimin no contesta, lo que comienza a preocuparlo—. ¿Jimin?

—¿Qué?

—¿Qué te ocurre? Siento que estás en las nubes.

—Ah, nada.

—Díselo a tu cara...

—Estoy bien, sigamos.

—¿Seguro? Es que no es propio de ti estar tan desconcentrado, así que no puedo evitar preocuparme...

—Sólo tengo la cabeza en otro lado, eso es todo —bufa, acomodando su cabello mojado por la transpiración—. Ya hemos practicado demasiado... ¿No podemos descansar un poco? —Ni siquiera espera respuesta cuando camina hacia la mesada de la cocina y toma su teléfono, revisándolo.

❝Gracias, Jimin.❞ [JIMSU] | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora