❝Gracias, Jimin.❞ [JIMSU] | Libro #1

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—Hay algo más que debo decir —suelta de pronto, con la voz ahogada, con un corazón que le late a una velocidad excesivamente rápida. Jimin se detiene, pero no se gira, sólo lo escucha—. Jimin, yo... Yo... —tartamudea, y es entonces cuando respira, tratando de tranquilizarse. Cuando consigue la suficiente valentía, y logra calmarse aunque sea sólo un poco, lo dice. Explota, como una bomba que había estado esperando hacerlo por mucho tiempo—. Me enamoré de ti —El chico de cabello castaño siente las lágrimas recorrer su rostro, presiona fuertemente sus labios, tratando de guardarse su llanto, pero no consigue poder darse la vuelta y mirarlo—. Entiendo tu pedido... Si quieres que nos alejemos, entonces... Me alejaré de ti. Lo haré, si tú crees que será lo mejor para ti, entonces lo haré. Sin embargo, no significa que esté de acuerdo, porque quizá desde tu perspectiva sea lo mejor, quizá tú estés mejor sin mí, pero yo no podría sentirme así jamás. Yo... Yo te necesito —murmura, su forma de expresarse en este momento parece como si estuviera rogándole—. Te necesito en mi vida, Jiminie.   

Un silencio se recrea en el ambiente, Yoongi siente volver a perder el habla después de decir lo que tenía para decir, su diminuta boca se mantiene abierta, a la espera de una respuesta que tarda en llegar, tarda tanto, que consigue impacientarlo. Y es que para Jimin es como si el tiempo se hubiese detenido cuando el mayor dijo las últimas palabras, su cuerpo parecía haberse congelado también, porque se cree incapaz, en ese momento, de mover un sólo centímetro de alguna parte de su cuerpo.

—¿P-Podrías decirlo una vez más? —murmura Jimin, sin darse la vuelta, consiguiendo que su voz se entrecorte un poco.

—Las veces que sean necesarias —responde sin dudarlo—. Te amo, Park, de verdad te amo. ¿Necesitas que lo diga otra vez? Me enamoré de... —Se calla, cuando Jimin pierde la paciencia y suelta su paraguas, dejándolo lejos de ellos. Al instante se gira, y sin pensarlo ni una sola vez más, sus pequeñas manos toman las mejillas del pelinegro, acercando a él los labios del contrario. Yoongi por reflejo suelta su paraguas también, sobre todo cuando siente cómo Jimin suavemente lo besa, moviendo sus labios con lentitud. Un pensamiento ferviente de alegría se hace presente en los dos cuando Yoongi posiciona sus brazos rodeando la cadera del más bajo y profundiza el beso, sintiendo un deseo inexplicable de sentirlo cerca. 

Rápidamente el sabor de sus labios se mezcla con el agua de la lluvia que cae sobre ellos, no es problema, en absoluto, el estar mojándose. No les importa el frío de sus prendas mojadas, pues la cercanía del otro es el único calor que necesitan en este instante. No los altera, tampoco, el silencio de las calles, porque la soledad de la noche se llena con ellos dos, la presencia del contrario es la única protección que piden, y es que no podrían sentirse más seguros que con la compañía del otro.

Así se siente, piensa Jimin, así se siente estar con quien se ama. Y es que un cosquilleo en el estómago se queda chico para explicar los sentimientos que recorren su abdomen, ojalá le hubiesen advertido que aquella molestia sería la molestia más placentera de su vida.