Capitulum X

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Capitulum X

¿Sabes esos momentos en los cuales lo que más deseas en el mundo es gritar y maldecir a todo el mundo?

Este es uno de esos momentos. ¿Que harías tú si tuvieras al causante de dicha rabia ante ti? ¿Le pegarías? ¿Le insultarías? ¿Le ignorarías? ¿Le gritarías? ¿O todas esas a la vez?

Yo decidí escoger la última opción pero en distinto orden.

-¡Maldito Imbécil! ¿Como te atreves a inscribirte a nuestro concurso? ¡En nuestra propia sede! ¡Eres un maldito retrasado mental que necesita urgentemente un lavado de cerebro! ¡Maldito descerebrado andante! ¡Eres un sinvergüenza!- grite de frustración. Él me observaba en silencio, estudiando mi reacción. Así que decidí darme un descanso y le escudriñe sin ningún tipo de vergüenza, llevaba el pelo ligeramente mojada. Una capa de sudor cubría su tableta de chocolate blanco, no era super definida pero tampoco inexistente. Llevaba el clásico pantalón corto de boxeador, era de color azul oscuro. Que, para mí desgracia, combinaba con el azul claro de mi ropaje. Llevaba una toalla al cuello, recién había terminado de entrenar. O al menos eso parecía.

Cuando recuperé mi voz, cogí y con mi guante de boxeo le golpee con toda la fuerza posible y, de algo estaba segura, esta vez no iba a escapar, si me la devolvía yo haría igual.

Él se enderezó cabreado me observó desafiante a los ojos, le observe con más intensidad. Mi furia era impresionante nunca me había sentido tan enfadada.

-No me gusta que me golpeen, Eve.-Dice con los dientes apretados, una sonrisa de medio lado aparece al instante en mi rostro.

-¿No me digas?- dije burlona-. En serio, no me digas. No me interesa lo que digas.

Él levantó su guante para golpearme, a estas alturas todo el salón nos observaba.

Su puño cayó con rapidez, lo esquivé con agilidad y luego le di otro puñetazo en todos los abdominales.

Una ovación se escucho casi al instante de parte de los espectadores. Mi sonrisa arrogante cubría todo mi rostro, vi como Edric se recomponía y atacaba tan rápido que no lo vi venir. Mi cara recibió el golpe con fuerza, di dos pasos atrás.

Unos gritos de sorpresa seguidos de un montón de gritos y ovaciones. Me sequé el regalimo de saliva, o lo que yo creía que era saliva, del mentón. Me sentía ultrajada, no pensaba dejarle ganar.

Le devolví el golpe nada más recomponerme, él paró mi golpe agarrando mi puño. Su sonrisa arrogante me enervaba, cuantas ganas tenía de quitársela a golpes y eso pensaba hacer.

-¡Agh!-solté cuando soltó bruscamente mi mano. Volví a atacar rápidamente él intento esquivarlo pero le dio de pleno en el hombro derecho. Ese golpe iba a la cara pero le dio en el hombro, daba igual. Que le doliera era lo importante y vaya que le dolió, retrocedió un paso mirándome con la furia, en el estado más puro, plasmado en su rostro.

Centré un poco mi atención en el publico, vi a Desiree allí observando todo con miedo, a Michael animándome con fuerza, a Tyler decir impropios, a Lía gritar mientras golpeaba en el brazo a Carmen quien reía como loca, a Alex aun con mi manta enredada en su brazo, animando.

Y eso me dio fuerzas, no pensaba dejarle ganar. No delante de mis amigos y compañeros, yo era su líder y una líder no puede ser débil.

Él se abalanzó sobre mí, caí hacía atrás en un sonido sordo. Encima de mí, Edric sonrió. Con fuerza estampó su puño contra mi cara, su puño impactó con fuerza sobre mi mejilla. Hice una mueca de dolor pero no me rendí. Decidida empecé a hacer raros movimientos de manos, distraído por mis movimientos conseguí cambiar los lugares. Yo encima, él abajo. Como siempre debe y deberá ser.

-¡Mierda!-exclamó al darse cuenta de mi estrategia.

-¿Algún problema, precioso?-pregunté rozandolo con mis largas uñas, más por descuido que por ser bonitas. Mis uñas no estaban pintadas, odio pintarme las uñas, demasiado pijo para mí.

Le cogí de las muñecas y, con una mano, las sujeté con fuerza. Antes de que pudiera liberarse golpe su rostro a conciencia, desando destruir cada centímetro de él. Uno a uno.

Sentí su sangre resbalar por mis dedos, era tan sumamente placentero saber que era su sangre. Igual que él tuvo la mía entre sus dedos ahora yo tenía la suya. Estábamos en paz.

Él logró que, en un momento en el que empecé a golpearlo con las dos manos, liberarse lanzandome hacia atras. Él se colocó encima mía de manera que no pudiera mover las piernas. Su cara ensangrentada me hizo sonreír, yo le hice sangran. Entonces observé sus ojos, una determinación y brillo peligroso emanaban de ellos.

Entonces, en medio de esa multitud, él se acercó a mi oído y murmuro:

-Querida, voy a hacerte pagar cada gota de sangre que has derramado de mi rostro. Me gusta que sepas pelear, eso te hace más deseable...-Entonces gira mi rostro, el cual observaba las sorprendidas caras de mis amigos, me observa unos momentos y entonces sonríe.

Me golpea con fuerza, varias veces seguidas. Siento que empiezo a marearme. Lucho por librarme de su agarre.

No quería perder, pero lo estoy haciendo. ¡Odio perder!

Con la poca fuerza que aun me quedaba me liberé, me levanté mientras él hacía igual. Sin esperarselo le metí tremenda patada en la barriga que lo hice doblarse en dos, sorprendida observé como tosía un poco de sangre. Aun así no me arrepentí, le observe mejor. Estaba totalmente magullado, arañazos y moratones cubrían su cuerpo y, sin duda, yo me debía ver igual.

Aun así no me arrepentía de nada, debía marcar mi territorio. Me agaché a su altura sonriendo.

-Quiero que sepas, precioso, que nadie me gana en esto. Has sido buen rival pero- en ese momento él levantó su mirada llena de determinación y saltó sobre mí como una liebre.

Íbamos a volver a empezar cuando una voz se oyó entre las aclamaciones de la multitud que, sin darnos cuenta, se había aglomerado a nuestro alrededor.

La voz era de Michael quien miraba todo seriamente. Todos parecían sorprendidos, Michael no era de levantar la voz.

-¡Ya basta! Esto se tiene que arreglar, los dos estáis inscritos en el torneo. Estos se arreglara en el ring, esta noche. Ante todos, como siempre se hizo-se lo parece pensar un momento-. Y, por vuestro indebido comportamiento en los entrenamientos, no participareis juntos. A menos que lleguéis a la final y estáis vetados de entrar aquí hasta el momento de la pelea. ¿Comprendido?- quería replicar, pero una mirada de Michael bastó para que asintiera de mala manera. Entonces él alargó su mano para ayudarme a levantarme. Acepté la mano de Mich, mientras Edric era ayudado por dos de sus amigos.

Nos separaron y llevaron por lados distintos. No sin antes mandarnos miradas asesinas, cualquier rastro de juego había sido extinguido de golpe del rostro de los dos.

A ninguno le gustaba perder y este combate improvisado había quedado en empate.

1/2 de la maratón

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1/2 de la maratón

Este ha sido el capítulo que más me ha emocionado escribir por ahora, esperad que luego habrá aun más turbulencias en este viaje.

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Never© [Badboy x Badgirl] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora