Never© [Badboy x Badgirl] [COMPLETA]

Capitulum XXVI

Capitulum XXVI

Él observa su camiseta confundido.

-¿A qué te refieres?-se apoya en la pared alejándose de mí, cosa que me desagradó un poco, tenerlo cerca me relajaba.

-Aun tienes rasguños.

No tenía nada que ver con la pregunta que me hizo pero no podía dejar de mirar todos los rasguños y heridas que tenía, sonreí un poco al ver su cicatriz justo encima del labio inferior.

Eso se lo había hecho yo, contuve las ganas de reírme de él. Céntrate Eve.

-Me refería al tatuaje-señalé el tatuaje en su pecho, parecía una arte de una ala y sobresalía de su camiseta blanca.

-Ah, esto.-Se quita la camiseta tan rápido que no lo había visto venir, me quedé sin aliento. Mi mirada recayó en el tatuaje, era una águila con las alas abiertas y en posición de ataque con una corona encima de su cabeza plumada, parecía que intentaba coger a su presa; el pezón de Edric. El tatuaje se encontraba en su pecho izquierdo.

Era hipnótico, fui bajando mi mirada hasta su abdomen, los músculos mucho más definidos que la última vez que lo había visto sin camiseta al aparecer alguien había hecho ejercicio. Había varias cicatrices decorando su abdomen, una V bien marcada sobresalía luché por no prestarle atención.

Había una gran herida que atravesaba casi todo su abdomen, al parecer recientemente provocada.

-¿Cómo te hiciste eso?-susurré, como si tuviera miedo de que levantando demasiado la voz iba a abrir sus heridas o alguna tontería así.

-Hace una semana me estrellé en una carrera de ilegal de coches.-Lo dijo con normalidad, sabiendo a la perfección que yo no me sorprendería y no se equivocaba. No me sorprendí.

-Deberías tener más cuidado-elevé un poco más la voz y carraspee.

-¿Cuando te hiciste el tatuaje?-pregunté repasando el contorno del ave con el contorno de mis dedos. Noté como se estremecía, él infló el pecho orgulloso de su cuerpo. No pude evitar poner los ojos en blanco.

-Creído-mascullé entre dientes divertida.

-Siempre-me guiña un ojo coqueto, le doy un puñetazo suave en el pecho.

Él se río un poco, él me cogió la mano y sonrió enormemente.

¿Cuando habíamos llegado a esto?

No puede evitar preguntarme al darme cuenta de que estaba demasiado tranquila con él, cuando antes solo deseaba golpearle hasta la muerte.

Di un paso hacía adelante y sentí un mareo repentino.

-¿Eve?-me preguntó con la voz teñida de preocupación-¿Estas bien?

-S-sí.-Asentí recomponiéndome, era solo un pequeño mareo.

-Deberías volver a la camilla-declaró firme arrastrándome hacía la misma, me quejé adolorida. Edric me ayudó a acomodarme en la camilla, él parecía muy ocupado en lo que hacía. Yo me dediqué a analizarlo al completo, aun no se había puesto la camisa así que podía notar cada leve movimiento de los mismos. Su cabello negro caía sobre su frente suavemente, dándole un aire de recién salido de una pelea.

Sus ojos miel estaban concentrados en algo, tenían un brillo peculiar que los hacía ver más brillantes.

Seguramente es el reflejo de la luz, tonta.

Pensé rodando los ojos.

Inconscientemente, acerqué mi mano a el tatuaje haciendo que él saltara hacía atrás por el susto.