Capitulum XXXVII
Un gran, aunque acogedor, recibidor me dio la bienvenida. Di un paso dentro de la vivienda gratamente sorprendida, no esperaba que Edric viviera así de bien.
Jadee sorprendida al doblar una esquina y encontrarme con un salón de dimensiones aceptables que me abrazaba con su modernidad y elegancia.
Un sofá esquinero de cuero negro estaba en el centro de la estancia justo enfrente, estaba una gran televisión Full HD 4k.
-¡Me pido esta habitación!-exclamé lanzándome al sofá y relajándome con rapidez.
-Vaya, ya me parecía a mí que eras de esas personas que iban a casas ajenas y la hacían suya-comentó Edric, apoyado en una pared con una sonrisa de lado a lado.
-Perdona, seré más educada. ¿Quieres sentarte en el suelo, Precioso?-pregunté con falsa elegancia mientras me quitaba mis bambas y me estiraba en el sofá.
Edric negó con la cabeza.
-No deberías hacer cosas así-su voz cambió de pronto, de estar tranquila a estar más ronca y grave de lo normal.
-¿Por qué no?-ignoré el tono de su voz, él bajó la mirada seguí la trayectoria que sus ojos dibujaban y me puse los ojos en blanco. Solo se me veía la barriga y puede ser que un poco del sujetador.
-Es mi casa, no deberías hacer cosas así ante mi presencia-Edric carraspeó sonoramente para luego sonreír coquetamente-. Aunque, si quieres, mi habitación está en el piso de arriba segunda puerta a la izquierda y siempre estará abierta para ti-me guiñó el ojo pervertidamente.
-No me interesa.-Respondí intentando ser seca aunque se me escapó un jadeo sorprendido al ver como Edric se quitaba la camiseta delante de mí para luego ponerse una toalla, que no había visto, al hombro y alejarse. No sin antes gritarme algo demasiado tentador para mí.
-¡Me estaré duchando, la puerta siempre abierta para ti!-poco después escuché una puerta cerrarse con fuerza.
Bufé molesta.
-¡En tus sueños Precioso!-le grité con una sonrisa juguetona intentando poseerme.
Cogí el mando de la mesita de cristal y encendí la tele, mientras buscaba un canal una voz me sacó de mi gran concentración.
-Eve, deberías gritar menos fuerte.... Hay cosas que no deben ser escuchados por los oídos de tu médico.
Giré la cabeza para ver a Thiago con ropa informal, toda una novedad teniendo en cuenta que siempre lo vi con bata de doctor, llevaba unos vaqueros que le quedaban muy bien y una camiseta negra con la inscripción; Kiss the doctor.
Alcé una ceja intentando no reírme de su estúpida aunque acertada camiseta, pues no puedo negar que muchas chicas no dudarían en hacer caso a esa camiseta.
-Culpa a tu hermano-murmuré volviendo mi mirada a la televisión.
-Voy a salir y, Eve, debes saber que yo no sé porqué estás aquí pero Edric me dijo que estás pasando una mala racha. Espero que os recupereis pronto-me sonríe amable, sus ojos brillan con la más tierna preocupación.
-Gracias-agradecí un poco cohibida ante la amable mirada del hombre aquí presente.
Minutos después escuché la puerta principal cerrarse con fuerza, tomé una gran bocanada de aire para luego sentir un pequeño malestar en el estómago.
-Obviamente, Edric no iba a decir que estaba allí escondiéndome de unos mafiosos-murmuré con sorna.
Escuché unos suaves pasos, un pequeño eco se escuchó. Me levanté de golpe defensivamente, los pasos se acercaban cada vez más.
Cogí uno de mis zapatos, que antes me había quitado, y me preparé para golpear a quien sea que se atreviera a intentar algo.
Para mi alivio y vergüenza tan solo era Edric, iba con un hermoso traje gris y el pelo mojada y desordenado.
Sus ojos brillaban con diversión al verme en aquella posición.
Me aclaré la garganta y me puse mis zapatos un poco nerviosa.
-¿Qué pasa?-me aplaudí mentalmente, esta clase de preguntas eran las que me hacían parecer una completa imbécil.
-¿Qué hacías?-su sonrisa de lado, sus ojos y su tono me confirmaron que esa pregunta venia con toda la intención de burlarse de mí.
-¿Dónde vas?-ignoré su pregunta de mala gana.
-Donde vamos-me corrigió sonriendo.
-¿Yo? A ninguna parte-respondí burlona.
-Sí, vas a una y vas conmigo.
-¿Y por qué iba a hacer yo eso?-me crucé de brazos a la defensiva.
-Por qué sé que te va a encantar-argumentó él.
-¿Y cómo lo sabrás tú?-cuestioné acomodándome en el sofá y volviendo a coger el mando.
-Eve, menos preguntas y más acción.-Exclamó con emoción.
Vi como todos sus músculos tensaban ese hermoso traje gris, como del pelo mojado caían varias gotas mojando un poco su maravilloso y, seguramente, costoso traje.
Su sonrisa con hoyuelos y la confianza con la que me dijo que iba a encantarme me hicieron dudar, luego él se giró mostrándome su apretada y perfecta retaguardia enfundada en ese paquete gris.
Al volver a girarse pude ver que se había colocado mejor la camiseta e intentado ordenar su revoltoso cabello, pero consiguiendo así verse tan sexy que caí ante sus encantos.
-Iré, con una condición-dije poniéndome de pie.
-¿Cuál?-su emoción se vio opacada por mi seria mirada.
-Qué ese perfecto culo venga delante de mí y no detrás. Si voy a ir, pienso disfrutar del camino.
Nuevo Perrito Caliente para vuestro disfrute, no sé cómo os lo habréis comido, si con prisas o lentamente, pero como sea espero que os haya gustado y llenado lo suficiente porque en los siguientes capítulos va empezar a desarrollarse el romance. (Antes solo eran dos adolescentes calientes y que solo les interesaba besarse, ahora son dos adolescentes alocados y calientes empezando un romance :v)
Bye, Queridos Desconocidos.
Miss Time
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Never© [Badboy x Badgirl] [COMPLETA]
Roman pour Adolescents{Bilogy Time} {Book One} Ella es una badgirl, de las que te miran a los ojos y te escupen en la cara. Él es un badboy, de los que te miran a las tetas y se olvidan de tus ojos. ¿Quién dijo que los iguales no se atraen? [Un cliché no tan cliché] [Es...