Never© [Badboy x Badgirl] [COMPLETA]

Capitulum XLIII

Capitulum XLIII

Solté el asqueroso cuerpo del molesto sujeto al cual tenía un tanto acojonado. El policía se acercó a paso acelerado. Sus hombros se encontraban tensos y llevaba un arma entre sus manos, su ceño estaba sumamente fruncido. Sus ojos eran de un color ónix hipnotizantes, su cabellera era de un rubio cenizo bien peinado con algunos mechones que se encontraban alborotados a causa de la carrera que hizo para llegar hasta aquí desde la otra punta del pasillo.

-¡¿Qué está pasando aquí?!-reclamó con el enojo haciéndose presente en sus facciones.

-Nada importante-respondí encogiéndome de hombros. Luka se me quedó observando como si Lucifer acabara de salir del mismísimo infierno para ir a por él. Una pequeña sonrisa maliciosa asomó en sus finos labios, luego se volteó hacía el agente.

Su rostro se encontraba contraído en un falso miedo y preocupación muy convincentes si no fuera porque lo conocía, un sudor frío recorría su frente. Lo último en consecuencia de que estaba punto de asesinarlo, creo que debería sentir arrepentimiento... No, debería haberlo matado.

-E-ella me-e ha- traga saliva como si un nudo en la garganta le impidiera hablar- me ha, a-arma...

Su exagerada actuación me hacen tener ganas de lanzarme sobre su cuello importándome en lo más mínimo la presencia del policía. Quería arrancarle mechón a mechón su tintado cabello mientras agonizaba en el suelo. Bueno, tal vez soy un tanto exagerada pero no me desagradaría su asesinato.

El hombre me observó de hito a hito, luego su mirada bajó a la arma entre mis manos y frunció el ceño. Aun seguía apuntándome con la suya, no había dejado de hacerlo ni un momento.

-Su versión, señorita- pidió amenazante con una sonrisa escalofriante.

-La pistola es suya-respondí simple-. Se la cogí cuando iba a apuntarme con ella, yo solo me defendí ante un ataque. Y tengo un testigo.

Mi última afirmación hizo que el teñido se pusiera alerta, entonces el policía se giró hacía Luka quien frunció el ceño en falsa confusión. La mirada del hombre volvió a mí.

-¿Y quién es tan famoso testigo?-cuestionó severamente, la arma apuntaba a mi pierna izquierda así que la moví ligeramente con nerviosismo pero el agente la volvió a colocar en un rápido movimiento ante su objetivo. Tragué saliva para luego elevar la mirada lo más tranquilo que puse. Vi como Luka hacía muecas de dolor observando sus muñecas constantemente, me extrañó que no me acusara con la afirmación de que yo se las había dañado.

-Edric, Edric Prince-señalé al castaño quien al escuchar su nombre asintió con rapidez, el Policía, que recién reparaba en su presencia, se sorprendió. Seguramente no esperaba que realmente tuviera un testigo.

Edric dio un paso adelante, recé porque él me apoyara. Luego recordé que trabajaba con Michael, Tyler y Alex, eso quería decir que iban en los mismos negocios y tenían los mismos enemigos. Eso me tranquilizó casi al instante.

-Sin duda, solo fue en defensa propia-me apoyó el ojimiel colocándose a mi costado.

-¿Y por qué razón no la ayudó?-El agente sospechaba mucho de la declaración de Edric, él no se inmutó ante la mirada que el hombre le estaba dando. Una mirada llena de desconfianza, rabia y odio que habría estremecido a cualquiera.

Menos a él.

-Iba a hacerlo, pero nada más ver lo bien que lo estaba haciendo me pareció innecesaria mi ayuda. La pistola se encontraba en posesión del chico, es obvio que no es culpa suya-argumentó Edric con tranquilidad, en ningún momento demostró que el relato que acababa de contar era más bien un distorsión de la realidad.

El policía apuntó al chico y, sin dejar de mirarlo, exclamó:

-Deme el arma, ya.

Asentí y se la dí en la mano que él me había extendido, tanteó el arma entre sus manos para luego guardársela en la funda que tenía.

-¿Usted que cree teñido?-espetó el agente sin dejar de apuntar al chico con la pistola.

-Qué se lo han inventado todo.-Su determinación al decir tan simples palabras hizo que sintiera un pequeño escalofrío recorrerme por completo.

-¿Y su tartamudeo donde fue?-señaló él con victoria, su rostro era imperturbable o eso hacía ver.

-Yo no tartamudeo, fue el instante de miedo que me dejó sin palabras-obvió con tranquilidad, observó el arma del agente con desdén.

-Si realmente la experiencia hubiera sido en lo más mínimo traúmatica hubiera tartamudeado mínimo media hora más-señaló el policía con despecho, dio un paso adelante sacando las esposas-. Voy a tener que detenerlo señor...

Dejó la frase al aire esperando a que él la completara con su apellido.

-Irrelevante-completó dándose la vuelta con suma paciencia, el agente hizo una mueca de odio agarrando las ya de por sí heridas muñecas del chico con tanta fuerza que él soltó un grito de dolor.

-¿Qué le pasa ahora?-gruñó en un susurro enfadado.

-M-mi muñeca, el brazo, ella me lo ha roto...-masculló con los ojos cerrados adolorido. El policía se giró de un solo movimiento con furia.

-Eso no me lo habían dicho.

-No se las he roto, si fuera así estaría agonizando. Mínimo tiene un esguince leve-señalé con obviedad cruzándome de brazos. El hombre dio un suspiro e hizo una señal a unos enfermeros que se habían quedado observando la escena. Los enfermeros se acercaron a revisar la muñeca del chico.

Unos quejidos después el enfermero rubio elevó la cabeza declarando el esguince que yo había predicho. El policía se acercó y me esposó con tranquilidad.

-Debo llevarle a comisaria, y a usted también señor Prince-añadió mirando a Edric, luego mandó una ávida mirada a el teñido-. Luego vendré a por usted señor Irrelevante.

Expresó el policía con sorna para luego tirar de mis esposadas muñecas.

-Sígame en silencio señorita, tenemos mucho de lo que hablar.

ADELANTO

En la comisaría.

Todo anda mal.

Una pelea de locos.

Una desaparición.

Una muerte.

Un fin.

¡Disfrutad uno de los últimos Perritos Calientes de este libro! Unos capítulos más y acabaré la novela definitivamente, luego de editarla.

Pronto acabará esta hermosa idea.

¿Queréis maratón?

Bye, Queridos Desconocidos.

Miss Time