Never© [Badboy x Badgirl] [COMPLETA]

Capitulum XXXVI

Capitulum XXXVI

Han pasado dos semanas y me encuentro sentada en mi habitación de la fábrica pensando en lo que Michael y Alexis me explicaron el otro día.

Me encontraba muy nerviosa y paranoica, Edric había venido a visitarme varias veces, se había vuelto mi distracción.

Me ayudaba a olvidarme de los problemas que de la nada aparecieron para no querer irse.

-¡Eve!-Alex abre la puerta de golpe, su rostro estaba serio y se encontraba tenso, movía su pie con impaciencia como si hace mucho que se encontraba llamándome.

Suspiré de mala gana, e intenté ignorarlo. Y digo intenté porque él no me dejó hacerlo, se acercó con rapidez, sus manos se encontraban echas puños y casi podía llegar a distinguir el humo salir de su cabeza.

Sonrío un poco, reprimiéndola al instante. No quería hablar con él, nunca más si era preferible.

-¿Qué pasa Alex?-pregunto cortante y fría, no deseaba hablar con nadie que no fuera mi distracción y puedo declarar con certeza de que Alex no es esa persona.

-Baja abajo, debemos contarte algo-me dice rápidamente fijando su mirada en una camiseta que se encontraba tirada de cualquier manera en una esquina, intentaba evitar mis ojos cosa que me confundió.

No quería saber nada más de lo que él me contara, no quería más problemas. Quiero volver a mi vieja yo, la yo que se mete en peleas de vez en cuando, la yo que insultaba porque sí,  la yo que no sabía que sus amigos eran unos asesinos.

Que lo que yo consideraba mi familia, había intentado "protegerme" de la peor manera posible, mintiéndome.

Entonces me doy cuenta de que Alex seguía en mi habitación, mi ceño se frunce pero  decido prestarle atención, asqueada hago un gesto para que se vaya.

-Baja, Eve, por favor es importante-murmura con voz suave, aunque tensa. Hago un leve gesto de entendimiento, pensé seriamente en dejarlo allí abajo esperándome aunque nunca fuera a llegar, para luego arrepentirme.

Hay a veces, que una debe tragarse el orgullo aunque este queme tanto en su garganta que si sigue intentando contenerlo sabe que le dejará sin aliento.

Cuando Alex al fin  sale de mi habitación coloco bien mi cabello en una coleta alta, sonrío valientemente ante  el espejo de mi armario y me pongo las primeras zapatillas que encuentro. Vuelvo a mirarme al espejo y me pongo bien el cabello.

-Eres Eve, la chica alocada y alegre de siempre. No lo olvides.-Sonreí hacía el espejo en un intento de hacerme creer esas palabras para bajar pesada y lentamente las escaleras.

-¿Qué?-espeto enfadada bajando las escaleras, encontrándome con tres miradas. Alex, Michael y Edric se encontraban en las escaleras mirándome fijamente, tanto que me dio la sensación de que no estaban pestañeando.

Pero yo no estaba de humor, estaba estresada, enfadada y confundida por lo que me habían contado y a pesar de todo decidí bajar, así que más les valía ser educados y no hacerme enfadar. Hoy no era el mejor día para ello.

-Eve, debes irte- me informa Michel sin rodeos y con ese clásico tono de yo sé lo que es mejor para ti.

-¿Cómo?-me resbalo en el último escalón, me habían sorprendido sus palabras tan directas.

-Te irás a mi casa, conmigo y Thiago-explica Edric dando un paso adelante, me quedé en shock como si me acabaran de dar dos bofetadas con unos guantes de hierro y me hubieran retado a pelear contra un gigante de acero y diamante.