Love Letters 2《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔

XIII

Lo siguientes días al reencuentro imprevisto fueron tranquilos y había ocasiones en las que pensaba en él.

La tranquilidad sobre todo se debía a que la señora Lee había viajado dejado a Danbi, una de sus hermanas en su reemplazo, supervisando el lugar en su ausencia, ellas eran súper diferentes, tanto física como en carácter, muchas veces me preguntaba si realmente eran hermanas. Así que liberarme estos días de sus miradas, órdenes y las diferentes cuestiones que de le ocurrieran me estaba viniendo muy bien. Estaba rogando a diario para que la jefa no volviera y su hermana se quedará por siempre ocupando su lugar. También fue más tranquilo porque Jongsu después de nuestro fallido beso no había mostrado alguna actitud de querer volver a intentarlo y eso me aliviaba de cierta forma. Habría sido un gran error besarlo si no quería algo serio con él, o quizá no lo hubiera sido y conseguir besarlo fuera la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. Bueno, al parecer ya no lo sabría. De igual forma me sentía aliviada de que no terminará pasando.

Por otra parte las cartas sin remitente definitivamente dejaron de llegar. Ya no importaba. Después de todo algo más ocupaba ese pequeñísimo espacio casi inconsciente que había destinado a pensar en ellas. A pesar de encontrarme segura en mantenerme muy concentrada en mi trabajo y en estar pendiente de mi pequeña familia, no logre tomar por completo el hecho de volver a ver a Yoongi como algo aislado que no volvería a ocurrir, sus últimas palabras no dejaron que asuma totalmente que vernos otra vez no volvería a ocurrir. Tenía una ridícula esperanza de que si pasará, quería pensar que era un tonto capricho y sin un significado trasfondo. Además no era que pensará sobre ello las veinticuatro horas, sólo muy de vez en cuando, pero quizá más de lo que debería. Seguía regañándome por mantener la boca cerrada ese día.

Si volvía a ver a Yoongi estaba bien y si no también. No me iba a afectar en nada que no terminase o ocurriendo. Ya se me pasaría en unos cuantos días la incertidumbre de verlo.

Siguiendo con mi trabajo, aun me quedaban unas cuentas fichas que rellenar con detalles simples. Tenía que terminarlas antes de poder ir a casa. La veterinaria llevaba un registro muy ordenado de todos los animales atendidos y que nos solían frecuentar. Incluso ya me sabía el nombre de muchos de ellos sólo viéndolos.

La suave música que escuchaba de fondo ayudaba mucho a mantenerme relajada. Era una canción que nunca antes había escuchado. Me gustaba.

Veo a Jongsu con el rabillo del ojo detenerse a cierta distancia de donde me encuentro, se queda ahí parado sin animarse ha acercarse, suspiro en mi lugar. Detectar su presencia era fácil.

—¡Jongsu! —exclamó ligeramente alto—. ¿Quieres decirme algo? O tu plan convertirte en un árbol y echar raíces donde estas.

Dejo escribir de lado para mirarlo y cuestionar su falta de confianza para acercarse. Él responde mi cuestionamiento un poco avergonzado, pero finalmente se acerca.

—¿Y? ¿Me dirás lo que has venido a decir?

Espero. Jongsu frunce los labios.

—¿Se nota mucho que quiero decirte algo?

—No. Se nota demasiado, muchísimo todo tu cuerpo grita que quieres decirme algo —digo exagerando un montón—. Además desde cuando te cuesta tanto decirme algo. Desde que te vi por primera vez se te ha dado muy bien ir parloteando con todos. Ya sabes no te cortas nada.

—Aunque no te parezca a veces me es difícil hablar contigo —me dice dando golpecitos al borde de la mesa—. Puedes llegar a intimidarme con tu presencia.

—¿Yo te intimidó?. Vamos, no molestes. Dime lo que quieres decir —termino añadiendo.

Los labios de Jongsu se curvaron un poco. Después termina arrastrando la silla continúa a la mía provocando un chirrido ensordecedor. Tapo con las dos manos cada una de mis orejas en forma de protesta, pide perdón y al fin se sienta.