LXIX

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El bus nos a dejado hace algunos minutos cerca al bosque turístico donde íbamos adentrándonos. Los enormes árboles se plantan imponentes a cada lado del camino. Al ser mitad de semana no hay demasiada acumulación de personas visitando el área natural, los turistas extranjeros se denotan más que los locales, aun así, son escasos, eso es bueno porque podemos hacer el recorrido sin exaltaciones.

Yoongi cargaba una pequeña mochila con sus pertenecías importantes, necesarias, yo traía las mías en mi cartera marrón, no recordaba lo mucho que había conseguido meter ahí para que estuviera tan pesada. También traía conmigo mi olvidada cámara fotográfica, la meta que trace de filmar videos de animales donde se resaltaran bellamente a sido un total fallo. Si tenía suerte captaría en este paseo algunas buenas tomas que pudiera usar. Algún ave volando espléndidamente sería espectacular de conseguir.

El resfrió que aún me aquejaba seguía presente en mi sistema en menor nivel. Esa fue la razón que provocó mi intenso dolor de cabeza hace ya unos días, quizá darle vueltas a las palabras de Minji también ayudaron a incrementar la migraña. Ahora estaba mucho mejor, Yoongi estuvo pendiente de mí. Gracias a sus cuidados he sanado casi en totalidad.

—Creo que este ambiente me sanara completamente —digo casi segura—. Estar encerrada en casa amenazaba con volver a enfermarme e iba decaer mucho peor.

El viento sopla leve, es estupendo para mantenernos estables en la caminata dejando que el cansancio tarde en llegar parece llevarse los virus que provocan el resfriado a profundidades dentro del bosque donde la magia de la naturaleza se encargará de desaparecerlos.

—Por eso hemos venido —responde Yoongi.

—Has estado siendo muy atento estos días donde estado enferma —indico mientras jugueteo con mis dedos—. Hasta fuiste por mí cuando te lo pedí incluso teniendo que encontrarte a Mansu —añado recapitulando el hecho.

En verdad no tardo demasiado en llegar luego que mencione la cafetería donde ese flamante diálogo sostenido entre el mencionado y yo se iba volviendo infidente. El castaño no tardo en ir revelando algunos chismes de estudiantes que cursaron la escuela en nuestro mismo período, no podía negar que el chisme estuvo interesante hasta verse opacado debido al dolor de cabeza.

El pelinegro llegó dejando impresionado al desmedido Mansu que estaba parloteando suelto de huesos, logrando que se callara abruptamente. En realidad, no le había replicado sobre esa anécdota donde se había comentado sobre mí como una acosadora, me límite a carcajearme mientras lo escuchaba reprimiendo mis deseos de venganza. Yoongi si que se había creído la mentira. La despedida fue tensa, protocolarmente correcta.

—Estoy asegurándome de tener a alguien que cuide de mí cuando le necesite —dice sosteniendo la cinta que cuelga en su mochila—. Ya sabes, hoy por ti mañana por mí. Es precaución por si no tengo a nadie cerca cuando enferme. Estás obligada a hacerlo.

—Hago una excelente caldo de pollo salado que resucita incluso a los muertos —contesto, la última vez que cuide del pequeño Yoonsuk no fue nada bien, confundí incluso los medicamentos. De algún modo cuidar la salud de personas se me complicaba—. Ya verás estando mi supervisión no debes temer.

—Algo me advierte que debo huir antes de caer a tu cuidado —reflexiona haciendo un movimiento desconfiado usando las cejas-. No debes cuidarme, iré a internarme a un hospital si es necesario y están los chicos, ellos se harán cargo.

Suelta una especulación más sobre lo pésima que soy cuidando de los demás haciéndome rechistar en el proceso. Luego se me adelanta corriendo de forma particularmente chistosa. El meneo de sus brazos y piernas me hacen casi reír audiblemente. Seguía trotando sin detenerse.

Love Letters 2《》 Min Yoongi (COMPLETA)  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora