Desperté a las seis de la mañana con la misma ropa del día anterior, a penas noté que sí, que había llorado, no recordaba porque, pero ojalá no fuera por él. De verdad lo esperaba, ya fue demasiado sufrir por una persona que no te tomaba en serio, y que seguramente ahora que le mencionas tu nombre reirá al acordarse de lo que pasó.
Me preparé para el día de hoy, que seguramente tenía por nombre "Desastre total como todos los días restantes en tu vida"
Arreglé la cama y me duché en menos de una hora, no podía hacerme a la idea de que ya no tenía el tiempo contado, de que ya no tenía horarios. Tal vez desearía tenerlos, como también desearía tener tareas. O tal vez no. Ahora en adelante no sé que va a ser de mi vida, seré un verdadero fracaso.
La habitación quedó limpia, reluciente dirían los fortachones del internado. Bajé a la cocina, estaba muy desordenada, pero no iba a ser yo quien iba a arreglarla. No fue desastre mio. Tomé una fruta de la barra y volví a subir.
Tomé el celular que encontré en la cama, debajo de él había una nota que decía que podía ocuparlo qué ahora era mio. Me senté en el suelo recargando mi espalda en el somier de la cama, lo saqué de su pequeña caja y lo encendí para después hacer todo lo que debes hacerle a un celular nuevo, me urgía por el simple hecho de que quería tener contacto con Cande y su hermano. Eran con los únicos con los que pretendía hablar estos días.
Lo dejé cargando después de eso, dieron las ocho de la mañana y no tenía idea alguna de que iba a hacer el resto del día. Estaba totalmente confundida.
-Saldré.- bajé y tomé las llaves que estaban colgadas a un lado de la puerta.
-¿A dónde?- me preguntó saliendo de la cocina, lista para trabajar, creo yo. A menos de que hayan cambiado totalmente su rutina.
-No sé, sólo saldré. ¿Hay algún problema con eso?- alcé los hombros esperando una respuesta, fuera la que fuera, saldría.
-Escucha Valentina.- puso una de sus manos en sus caderas.- Lo hice por tú bien, no quiero que me odies para toda tú vida, eres mi hija.
-Reí cabizbaja, haciéndole creer lo mucho que me importaba. -Suerte en tu trabajo Norma.
Tomé la manilla de la puerta y la giré abriéndola.
-Espera.- me detuvo e hice caso.- Hace un momento lanzaron eso por debajo de la puerta.- señaló la mesa de centro, había algo que parecía un sobre.- es una invitación, para esta noche.
-¿De qué?
-Una fiesta me parece, sólo tiene tú nombre.-se encogió ligeramente de hombros.
-¿Cómo saben que estoy aquí? ¿Tú tienes algo que ver en esto?- le pregunté, sí recibía un sí por respuesta no me sorprendería nada.
-No, no, yo.- suspiró. -No Valentina, no tengo nada que ver con eso, sólo la deslizaron por debajo de la puerta, la leí y era una invitación para ti. Sólo eso.
-Puedes tirarla.-abrí la puerta- Oh no ¿Sabes qué? Puedes ir si tú quieres.
-No Valentina, creo que es un buen momento para que tú salgas a distraerte un poco.
-¿Qué? ¿Cómo voy a ir a una fiesta que no sé ni quien la organizó? No Norma.
-Sólo pienso que sería bueno para ti, quiero que seas la misma persona de antes Valentina. Sólo piensalo.
-Suerte en tu trabajo.- abrí y salí al porche dejando hablando sola a mi madre dentro de la casa.
Y es que es algo tonto asistir a una fiesta a la que un anónimo te invitó.
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2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)
FanfictionValentina Zenere 17 años, tiene un pasado que no le gusta recordar, un presente que creyó diferente, y tendrá un futuro que quizá no será diferente. Michael Ronda 19 años. Su padre está casado con una mala mujer, él y Valentina son hermanastros desd...