XXXXII

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Narra Valentina.

10 horas, ya habían pasado diez horas y nada había sucedido. Ni Cande, ni sus padres, ni siquiera yo sabia o tenía una idea de dónde es que Agustun pudiese estar.

Sus padres no estaban muy preocupados, pues decían que era típico de él el desaparecer de nada. Sin embargo Michael nos dio una idea de dónde él pudiese estar, cosa que no nos hizo estar tan tranquilos como a ellos.

—Ya le marqué más de veinte veces, su celular está apagado.— dice Cande sin tranquilizarse.

—Tranquila, él estará bien.— Rugge intenta consolarla.

—¿No te dijo nada?— me siento a un lado de Michael, quien se veía completamente cansado y débil.

Y no era para menos, el doctor le había recomendado descansar, dormir lo suficienfe como para que su recuperación fuera rápida.
No obstante no había dormido desde la mañana, y son casi la media noche.

—No estoy seguro de que vaya con Wes, no me lo dijo tan cual. Sin embargo no se veía muy cómodo cuando me dijo que no te había cuidado bien en el internado. Fue lo único extraño que noté.— hablaba con esfuerzo y tratando de mantener los ojos abiertos.— perdón bonita.

La doctora había pasado a la habitación hace un par de minutos y le inyectó una medicina, ella dijo que eso le causaría sueño y que si fuera posible lo dejaramos dormir.

—Está bien, no te preocupes.— me acerqué a él y besé su frente.

—Quiero ayudar, de verdad. Sé que es un buen chico.— tose un par de veces.

—Ahora necesitas descansar Michael.

—No, estoy bien.

Niego con la cabeza, acerco mis labios a los suyos y los beso con suavidad.

—Estaremos afuera ¿Está bien? Descansa.— me levanto.

—Quédate conmigo.— me toma de la muñeca.

—No me iré, estaré afuera.

—No quiero dormir.

—Regreso en un rato bebé.

—¿De verdad?

—De verdad. Necesitas dormir.

—Okey.— se resigna, la debilidad era más fuerte que él.— te amo.

—Te amo también.

Le guiño un ojo y él me sonríe de oreja a oreja para después recargar bien su cabeza sobre la almohada.

—¿¡Y si se suicida!?— grita Cande inconscientemente.

—Cállate y vamos afuera.— la tomo de la mano y la guio hacia afuera.

Apago la luz de la habitación antes de salir y cierro la puerta, mirándolo dormir. Después de eso los tres nos dirigimos a la sala de espera, dónde estaba Jorge, James y los padres de Cande.

Jorge, junto con los padres de Cande se encontraban de pie, hablando entre ellos.

—Escuchen chicos, tal parece que la chica con la que se fue Agus no sabe dónde está. Recién prendió su celular.— nos dice Jorge.— dice que lo dejó a dos cuadras de su casa hace una hora.

—Sigue sin contestar el celular, iremos a ver si ya está en casa.— me dice su madre.

—Yo los acompaño.— dice Cande recién escucha eso.

—Cualquier cosa Valu, te tendremos en contacto.— me dice el padre.

—Se los agradecería. Muchísimo.— sonrío.

2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora