IV

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Él no iba a poder hablar, no quería que lo hiciera he aprendido a resistir, pero no resistiría demasiado. Él miró el micrófono negándose a resivirlo, sabía que Ana lo obligaría a hacerlo, pero no quería esperar para cuando eso pasará.
Me incliné para levantarme del sillón.

—No, espera ¿A dónde vas?— pregunta Cande tomando mi muñeca.

—Será rápido. — intenté sonreír.

Caminé hacia donde ellos estaban, subí los escalones de la pista y estiré la mano para que el micrófono ahora pasara a mi. Me miró con el ceño fruncido, el hijo de James lo tomó y me lo dio cuando vio que ella no iba a darmelo. Mi corazón latió rápido, estaba a centímetros de él, como antes.

Aclaré la garganta respirando hondo.

—Mucha hipocresía para sólo una noche ¿No?. — sonreí mirando el micrófono, logró oírse. Tal vez hablaba sólo por Ana. — seré breve, no quiero aburrirlos y tampoco quiero aburrirme yo. — suspiré ondo.— estuve un año lejos, sin ver a la mujer que dice ser mi madre ni a la persona que dice ser mi padrastro, lejos de todos, quedándome con nada. En realidad no fue fácil para mi, nunca lo fue, pero entendí que eso lo tenía muy bien merecido por meterme con personas cuyas no debí haberme metido. Y sí, Jorge tiene razón. No quería volver a ver a ninguno de ellos, porque sabía que me haría daño verlos, ver a las personas a las que olvidé por un año, de las que no recordaba ni el rostro, por las cuales lloré por meses, pero ya no quiero hacerlo más.— aclaré mi vista, se estaba empañando.— No odio a ninguno de ustedes, odiar es algo muy fuerte que no puedo atreverme a hacer, ni con Ana, ni con Fer , ni con Karol que son las que más lo merecen. En fin, todo lo que quería decir es que Michael  es una persona la cuál me hizo daño, daño que ya está perdonado desde hace tiempo, al igual que a Karol y a la otra mujer que no está aquí. No quiero vivir siempre llena de rencor, es algo por lo que las personas terminan siendo malas, y yo no quiero ser una mala persona. Me fui un año, y volví para cambiar todo, para no seguir siendo la estúpida ingenua que todo se creía y que podían tratarla como ellos quisiesen. Ya no soy la misma, y no me importa saber si me creen o no, si les agrada o no, me importa poco su opinión, de ahora y de cuando se enteraron que me acosté con mi hermanastro, porque no son personas importantes, sólo son personas insignificantes para mi, personas que no saben hacer más que hablar de la vida de los demas. Y se los agradezco en verdad, están más al pendiente de mi vida que yo misma.— hice una pausa, aclaré la carganta, tragué saliva y me giré hacia Ana — gracias por el espacio que me diste en tan prestigiada fiesta, y tan buenas palabras. Pero no debes ser tan hipócrita que ya todos aquí saben lo que piensas de mi, y lo que yo pienso de ti, y que así será hasta que yo pierda la memoria.— Alejé el micrófono de mi boca— puedes irte al demonio, tú y tu hipocresía Ana.— le dije para despues dejar caer al suelo el micrófono provocando un sonido molesto.

Bajé los escalones de la pista y miré a Jorge mirándome, no dude un segundo en abrazarlo, necesitaba más que nunca su abrazo, ese abrazo que hace mucho no tenía y que ahora mismo necesitaba.

—Te quiero.— le murmuré en su oído, pude sentir como el nudo en mi garganta y las ganas de que las lágrimas estallaran se volvieron más fuertes que yo, no pude ocultarlas más.

—Perdoname.— me abrazó fuerte.

—No, no, perdoname tú a mi.— sollocé.— perdón por todo Jorge.— limpié mis mejillas intentando verme fuerte.

—Se separó para besar mi frente.— te quiero.

—No acepto que te vayas.

—Estarémos en contacto ¿Sí?— sus ojos brillaron como nunca.

—Asentí— ahora debo irme, no está muy bien el ambiente por aquí. — intenté sonreír — ¿puedo visitarte antes de que te vayas?

—Sí, sí. Claro.— volvió a abrazarme.— yo iré a buscarte.

2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora