XXXVII

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Todos nos quedamos quietos ante la escena, no me cabía en la cabeza como es que eso estaba pasando. Ni en un millón de años logré imaginar a mi madre con un arma, amenazando de muerte a alguien que no ha hecho más que hacerme feliz.

Miro a Michael con terror en la mirada, él permanecía quieto, aunque mucho más tranquilo que yo.

—Norma, todo está bien. Sólo...— mi voz temblaba de miedo, no sabía como controlarme.— baja eso, por favor.

No recibía respuesta de su parte, estaba tan concentrada en Michael que ni un sólo segundo le quitaba la vista de encima.
¿Qué demonios tenía que hacer? Nada se me atravesaba por la puta mente. ¿Si me acercaba a ella para detenerla o a Michael para cubrirlo y ella le disparaba a él o incluso a mi? ¡Joder!

Meto con velocidad la mano a un bolsillo de mis jeans e intento marcar al último número del que recibí una llamada, esperaba tener una buena puntería y darle al correcto, es casi inaudible como Jorge contesta el celular. Yo lo dejo dentro sobre el bolsillo para que él escuchara.

—Puedes lastimar a alguien Norma.— insisto.— baja el arma por favor.

Ella niega con la cabeza y una sonrisa malvada se dibuja en su rostro.

—¿Qué pasa Norma?— habla Michael con serenidad.— ¿Para qué matarme? ¿Así es como te sentirás mejor? ¡Qué cobardía la tuya!

—¡Maldición Michael! ¡Cállate!— le grito.

—Amor ¿Qué estás haciéndo?— dice James y se aproxima a ella con cautela.— No quieres hacerlo, no lo hagas, por favor Norma.

—¡Oh, claro que quiero hacerlo!— hace una sonrisa de lado.— y voy a disfrutarlo.

—Escuchame, no lo estás pensando bien cariño tú...

—¡Cállate! Claro que lo estoy pensando bien.— le apunta con el arma ahora a él haciéndo que se detuviera con las manos en alto.

—Norma, podemos hablar tranquilos. Sólo baja eso, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir.— tenía los nervios de punta, sabía que estaba decidida.

—No me arrepentiré de esto querida.— me mira y me sonríe.— no me arrepiento de nada de lo que he hecho.

—Está bien, está bien pero... Sólo no lo hagas. Sea lo que sea con lo que estés inconforme puede arreglarse.

—¡No maldición! ¡Esto no puede arreglarse! ¡Todo esto está hundido en la mierda!— grita histérica.

—Está bien, está bien. Haremos lo que tú quieras, sólo, baja eso por favor.— mis ojos comienzan a llenarse de agua, no quería perder a Michael, no de nuevo.

—¿Harán lo que quiera?

—Si, sí, sí.— asiento y doy dos pasos cortos hacia ella.

—Larguense, tú y James. Ustedes no tienen nada qué hacer aquí.

—No.— me niego.

—Esa es la única manera en la que ni tú verás a tu maldito novio morir, ni su padre verá a su pobre pedazo de basura.

—No cariño, por favor escuchame. Nosotros podemos irnos y olvidarnos que esto pasó, sólo dejalos.— James trata de convencerla.

—¡¿Ahora estás de su lado?!— le grita y apunta con el arma nuevamente.

—No cariño, sólo que no hay porque matar a Michael. Recuerda nuestros planes. Así que baja esa arma.

—¡Al diablo nuestros planes! ¡Tú estas de su lado! Eso te convierte en uno más

2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora