XVI

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No habló, se quedó callado.

—¿De qué hablas?— frunció el ceño confundido.

—Del mensaje Michael. No puedes decirme que no es mi madre porque sé que lo es.

—No lo sé.

—¿No lo sabes o no quieres decírmelo?— me levanté y le devolví el celular.— ¿Por qué tendría que prohibirte acercarte a mi si tú por mi ya no sientes nada?

—Eso ella no lo tiene seguro. — respondió metiendo el celular a su bolsillo.

—¿Por qué no se lo haces saber Michael?

—No lo cree.— se encogió de hombros.

—Yo no volví para esto, quería todo a la normalidad— ambos nos quedamos en silencio —¿Qué está pasando Michael? Sé que lo sabes perfectamente.

—Sabes cómo es ella. Ni yo mismo sé lo que pasa.

—¿Cómo sabe que estoy aquí? ¿En tu habitación? Ni ella ni James están aquí, ellos salieron hace una hora, no podrían saberlo. — toqué mi nuca— ¿Tiene malditas camaras o qué? — reí sarcástica.

No contestó, mantuvo un serio silencio.

—No...— negué con la cabeza riendo. Esto no estaba pasando— ¿Dónde?

—¿Para qué quieres saberlo?

—¿Aquí?

Negó con la cabeza.

—¿Dónde?— insistí.

—¿Hace falta saberlo?

—¡Demonios es mi casa!

—Y es mejor que no lo sepas.

—Será mejor que me lo digas Michael.  Ya hablaste, no te eches para atrás.

—En la sala y en el pasillo de las habitaciones.— contestó en un susurro.

—¿Escucha?

Negó.

—¿Por qué Michael?

—Dice hacerlo por seguridad, pero su seguridad es que nosotros no estemos cerca. Lo sabes ¿No?

—Estamos a una pared de distancia ¿Qué pretende?

—No hagas nada estúpido Valentina.

Negué con la cabeza.

—Iré a hablar con Jorge.— le dije— ¿Puedo confiar en ti?

Asintió

—Estaré bien, no me busques.— advertí

—¿Quien me lo asegura?

—No llevaré mi celular así que, marcaré en unas horas el número de la casa.

—Okey.

Le obsequie una sonrisa y esperé a que él me sonriera también para salir tranquila. Aunque no tan tranquila, la sangre me estaba hirviendo. ¿Camaras? ¿Qué mierda? Ni que fuera una jodida cárcel para que nos ande vigilando a todas horas.
Me gustaría, sería mi mayor deseo besarme con Michael delante de una maldita cámara. Lo agradecería.

Caminé hasta el hotel de Jorge, al preguntar por él recibí una respuesta negativa. Él no se aparecía ahí desde algunos días.
Al salir de ahí me encontré al hombre que me presentó como abogado, le pregunté por él y me dio una dirección, dirección que parecía ser de su casa. Él se ofreció a llevarme ya que quedaba un poco lejos a pie, yo acepté. Me platicó que la ultima vez que vio a Norma por asuntos de trabajo ella fue muy grosera con él que le dijo cosas difíciles de creer, no me las dijo porque creía más correcto que Jorge me lo dijera. Yo estuve de acuerdo.

2.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora