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Pues como cada día pasaba, estaba en mi habitación mirando el techo, blanco o quizás un color marfil algo aburrido. Con mis manos debajo de mi cabeza mientras yo me metía en mis pensamientos y que en una hora tendría que ir a trabajar.

Apreciaba estos momentos en silencio y calma cuando mi padrastro no estaba en casa y mi mamá descansaba tranquila en su cuarto. A veces el miedo no me dejaba dormir, pensando que cuando llegue el muy idiota este ebrio y valla contra mamá, cuando yo este ausente y ella se queda sola con él pero por suerte hasta ahora no ha pasado, igualmente siempre estaba alerta por cualquier cosa, mamá podía venir a dormir conmigo pero el muy hijo de puta se la llevaba a dormir con ella. Ella por lo que me contó no le ha hecho nada mientras estaban en su habitación, aunque yo no le creo del todo, ese imbécil no puede estar tranquilo un momento.

—Hijo...?— escuché una voz suave, mamá había entrado a mi habitación tocando con tres leves golpes el cual hizo que me sentará rápido.

—Mamá... ¿te sientes mal?— pregunté mientras ella tomaba asiento en mi cama y quedaba con la mirada en el piso, sin expresión alguna.

—Tranquilo hijo, estoy bien... pero tu...?— levanto la mirada y tocó mi hombro mientras yo larga a un suspiro y negaba leve con mi cabeza.

—Nunca lo estaré mamá... no hasta que podamos salir de este lugar y estar mejor los dos juntos...— baje la miraba pues mis ojos se cristalizaron, una lágrima recorrió mi mejilla luego sentí su mano en mi rostro, limpiando la lágrima.

—Saldremos de este horrible lugar cariño... costará... pero nos iremos y ese idiota no sabrá más de nosotros— me abrazo mientras yo también la abrazaba a ella, podía sentir que ella lloraba... igual yo pero el uno con el otro nos sentimos aliviados después de esto.

—Tienes que ir a trabajar Tae, ve antes de que él llegue...— dijo al separarse de mi y asentí levantándome limpiando mis lágrimas de mi cara. Tome mi chaqueta y mi mochila.

El imbécil no sabia que yo trabajaba, con mamá lo ocultamos porque sino me pediría el dinero que gane para sus putas apuestas. Ella le decía que cada día la pasaba en casa de mi amigo. Al menos de la cree el idiota y nunca intento averiguar si eso era cierto, además que ni importancia le toma a lo que yo mierda haga.

—Ya me voy mamá... por favor cuídate y ten cuidado puedes quedarte en mi habitación— Tome sus manos y besé su cabeza, visualice una leve sonrisa de parte de ella.

—Descuida cariño... lo tendré... tu igual ten cuidado... cuídate— acarició mi mejilla con la yema de su dedo— Aún sigues siendo mi pequeño niño tierno?.

—Claro que si mamá, para ti, para mis amigos, para los que me quieren y yo quiero y apreció en mi vida— sonreí y le di un abrazo rápido— Te quiero mamá, nos vemos más tarde.

Suspiré y me dirigí a la puerta, antes de cerrarla y dejar a mi madre dentro le sonreí e igual ella a mi. Me acomodé la mochila y fui a la sala a tomar mis llaves, salí de casa con cuidado viendo a los lados de que mi padrastro no llegará. Por suerte no había nadie así que salí sin más poniéndome la capucha de mi campera y caminando hacia mi trabajo.

Quince minutos después llegue al restaurante, si, trabajo en un restaurante al igual que Yoongi también trabaja aquí, ambos habíamos ido juntos en busca de trabajo y nos contrataron a los dos.
Creo que eso es bueno, puedo convivir más con mi mejor amigo.

Entre al restaurante el cual no estaba tan lleno, como algunas veces, pase por la barra de la caja registradora para ir atrás a cambiarme, dejar mis cosas en la habitación junto a los demás empleados y ponerme el delantal.

Muéstrate Realmente - TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora