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Me encontraba en el piso cubriéndome de los golpes que ese hombre me daba y escuchando a mi madre gritar que se detenga. No quería que bajará del auto, por lo que le grité a Yoongi que por nada del mundo la dejará salir. Logré darme vuelta al pegarle en la pierna con mi pie. Me levanté con un gran dolor en el estómago y mi rostro. Sangre escurría de mi boca y nariz.

Con las fuerzas que me quedaban le pegué en su cara, haciéndolo tambalear, iba a volver a atacar, pero fue inútil al momento que me devolvió el golpe agarrándome de la remera.

— ¡Déjalo maldito imbécil!

Escuché a Yoongi, logrando sacármelo de encima y ahora él proporcionándole golpes sin pudor, echo una furia, limpié mi rostro con mi manga. Y él enojo me envolvió en todo el cuerpo, como si hubiera recobrado todas las fuerzas para acercarme y dale patadas en el estómago como él hizo muchas veces conmigo, quería deformarle el rostro junto a mi mejor amigo. Viendo la cara hinchada de ese hijo de puta sangran. Por último, dejándolo inconsciente. Mi respiración acelerada, mis manos echas puños al verlo tirado casi muerto. Y lo mataría en ese mismo momento de no ser por mi madre gritando que nos vayamos.

No me había dado cuenta de que algunos de nuestros vecinos salieron a ver el escándalo, ya habrán llamado a la policía. Lo que no me importaba. Los miré a todos, quienes no decían nada, solo ver al hombre tirado en el suelo. Yoongi se acercó a mí, preguntando si no fue para peor lo que me hizo. Ayudo a que entré en el auto, y lo mismo hizo él. Arrancó y dejamos ese infierno atrás. Mi madre preguntaba a cada rato en donde dolía a lo que respondía que estaba bien, solo necesitaba descansar. Los moretones desaparecerán.

No me moví en todo el camino al nuevo departamento. Por suerte llegamos bien allí, y sin decir mucho bajamos, aunque a mi madre le surgió una cara de asombro al momento de entrar y ver lo espacioso que era. Sonreí pues ahora ya no tendremos que tener miedo solo somos nosotros dos viviendo.

Terminamos dejando las maletas a un lado del sillón, no tenía mucho, al menos había algunos muebles y electrodomésticos, como heladera, cocina, una mesa con cuatro sillas, las camas en las habitaciones, no había lavarropas, ni televisor, algún escritorio de decoración, pero con el tiempo lograré comprar más cosas. Algún mueble para guardar los platos, vasos, utensilios y comida.

— Es muy lindo hijo

Mi mamá ahora me veía con una sonrisa, aun con mi rostro con sangre seca y mi cuerpo adolorido me acerqué a abrazarla, ella correspondió con cuidado y luego se alejó. Yoongi hizo lo mismo, en ese momento tenía muchas ganas de llorar, eran las personas más importantes que tenía. No sé que haría sin ellos.

Logré lavarme la cara en el baño, y recostarme en el sillón, mientras mamá arreglaba sus cosas en la habitación y Yoongi fue a comprar una crema y pastillas para el dolor. Me quedé con los ojos cerrados, sintiendo una tranquilidad que hace mucho no tenía. Recordando a mi padre, ese hombre que no me quiso y se fue. Luego apareció el otro, todo pensando que iba bien, pero me equivoque. Tantos años en sufrimiento ¿por qué? Aun no se la respuesta de ¿Por qué a mí?.

Un sonido me interrumpió, la puerta del departamento sonó y avisaba que Yoongi había llegado con una bolsa pequeña, me miró con una leve sonrisa de lado y se acercó a mi lado para entregarme lo que había comprado.

— Ve a ponerte la crema en los moretones, eso va a bajar la hinchazón, si te duele los músculos tomas las pastillas ahí dice cada cuanto hasta que te dejen de doler

Asentí y le agradecí para ir camino al baño, agradezco que alguien como Yoongi me siga apoyando. Entre al baño y me observé una vez más en el espejo, tocando uno de los moretones en mi cara, me quejé del dolor apenas, pero le hice caso a mi mejor amigo. Seguramente mañana me dolerá el cuerpo, no iré a la Universidad y Yoongi ya sabía eso, cada que pasaba algo así, siempre faltaba hasta que no se noten tantos los moretones en mi cuerpo. No se como le hacía para convencer a los profesores, pero ellos no me recriminaban nada al momento de volver y saber que les entrego la tarea.

Levanté mi remera, una marca violácea empezaba a aparecer en mi costilla y seguramente en mi espalda también. Terminé por untar la crema y decidí cambiarme la remera por una mas holgada. Mi maleta aún estaba en la sala. Con el torso desnudo regresé y obtuve la mirada de Yoongi en mi cuerpo, lo que me avergonzó ya que eran escasas las veces que he estado así, muy escasas.

No le presté atención, ni a su mirada que me seguía en tanto abría la maleta y buscaba una remera adecuada. Inmediatamente al encontrarla me la puse y cerré el cierre de la maleta para llevarlo a mi habitación y de una buena vez ordenar todo. Se escucharon bullicios, mamá ahora estaba conversando con Yoongi, mejor así pasan el tiempo.

Las horas pasaron y el hambre era más notorio en mí, mi panza sonaba apenas había terminado de arreglar mi ropa. Al salir de mi habitación un olor a café inundo mis fosas nasales, entre otra cosa que no lograba distinguir.

En la mesa estaba mi madre sirviendo café, logré llamar la atención de los dos y me sonrieron invitándome a sentarme, había unas masitas en un plato.

— ¿Dónde consiguieron esto?

Pregunté sentándome en una de las sillas, queriendo comerme todo y mi expresión me delataba.

— ¿Que no escuchaste cuando te avise que iba a salir a comprar con Yoongi? Compramos unas tres tazas y masitas, el café lo traje guardado en la maleta

Me quedé callado, no creo recordar que me avise, ¡igual pudo ser peligroso! Ese idiota podría habernos seguido, aunque lo dejamos noqueado igual pudo haber pasado.

— Ah... lo siento no escuché creo que estaba en otro mundo

Me encogí de hombros y luego de ello los tres tuvimos una conversación sobre las cosas que debía conseguir para el departamento, mañana iré a trabajar en la mañana y mamá quiere buscar un trabajo ahora que es libre.

Llego la noche y Yoongi se tuvo que ir a su casa, Con mamá solo pedimos comida delivery y terminamos cenando una pizza. Mañana tendré que ir de compras al supermercado, no tenemos nada que comer y por lo menos tengo dinero guardado de mi sueldo, ya que no lo gasto en muchas cosas. Limpiamos todo y antes de que fuera a lavarme los dientes y cambiarme miré por la ventana la cuidad iluminada de noche. Si que tenía una gran vista desde aquí. Suspiré con tranquilidad y me adentré a hacer lo antes mencionado y finalmente caer en un sueño cansado y con el cuerpo algo doloroso, pero lo valía ahora que no estaba en esa casa. 


Muéstrate Realmente - TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora